sábado, 10 de abril de 2010

Cuba en siglo pasado periodo especial Masacre Tarará Guanabacoa

23 de Marzo de 1993, (escrito después de una carta de Irene)  ver en Familiar, Irene, de, cartas. “ bien mis queridos hermanos/as cubanos ahora soy yo quien les habla, Toto. 

 

No soy el Toto de hace dos meses, porque he cambiado, he experimentado un shock cubano. El viaje y las vivencias que ustedes me prodigaron me han hecho entender mucho más porque yo amaba a Cuba.

 

No traje solo el hermoso recuerdo de vuestros cálidos abrazos y de vuestros rostros iluminados por el afecto. Traje también la convicción de que uds ya ganaron, sí, han triunfado, nadie podrá con todo lo que lograron hasta hoy y prepararon para el mañana. 

 

Comienzo a entender claramente que resultado han dado esos “35 años de Revolución”.  Esa maravillosa juventud que ví en las escuelas en Camagüey y Holguín, me impresionó con sus inquietudes, su curiosidad, su alegría y su patriotismo revolucionario.

 

Ver a los del pre cantando La Bayamesa y ver a esas muchachas y varones con las mejillas empapadas por lágrimas de fervor, me hace decir hoy en mi patria, que el futuro ya es de ustedes, porque esos chicos son vuestro futuro de promisión.

 

No traje solamente el pañuelo rojo que un pionero me colocó al cuello, en mi corazón, anudado a él, me traje a los ancianos, a los preuniversitarios, a los pioneritos y en un círculo infantil de Guanabacoa alcé y besé a Rolandito, hijo del Héroe asesinado, de Rolando Pérez Quintosa, quien en esa Casa-Museo que visitamos acompañados por su mamá, su papá y su hermana y según reza en la tarja que luce el frente “VIVIO Y AMO EN ESTA CASA”. 

 

En la casa que el pueblo, su pueblo, construyó en 34 frenéticos y dolorosos días, sentados todos los argentinos, que eramos 18 alrededor de Don Manuel y Juana, pudimos acongojarnos con el relato de la tragedia relatado por el padre. 

 

Luego la despedida y sobre el micro “TANGOMÓVIL” le cantamos el cumpleaños feliz a la hermana de Rolando.  María Cristina Labrada, viuda de Rolando, mis respetos para vos y lamento no haberte podido conocer. 

 

Desde los preparativos primeros, cuando rotulábamos las cajas que muchas personas desconocidas trajeron para donar a Cuba, gracias a esa larga trinchera de ideas que cavó el Arquitecto Rodolfo Livingston con su libro “Cuba Existe es Socialista y No está en Coma”. 

 

Esos miles de kilos que llegaron a destino, en la sierra de Cubitas, donde me dí el gusto de enrojecerme los pies y la ropa con tierra del “tunel” que ayudé (mínima y simbólicamente) a cavar frente al lugar donde nos alojábamos. 

 

Y día a día la emoción de los encuentros con los que nos habían escrito, la tristeza e impotencia de saber que a muchos, no los ibamos a ver por el problema del transporte.  Fue recibir más obsequios que los que llevábamos para ellos y no poder conocer sus casas una por una.

 

Y pelear con mi mujer, esa mujer que luchó hora a hora para que cada amigo recibiera un libro del Arq. Livingston, un bolígrafo, un jabón, un detergente, ella todas las noches con las listas en la mano, me exigía precisión en las direcciones, rotular bolsas de regalos, corría a colocar telegramas para que en la próxima ciudad nos encontráramos con nuestros hermanos epistolares. 

 

Todo esto entremezclado con visitas muy emocionantes a hospitales, círculos, peñas de Tango, hogares, llevó a que Irene se estresara realmente. 

 

Demasiadas emociones y demasiada preocupación por parte de ella de cumplir con todos.  Y cumplió, con lo que se había propuesto, como una leona luchó hora tras hora con las cajas de ayuda, y cuando en una escuela de pioneros le pusieron un micrófono en la mano y les habló a todos, a los niños, y a ustedes todos los cubanos, me enamoré más aún de ella, porque fue una cascada de amor que ella derramó.

