martes, 15 de julio de 2008

Italia responsable de la pobreza etíope Maghreb Somalía Eje fascista Cuerno africano Eritrea Francia Inglaterra Berlín Tokío Roma Addis Abeba Ginebra






















Etiopía: Vocación anticolonial


Por Roberto Correa Wilson*, serviex@prensa-latina.cu

La Habana (PL).- La presencia de Italia en el África Subsahariana se
concentró esencialmente en Etiopía y Somalia, ambas en el llamado Cuerno
Africano. Las pretensiones de la Roma colonialista se hicieron también
presentes en Libia, pero esta nación está ubicada en el norte continental,
en el denominado Maghreb.
Las huestes italianas aparecieron en la región, en el siglo XIX, con un
marcado interés de apoderarse de las riquezas naturales de un territorio
más de seis veces superior al de la metrópoli europea, constituido por dos
naciones con historias ancestrales y culturas antiguas.
Italia intentaba sojuzgar a Etiopía, poseedora de una civilización de más
de tres mil años con períodos históricos de gran esplendor, y a través de
varios siglos tuvo que combatir, similar a los romanos, invasiones de
turcos y egipcios, entre otros.
En 1887 gobernaba Etiopía el emperador Menelik II, quien fundó Addis
Abeba, desde entonces hasta nuestros días capital del país. Dos años más
tarde firmó un acuerdo con Italia, que permitió la entrada en Eritrea de
la nación europea.
Eritrea, en la actualidad un estado independiente, en la época era
gobernado por Etiopía.
Tiempo después Menelik denunció el acuerdo, coyuntura que fue aprovechada
por Italia para efectuar una penetración en gran escala en Eritrea,
ubicada en el norte del territorio.
En 1906, encontrándose enfermo Menelik, Italia, Francia e Inglaterra
suscribieron un acuerdo tripartito para la penetración en Etiopía con el
fin de apoderarse del país.
Era el accionar típico de las potencias europeas para saquear y esclavizar
a los países africanos, desconociendo el derecho internacional y de los
nativos.

EXPANSIÓN ITALIANA
Italia, como parte del eje fascista Berlín-Tokio-Roma llevó a cabo,
incluso antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial, una política de
expansión en el continente; en 1935 sus tropas partieron de la Somalia
ocupada e invadieron el territorio etíope, y al año siguiente ocuparon
Addis Abeba.
Ante el avance de las fuerzas romanas, el pueblo etíope organizó la
resistencia contra el invasor, mientras el nuevo emperador Haile Selassie
marchaba a Ginebra para apelar y denunciar en la Liga de las Naciones la
agresión italiana.
El enfrentamiento a las tropas fascistas enviadas por Roma quedó inscrito
en la historia como una de las páginas heroicas protagonizadas por el
pueblo de Etiopía y Africa contra las pretensiones esclavizadoras de una
potencia extranjera.
El mundo entero se solidarizó con el pueblo etíope: desde todas partes se
alzaban las voces contra la injustificada agresión. A pesar de la tenaz
resistencia, la superioridad en armas y las modernas tácticas militares
del ejército italiano terminaron por imponerse.
Los ocupantes se manifestaban con absoluto desprecio hacia las poblaciones
víctimas de innumerables abusos y maltratos, un rasgo generalizado en los
colonialistas europeos, en todas las naciones africanas que pretendieron
establecerse.
Miles de reliquias y monumentos históricos y culturales, símbolos del
milenario pueblo etíope, fueron implacablemente saqueados; algunos eran
llevados como trofeo a Roma, y otras obras de arte son aún exhibidas en
museos de naciones europeas y Estados Unidos, cuya devolución es reclamada
por Addis Abeba.
La Segunda Guerra Mundial (1939-1945) puso fin a la presencia italiana en
Etiopía.
En 1941, segundo año del gran conflicto universal, la ofensiva de las
tropas británicas sobre territorios ocupados por los fascistas italianos
derrotó después de varias batallas a las huestes romanas, que fueron
expulsadas del país.
Etiopía fue el único país africano en que nunca pudo asentarse
permanentemente la esclavitud colonial: el resto de las naciones
sucumbieron ante el yugo de las metrópolis europeas.

*Periodista cubano, especializado en política internacional, y ha sido
corresponsal en varios países africanos.
arb/rcw