La Habana, 19 de Mayo de 2007
Alberto Gonzales no vaciló en eliminar a un cuarto de millón de electores
Por Jean-Guy Allard
A Alberto Gonzales, el Secretario de Justicia norteamericano que tanto titubea en declarar a Luis Posada Carriles "terrorista" bajo la Ley Patriota, no le temblaba tanto la mano cuando conspiró con Karl Rove, el asesor de Bush, para quitarles el derecho a votar a un cuarto millón de afroamericanos, en los comicios presidenciales del 2004.
Bajo un plan orientado por Rove y administrado por un ayudante de Gonzales, D. Kyle Sampson, funcionarios del Partido Republicano eliminaron de las listas electorales a estos votantes a partir de una técnica de fraude llamada caging, acaba de revelar el afamado periodista de investigación británico Greg Palast, en el programa radiofónico de Amy Goodman, Democracy Now.
El truco consiste en mandar avisos electorales a una lista de reclutas afroamericanos —sospechosos de favorecer al Partido Demócrata — mientras se encuentran ausentes del país por cumplir su servicio militar, en Iraq u otra parte. Al no estar presente en su domicilio en el momento de la llegada del correo, la carta regresa al expedidor, el Partido Republicano, que entonces solicita la retirada del nombre del votante de la lista electoral por no vivir en la dirección declarada.
Para justificar este bloqueo masivo de electores, los Republicanos — a través de la oficina de Gonzales —reclamaron del Fiscal federal para Nuevo México, David Iglesias, formar un escándalo alrededor del fraude electoral, acusando a unos votantes y provocando un juicio altamente mediático.
Al recibir estas instrucciones, Iglesias convocó a una conferencia de prensa anunciando la formación de un equipo especial de investigadores para combatir el fraude. Pero no llegó a cometer la bajeza de perseguir a electores para el show requerido.
David Iglesias es uno de los ocho fiscales federales que Gonzales despidió en diciembre, oficialmente por no cumplir con sus tareas. El motivo real de la revocación, demuestra Palast, es la oposición del fiscal a orientaciones de Gonzales destinadas a favorecer maniobras políticas.
D. Kyle Sampson, el ayudante de Gonzales más implicado en el escándalo, acaba de abandonar su puesto.
En total, los funcionarios del Partido Republicano, con la bendición de Gonzales, han dirigido cartas a cerca de tres millones de electores afroamericanos en un gigantesco fraude que apenas ha señalado la prensa norteamericana.
Entre las personalidades que han denunciado públicamente hasta ahora esa monumental estafa, se encuentra el abogado Robert F. Kennedy junior, hijo de un famoso predecesor del mafioso Gonzales.