miércoles, 13 de octubre de 2010

Cuba en el mundo Chile Piedad Córdoba Ecuador Golinger

 

 

 

Entorno con emisiones periódicas centra su información en el acontecer internacional. Contiene espacios noticiosos y de opinión, seleccionados de medios de prensa internacional o generados desde nuestro país.  ISSN 1819-4052

 

 

 

Año 8 Número 82 | Fecha 2010-10-12

TITULARES

Opinión

MEDICOS QUE MATAN Y GOBIERNOS QUE TOLERAN por Jorge Gómez Barata

VETERANO DE LA CIA DETRÁS DEL GOLPE EN ECUADOR por Eva Golinger

Entrevista a PIEDAD CÓRDOBA, SENADORA DESTITUIDA POR LA PROCURADORÍA por Cecilia Orozco Tascón

LA GUERRA INTERNA DE ESTADOS UNIDOS por Manuel E. Yepe

A 48 HORAS DEL RESCATE DE LOS 33 MINEROS: EL INFIERNO MEDIÁTICO EN LA ANTESALA por Juan Francisco Coloane

Opinión

MEDICOS QUE MATAN Y GOBIERNOS QUE TOLERAN

por Jorge Gómez Barata

Puede imaginarse un escenario en el cual un Adolf Hitler resucitado telefonea a Benjamín Netanyahu y después de los saludos de rigor, pide disculpas y da por saldada la deuda contraída por el Estado alemán bajo cuya soberanía el Dr. Josef Mengele utilizó miles de prisioneros para realizar experimentos médicos; lo mismo que apenas un año después, entre 1946 y 1948 hizo el médico norteamericano John Cutler en Guatemala inoculando gonorrea y sífilis a 1500 ciudadanos de ese país para probar el efecto de ciertos medicamentos.

La ironía del símil es que, en 1946 mientras en Guatemala se cometía el atroz crimen, en Europa los investigadores norteamericanos, soviéticos y del resto de los países aliados rastrillaban una y otra vez entre los prisioneros nazis en busca de criminales de guerra para llevarlos ante los tribunales y hacerles pagar sus crímenes; Mengele estuvo entre los que se evadió, ocultándose en su natal Baviera, luego en Italia, Argentina, Paraguay y Brasil donde en 1979, treinta y tres años después de haber cometido sus crímenes, como un inofensivo anciano murió sin sufrir, de infarto cardiaco mientras disfrutaba de un baño de mar.

Al comparar el ADN de los restos encontrados en 1985 en el cementerio de la localidad de Ambu, Sao Paulo, bajo una lápida a nombre de Wölfgang Gërhard con el del hijo del criminal, los investigadores norteamericanos establecieron inequívocamente que pertenecían a Joseph Mengele. Eli M. Rosembaum, director de la Oficina de Investigaciones Especiales del Departamento de Justicia del gobierno de los Estados Unidos declaró espantado: "Fuimos sobrepasados por su monstruosidad".

Por una macabra ironía, el gobierno de los Estados Unidos, el país del mundo donde existen más abogados, jueces, fiscales y cortes por metro cuadrado y donde se puede demandar al gobierno si en una calle mojada alguien resbala, reacciona con increíble frivolidad ante un hecho que debiera escandalizarlo y avergonzarlo.

En este caso lo verdaderamente importante no es averiguar la identidad e individualizar a los culpables, sino establecer la responsabilidad que contrajo el Estado norteamericano bajo cuyos auspicios, en este caso, de una de sus agencias oficiales se cometió el crimen que no ha muerto como el doctor que lo cometió ni prescribe con el paso del tiempo.

Se trata esta vez de determinar qué corresponde hacer a los encargados de administrar justicia a nivel internacional cuando un país, por añadidura la mayor superpotencia del planeta, escudándose en acciones de colaboración internacional, engaña a otro gobierno que, actuando de buena fe no se percata del horrible crimen que se comete contra sus ciudadanos.

Esta vez lo que está en juego no es la maldad de un individuo sino la credibilidad y la moralidad de un Estado que ejerce un liderazgo mundial.

Los académicos, científicos y la comunidad médica norteamericana, muchos de cuyos integrantes ahora mismo prestan servicios o realizan investigaciones en diversas partes del mundo, deben ser los primeros interesados en lavar el baldón que ha caído sobre su reputación. Infestar con sífilis y gonorrea a infelices ciudadanos guatemaltecos que creían que iban a ser curados es de una crueldad inaudita.