 

Y tan sincera era en lo que decía y tan transformada estaba, que vestida, me pareció desnuda. Por mi parte, arrastrado por manos, rostros, y voces que me llevaron de un lugar a otro, de homenajes a actos de cultura, de Museos a casas particulares, de escuelas a diarios, me emborraché de experiencias, de asombro, de amor y descuidé a mi compañera que realmente necesitaba ayuda en la preparación de obsequios y telegramas, es realmente culpa mía que Irene todavía sienta un agobio hoy día, por todo lo que hizo sola. 

 

Me demoré además en el carteado, involuntariamente al sumarse responsabilidades que antes no tenía, como el caso de las donaciones para Cuba.  Por seguridad debemos revisar cada caja, acondicionarlas bien, detallarlas, inventariar, atar, etiquetar. (Irene, hasta higieniza y repara ciertas cosas). 

 

El Viernes pasado fuimos al aeropuerto de Ezeiza y fueron 2.475 kilogramos de amor, que se despacharon para Camagüey. Todos los días sin excepción telefonean perfectos desconocidos que han leído el libro de Livingston y quieren adherir a la cruzada de amor por Cuba.

 

Fíjense ustedes lo que producen “ustedes y nadie más que ustedes” con todo el ejemplo que dan al mundo. Gracias a Cuba voy conociendo a excelentes argentinos y he ganado nuevas y valiosas amistades.  Juanita Vega, vecina mía, es al igual que Irene una luchadora incansable, ella sola ató 90 cajas y las rotuló, era graciosísimo verla a horcajadas de las cajas vestida con un short y piolín en mano atar esas cajas. 

 

Toda la familia de Juanita ayudó en todo, el esposo fue a Ezeiza ydescargó cajas junto a Axel Makaroff y un amigo de Axel también. Estoy actualmente confeccionando listados de argentinos, que se han agregado al Chaubloqueo para que los cubanos les escriban. Muchos argentinos me llaman ahora para decirme que permanentemente reciben cartas.

 

¡Qué satisfacción! Lo estamos logrando, ahora la propaganda capitalista tiene un opositor en cada casa de un miembro del Chaubloqueo.  ¡Qué feliz me sentí allá, entre uds, mis hermanos, cuanto les debo, sentí en 20 días lo que normalmente se siente en tres años!  Borrachera de amor. ¡Cuánto respeto les tengo! Son todos unos titanes. Cada uno en su tarea, responsables, eficientes. Cada vez que tengo que contarle a un argentino el viaje y las experiencias, vuelvo a sentir vuestra dulzura y la nostalgia me hace humedecer los ojos.  Perdonen los errores, los atrasos, mis olvidos, los quiero a todos, mis revolucionarios y Fidelistas hermanos.

 

Me sentí tan agasajado y querido, nunca podré devolver todo lo que recibí.  Quisiera abrazarlos nuevamente en este momento que escribo.  Duelen las noticias, el temporal, las pérdidas, los sufrimientos agregados, la lejanía. 

 

¡Como ayudar más!.  Hace 10 minutos llamó Rodolfo Livingston, mañana en un espacio radial que le dieron apelará a la buena voluntad de los oyentes y veremos si podemos enviar leche y carne en lata. Horvarth, periodista de Radio Splendid también habló conmigo y le pedí ayuda.

 

Esta noche solicitará colaboración. Irene ya se puso en movimiento con Juanita, con Nora, con Ana Grinfeld, con los de la Asociación José Martí. Estamos junto a uds en vuestro dolor por las pérdidas, ojalá sirva nuestra ayuda y apoyo.

 

Las elecciones en vuestra patria fueron un mazazo en la boca de los argentinos malintencionados, viva ese pueblo lúcido que se mantiene unido detrás de una única meta, ser cada día más y mejor.  Los beso y abrazo a uno por uno , pero a todos, eh, a todos... un hermano vuestro. 

 

Los amo.     Toto. 

 

Hasta la Victoria Siempre. Cuba és y será un eterno Baraguá.