martes, 13 de julio de 2010

tomar colectivo en La Habana con estudiantes de medicina argot básico Caballo de Ajedrez


De: Roque el Escaramujo [mailto:dayronrl@ucpejv.rimed.cu]
Enviado el: Martes, 13 de Julio de 2010
Para: Eladio Gonzalez
Asunto: Solidaridad

 

Cada mañana tengo ocasión diaria de ver lo que significa en realidad la solidaridad, al menos en aspectos menos mediáticos del tema.

 

Cuando vengo para mi trabajo -como la inmensa mayoría de los cubanos- debo encontrar una guagua (ómnibus) que me permita llegar temprano. Como saben, eso es una odisea porque siempre somos más las personas que lo que alcanzan las guaguas, aun cuando en los últimos tres años se ha multiplicado increíblemente el número de rutas y equipos que prestan ese imprescindible servicio.     

 

Una de los puntos neurálgicos del transporte en la ciudad es la intersección de las calles 100 y Ave. Boyeros (donde hay unos puentes que los habaneros le decimos "los elevados").

 

Allí hay cuatro paradas de guagua y podrán imaginar ustedes cómo se ponen por la mañana.  Por ahí pasan los P12 y P16 (por Boyeros) y el P10 (por 100), estos son ómnibus articulados; además de otras rutas en guaguas normales.

 

Pero si hago esta descripción es para dejar claro el escenario donde cada mañana hay cientos de cubanos buscando la guagua que nos lleve a donde vamos, pero que a esa hora hay varias decenas de estudiantes de medicina de muchos países que también toman el mismo transporte.

 

Es decir, han compartido con nosotros lo que es "coger" una guagua.  Nunca he escuchado a ningún cubano quejarse de tener que compartir nuestro escaso transporte con ellos y a más de uno he visto celebrarle lo adaptado que están a las peripecias del transporte en La Habana, lo que incluye correr tras los ómnibus, montarse fuera de parada, subir apretados porque "abajo queda uno solo", entrar por atrás... en fin todas esas maravillosas habilidades que en materia de transporte urbano hemos desarrollado los cubanos y que de paso hemos transferido a los que estudian con nosotros.

 

Para ejemplo les dejo con la anécdota del día en que se montó en mi guagua (apretadísimos por cierto) una muchachita de estas estudiantes de medicina que no hablaba español, pero que sí entendió perfectamente que llegada su parada tenía que avisarle al chofer (dictador del timón) con un mágico grito de   

 

                                               "¡Chofe abre atrás!"

 

La risa en la guagua fue total y hasta hubo quien dijo: "Oye, esa sí que sabe lo que es Cuba"

 

Nada... así supe que solidaridad no es dar lo que sobra, sino compartir lo poquitísimo que tenemos, incluyendo nuestras guaguas.

 

                                                                                                                    Saludos a todos

 

                                                                                                                          Dayron

Dayron Roque Lazo

Lic. Educación Primaria

MSc. Didáctica de las Humanidades

contacto 620-4252

roquelazo@gmail.com

 

Como amigo de Dayron me permito reenviar su anécdota pero además agrego un poema de una cubana Dora Alonso de nombre “El Caballo de Ajedrez”

 

Quien entienda de caballos

Que lo aclare de una vez:

¿a que raza pertenece

El caballo de ajedrez?

 

No le gusta el campo,

No sabe comer,

Ni lleva herraduras

Ni puede correr.

¿Qué caballo es ese…?

¿Qué caballo es?

 

 

Aunque disiento en algo, porque este caballo sabe comer reinas, alfiles, torres, peones e inclusive ¡que horror! Caballos de su misma especie, me gusta mucho el ingenuo poema y la trivial anécdota que describe mágicamente a una Revolución inexpugnable.

 

                                                                               Eladio González   toto   director museo Che Guevara Buenos Aires