Naturalmente que no basta con aludir al gobierno norteamericano que, en principio, al más alto nivel, por intermedio de su presidente Barack Obama ha tenido la honradez de reconocer los hechos, sino de observar qué hará Guatemala donde también hay un gobierno cuyo responsabilidad, ayer y hoy es velar por la integridad y seguridad de sus ciudadanos y representarlos; también existen allí abogados, jueces, cortes y fiscales.

Tal vez Guatemala carezca de los recursos científicos y profesionales necesarios para una investigación exhaustiva y puede que ese país no disponga de instrumentos jurídicos apropiados, en cuyo caso puede pedir asistencia a los organismo internacionales para que se involucren; entre otros a la Organización Panamericana de la Salud, a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, a los colegios y asociaciones médicas nacionales, incluyendo las de Estados Unidos y por último a la Corte Penal Internacional.

No se trata de asumir una actitud vengativa ni promover un ajuste de cuentas a los individuos que participaron en la repugnante operación, algunos de ellos ya fallecidos, sino como ocurrió con los crímenes cometido por los nazis en aquella misma época, sentar un precedente que ponga a la humanidad, incluyendo a los ciudadanos de los Estados Unidos a salvo de semejantes actos de barbarie.

Avergüenza creer que la empobrecida Guatemala tendrá que conformarse con una llamada telefónica que por muchos méritos que tenga no lava la culpa ni repara los daños. Veremos.

Fuente: Cubadebate

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VETERANO DE LA CIA DETRÁS DEL GOLPE EN ECUADOR

por Eva Golinger

El ex director de la misión especial para Venezuela y Cuba de la Dirección Nacional de Inteligencia de Estados Unidos, Norman Bailey, ha liderado una operación para desestabilizar al gobierno de Rafael Correa

Al pueblo ecuatoriano no les extraña que el gobierno de Estados Unidos esté detrás del último intento de golpe de Estado en su país. Una encuesta realizada por la firma estadounidense Asisa luego de los acontecimientos el pasado 30 de septiembre en Ecuador, revela que más de 50% de los consultados creen que Estados Unidos apoyó la revuelta contra el Presidente Rafael Correa.

El ex oficial de la Agencia Central de Inteligencia, Philip Agee, relató en los años setenta, en su libro “Diario de la CIA”, como él mismo lideró la operación para socavar al gobierno progresista de José María Velasco Ibarra en Ecuador hasta lograr sacarlo del poder bajo fuerza. Agee cuenta como la CIA penetró e infiltró organizaciones sociales, movimientos políticos, medios de comunicación y sindicatos - de derecha y de izquierda - y hasta alcanzaron captar y reclutar agentes dentro de las instituciones gubernamentales para sabotear al estado desde adentro. La operación fue muy eficiente y solo tardó un año para que cayera el gobierno de Velasco.

Velasco fue reemplazado por el Vice Presidente Julio Arosemana, quien rápidamente perdió el visto bueno de Washington por su relación estrecha con Cuba, y fue derrocado en un golpe militar el 11 de julio de 1963, también patrocinado por la CIA.

El “sicario económico confesado”, John Perkins, luego cuenta en su libro “Confesiones de un Sicario Económico” como Washington asesinó al Presidente Jaime Roldós Aguilera, un progresista ecuatoriano quien murió en un “extraño” accidente aéreo en 1981, apenás dos años después de asumir el poder.

Perkins también intuyó que algo parecido podría suceder al Presidente Rafael Correa, debido a sus políticas anti-neoliberales, sus relaciones con Venezuela, Cuba e Irán, y su política petrolera que buscaba “retomar” el control de la rica industria petrolera en Ecuador para beneficiar al desarrollo de su país.

Y lo pensado se hizo realidad el pasado 30 de septiembre, cuando fuerzas golpistas intentaron ejecutar un golpe de Estado, o en lo alternativo, asesinar al Presidente Correa.

La policía nacional infiltrada por la embajada de Estados Unidos, hecho comprobado en un informe oficial del Ministerio de Defensa de Ecuador en 2008, fue el organismo que provocó la crisis. Y fichas de la Escuela de las Américas, como el Coronel Manuel E. Rivadeneira Tello, lideraron los esfuerzos para asesinar al Presidente Correa, disparando contra el carro presidencial durante su rescate.

Pero hay otra figura quien desde las sombras ha estado manejando la campaña de desestabilización contra el gobierno de Correa, penetrando e infiltrando los movimientos indígenas y las organizaciones sociales y políticas de la “izquierda”.

Philip Agee contó hace décadas como la Agencia Internacional del Desarrollo de Estados Unidos (USAID) fue utilizada como fachada de la CIA para canalizar fondos a organizaciones no gubernamentales (ONG), sindicatos y medios de comunicación. Y en los años ochenta, el gobierno estadounidense creó otra entidad para realizar este trabajo, pero con una fachada más legítima.

En 1983 nació la National Endowment for Democracy (NED), creada por una legislación del Congreso de Estados Unidos. Su misión era “promover la democracia” en el mundo. Fue un proyecto impulsado por el gobierno de Ronald Reagan y sus asesores más cercanos, entre ellos, Norman A. Bailey, entonces Asistente Especial del Presidente para Asuntos de Seguridad Nacional.

La NED fue primero utilizada en Nicaragua para desestabilizar al gobierno Sandinista. Lograron su objetivo luego de seis años de trabajo duro, penetrando e infiltrando todos los sectores de la sociedad civil para alimentar el conflicto y desgastar al pueblo. Luego de su éxito en Nicaragua, la NED se ha convertido en la agencia principal de financiamiento y asesoría a movimientos de la “sociedad civil” que favorecen y trabajan a favor de los intereses estadounidenses. En Venezuela, la NED financió a todos los grupos involucrados en el golpe de Estado contra el Presidente Chávez en abril 2002, y ha seguido financiando a la oposición desde entonces.

Donde hay un gobierno que no le conviene a la agenda estadounidense, allí está la NED, financiando la desestabilización. Ecuador no se escapa de esta triste realidad.

NORMAN BAILEY, VETERANO DE LA CIA

Grupos involucrados en el último intento de golpe contra Ecuador tienen vínculos con la NED y la USAID. Pero una conexión en particular evidencia la profunda operación que Washington tenía en marcha contra el gobierno de Rafael Correa.

El 12 de julio de 2005, el jefe de comunicaciones de la División Estratégica de Desarrollo de la USAID en Ecuador envió un correo electrónico a los otros representantes de la USAID en Quito, expresando su preocupación por la influencia “chavista” en Ecuador. El mensaje incluyó una serie de textos supuestamente demostrando la creciente relación entre Venezuela, Cuba y Ecuador.

Justo ese mismo año fue fundada la Corporación Empresarial Indígena del Ecuador (CEIE), organización encargada de “promover el desarrollo económico local y regional de las poblaciones indígenas”. En Ecuador, es bien conocido que los votos del sector indígena son fundamentales para gobernar de manera efectiva. Los candidatos que logran el apoyo de las redes y movimientos indígenas son normalmente los candidatos que ganan las elecciones ecuatorianas, y el Ecuador tenía elecciones presidenciales el año siguiente, en 2006.

CEIE nació con financiamiento de la NED y la USAID, creada por Ángel Medina, Mariano Curicama, Lourdes Tibán, Fernando Navarro y Raúl Gangotena. Curiosamente, entre sus tres “miembros honorarios”, figura Norman Bailey, agente de inteligencia de Estados Unidos y experto en operaciones clandestinas.

Bailey estuvo en el Ejército de Estados Unidos dónde se especializó en inteligencia estratégica. Fue economista de la empresa petrolera Mobil International Oil, estudiando y analizando el sector petrolero mundial. Fundó la empresa Overseas Equity Inc, que suministraba asesoría al sector financiero internacional y luego se juntó a la firma banquera Bailey, Tondu, Warwick & Co., asumiendo la presidencia. La firma se dedicaba a las transaciones financieras de deudas en los países en desarrollo.

En 1981, Bailey fue nombrado Asistente Especial del Presidente Ronald Reagan para Asuntos de Seguridad Nacional y Director de Asuntos Económicos Internacionales en el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca. A partir del 1984, Bailey fue asesor a distintas agencias gubernamentales, corporaciones, bancos, instituciones financieras y empresas multinacionales en cinco continentes.

En 2006, el entonces Director Nacional de Inteligencia de Estados Unidos, John Negroponte, decidió crear la Misión Especial de Inteligencia para Venezuela y Cuba. Nombran a Norman A. Bailey para presidir dicha “misión”.

Fue primera vez en la historia estadounidense que la comunidad de inteligencia creó “misiones especiales” de alto nivel para distintos países. Solo tres misiones fueron creadas en 2006: para Irán, Corea del Norte y Venezuela/Cuba.

Con un presupuesto multimillonario, Bailey incrementó las operaciones de desestabilización contra los gobiernos de Venezuela y Cuba. Al mismo tiempo, cualquier otro gobierno o movimiento en la región que se asociaba con Venezuela o Cuba estaba sujeto a las operaciones clandestinas de Bailey.

Aunque en 2007, Bailey salió de la Misión Especial de Inteligencia para Venezuela y Cuba, se mantuvo como “miembro honorario” de la CEIE en Ecuador. Bailey también seguía, y sigue, “asesorando” al gobierno estadounidense en asuntos de inteligencia.

CEIE tiene vínculos estrechos con los dos principales movimientos indígenas en Ecuador – y los dos movimientos políticos de “izquierda” que más han salido a criticar y oponerse al gobierno de Rafael Correa.

De los cinco fundadores de CEIE, las conexiones de cuatro de ellos con el gobierno de Estados Unidos son asombrosas.

- Ángel Medina también es fundador y presidente de la Fundación Q’ellkaj, otra organización financiada por la USAID y NED que intenta penetrar y captar fuerzas dentro de la gran comunidad indígena ecuatoriana.

- Fernado Navarro es Presidente de la Federación de Cámaras de Comercio del Ecuador, obviamente representando los intereses empresariales e intentando influir sobre la comunidad indígena a favor del sector financiero. La Federación de Cámaras de Comercio del Ecuador también ha recibido financiamiento de la NED y la USAID.

- Raul Gangotena ha sido Consultor del Banco Mundial, becario del Departamento de Estado con un Fulbright, fue Embajador del Ecuador en Estados Unidos del 2003-2005 e Investigador de la NED en 2005, justo cuando fue fundada la CEIE. Es además curioso que Gangotena fue Embajador del Ecuador en Estados Unidos al mismo tiempo que trabajaba para la NED. Esto evidencia la profunda penetración de Estados Unidos en la política ecuatoriana.

- Lourdes Tibán fue Asesora del Consejo Político de la ECUARUNARI, organización fundadora de la CONAIE, que es el movimiento político indígena ecuatoriano de mayor fuerza. Sus vínculos con la NED y la USAID sin duda influyeron sobre su trabajo con la ECUARUNARI y la CONAIE.

En 2009 y 2010, la CONAIE se convirtió en una de las principales fuerzas en contra del gobierno de Rafael Correa. Durante el golpe de Estado del 30 de septiembre, la CONAIE emitió un comunicado responsabilizando al Presidente Correa por la crisis política en el país. Su contraparte política, PACHACUTIK, emitió otro comunicado apoyando al golpe y llamando para la renuncia inmediata de Correa.

El papel de Norman Bailey en los últimos planes de desestabilización en Ecuador no debe ser subestimado. La presencia de este veterano de la CIA en una organización vinculada con los sectores indígenas y empresariales del Ecuador evidencia que la huella estadounidense sigue atentando contra la soberanía del Ecuador.

Fuente: Global Research

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Entrevista a PIEDAD CÓRDOBA, SENADORA DESTITUIDA POR LA PROCURADORÍA

por Cecilia Orozco Tascón

"Asumo que me quieren lapidar"

A días de perder su condición de senadora por destitución del Procurador, Piedad Córdoba asegura que Alejandro Ordóñez había prometido “acabarla”. No acepta la autoría de ninguno de los correos en los que se basa el fallo y dice que esos mensajes contienen datos que ella le entregó a la Casa de Nariño. Afirma que por ningún motivo pediría asilo político y revela detalles asombrosos de la mediación con las Farc.

C.O.T.- Usted ha rechazado tajantemente ser la “Teodora” o “Teodora Bolívar” que se cruza unos correos electrónicos, muy amistosos, con Raúl Reyes. ¿Cuáles y cuántos de los mensajes que están dentro del proceso de la Procuraduría reconoce como suyos?


P.C.R.- Ninguno. Para ser mediadora frente a la guerrilla, yo no tenía que mandarle correos a nadie. Fui, y el país lo supo públicamente, a una reunión con Reyes. Tenía tanta autorización del Gobierno y estaban tan enterados en la Casa de Nariño, que José Obdulio Gaviria, Bernardo Moreno y el funcionario que reemplazaba por esos días al comisionado Restrepo me ofrecieron un helicóptero para ir al encuentro con Reyes. Como no lo consideré conveniente, no solicité ese servicio. Pero hay algo clarísimo: traje un video de esa reunión para entregárselo a Luis Carlos Restrepo.

C.O.T.- ¿Cuál es la fecha de inicio y de terminación de su trabajo como mediadora, con autorización del presidente Uribe?


P.C.R.- Se inició en julio o agosto de 2007 y terminó el 21 de noviembre de ese año, cuando veníamos de París de la reunión con el presidente Sarkozy.

C.O.T.- ¿Después de esa cancelación usted tampoco escribió correos?


P.C.R.- No, nunca.

C.O.T.- Los correos que aparecen en el fallo contienen información verdadera sobre ciertos momentos de la mediación. ¿Quién podía conocer tantos detalles para escribir con esa precisión?


P.C.R.- Varias personas, entre ellas, funcionarios del gobierno Uribe, porque yo misma los enteraba. Al principio de la investigación de la Procuraduría, no le puse atención a la historia de los correos porque estaba totalmente tranquila, pero después empecé a hacer memoria. La verdad es que siempre fue muy difícil mi interlocución con Luis Carlos Restrepo y con los otros funcionarios de palacio, porque había desconfianza. Yo sentía que las conversaciones con ellos no tenían como objetivo lograr las liberaciones, sino recoger información a través de mí. Empecé a sentirme muy incómoda.

C.O.T.- Si era así, ¿por qué continuó mediando?

P.C.R.- Por no abandonar la tarea de las liberaciones. Le voy a contar una anécdota: cuando fui a ver al presidente Chávez para decirle que el presidente Uribe había autorizado la mediación, Chávez me preguntó: ¿Usted tiene alguna autorización por escrito? Le contesté que sí pero que no la había llevado, aunque se podía leer en la página web de la Presidencia de Colombia. Él le pidió al canciller Maduro, que estaba con nosotros, que la consiguiera. Cuando Maduro la trajo impresa, Chávez se quedó mirando la hoja y dijo: “Esto puede ser una trampa”. Pero para volver al punto, yo le daba a Luis Carlos Restrepo reportes con bastante precisión sobre lo que se estaba haciendo. El contenido de esas conversaciones se refleja en los correos que aparecen en el computador de Reyes.

C.O.T.- ¿Quiere decir que Restrepo o los otros funcionarios de palacio inventaron los correos y los plantaron en el computador de "Reyes"?

P.C.R.- No puedo asegurarlo de esa manera pero, por lo menos, lo que yo les contaba a ellos sí aparece en los correos con pelos y señales. Por ejemplo, un día le conté a Restrepo que habíamos hablado de una constituyente en una reunión y lo puse al tanto de mi conversación en Estados Unidos con Simón Trinidad. Días después, me encontré con el Comisionado y me indicó, alterado, que Uribe estaba absolutamente energúmeno conmigo porque yo quería poner a Colombia al nivel de Venezuela, proponiendo una constituyente. Entonces le contesté que si acaso no era el propio Presidente el que me había puesto a hablar de esa opción con la guerrilla.

C.O.T.- ¿El presidente Uribe le dijo a usted que les propusiera a las Farc una constituyente?

P.C.R.- Uribe me lo dijo con toda claridad en su despacho de la Presidencia. Cuando quiera, se lo sostengo frente a él.

C.O.T.- ¿Cuál fue la frase exacta del Presidente?

P.C.R.- Me dijo: “Piedad, estoy dispuesto a llegar a una constituyente. Dígaselos”.

C.O.T.- ¿Alguien lo oyó, además de usted?

P.C.R.- Sí. Luis Carlos Restrepo y Bernardo Moreno. Lo mismo ocurrió con mis visitas a Simón Trinidad y a Sonia en Estados Unidos: esas reuniones no fueron clandestinas, porque yo no podía verlos sin permiso del Departamento de Estado. Pues bien, salió el Presidente a decir, públicamente, que Trinidad y yo dizque íbamos a dar un golpe de Estado mediante la constituyente. Las visitas en la cárcel siempre ocurrieron frente a los abogados de oficio de Trinidad, pagados por el Departamento de Justicia; frente a gente de la DEA, de la CIA y con dos cónsules de Colombia, uno de ellos la cónsul en Texas, enviada a la cárcel por el presidente Uribe.

C.O.T.- Recuerdo que la idea de visitar a Trinidad y a Sonia consistía en explorar un intercambio de ellos por los secuestrados en la selva. ¿Eso también estaba autorizado?

P.C.R.-
De intercambio también se habló delante de todo el mundo. Tanto es así, que el Departamento de Estado autorizó a los abogados de oficio de Trinidad a que vinieran a un campamento a encontrarse con las Farc.

C.O.T.- Perdone: ¿Los abogados norteamericanos de Trinidad estuvieron en un campamento de las Farc?

P.C.R.- Sí. Vinieron y contaron, unos tres días antes de que se supiera, cómo iba a ser la condena de Trinidad. En ese momento se discutía un proceso de negociación según el cual Francia recibiría a los dos guerrilleros que se encontraban en Estados Unidos a cambio de que las Farc entregaran a los tres gringos y a Íngrid.

C.O.T.- ¿Cuántos abogados norteamericanos estuvieron con las Farc?

P.C.R.-
Dos: un hombre y una mujer. Y también había otros asesores.

C.O.T.- ¿Por qué cree que el presidente Uribe la nombró como mediadora, si las relaciones con usted siempre fueron malas?

P.C.R.- Después de todo lo que ha pasado, creo que Chávez tenía razón y que el Gobierno no quería realmente adelantar ningún proceso de liberación, sino que quería seguirme para saber dónde estaban las Farc, porque partían de la base de que yo era integrante de la guerrilla. Y si eso era lo que creían, también pensarían que a través mío iban a llegar a ella.

C.O.T.- Al margen del proceso en su contra, muchos colombianos creen que usted está a favor de las Farc. ¿Qué les respondería?

P.C.R.-
Que he sufrido toda clase de persecuciones y que casi tengo la casa por cárcel porque ya no puedo ir a ninguna parte. Mis hijos y mi familia también han sufrido intimidaciones y ataques. Hemos pagado un costo muy caro. Pero que quede bien claro: a pesar de todo, no voy a cambiar de opinión, porque cada vez es más evidente para mí que aquí hay que escoger entre la democracia y la guerra. Yo tomé conscientemente el camino de la paz, que es el mismo de la democracia. Esas son mis convicciones y no las voy a cambiar por conveniencia o por quitarme problemas de encima.

C.O.T.- Volvamos al fallo de la Procuraduría: usted está a punto de salir definitivamente del Congreso. ¿Cometió errores durante sus contactos con las Farc?

P.C.R.- Mi "error" ha consistido en tener convicciones diferentes cuando la disidencia ideológica se convirtió en delito, porque las opiniones están siendo criminalizadas. Aquí lo que hay es una profunda discusión política disfrazada de justicia. Si eso no fuera así, yo no estaría pasando por estas circunstancias y el Procurador no actuaría, como lo ha hecho, dudando de la acusación de Mancuso contra Mario Uribe pero dándole, al mismo tiempo, toda la credibilidad a un mercenario extranjero a quien le dieron mucho dinero para que hablara contra mí. Entonces, asumo que me quieren lapidar, someterme al escarnio y meterme a la cárcel.

C.O.T.- La crítica más corriente que oigo contra usted es que nunca ha dicho que las Farc son terroristas…

P.C.R.- Y no lo voy a decir…

C.O.T.- ¿Por qué no? ¿No es censurable que pongan bombas y maten gente?

P.C.R.-
Las Farc ejecutan acciones que dentro del Derecho Internacional Humanitario configuran actos de terrorismo, como el secuestro. Pero hay que admitir que también se viola el DIH cuando agentes del Gobierno desaparecen personas o las ejecutan extrajudicialmente, como ocurrió con los falsos positivos. A mí me preocupa la aplicación estricta del DIH en todos los casos. Y eso no me lo reconocen. Por ejemplo, nadie se pregunta por qué voy tan frecuentemente a Estados Unidos.

C.O.T.- ¿Por qué va?

P.C.R.-
Voy a reunirme con los paramilitares extraditados para ayudarles a sus familiares que están amenazados aquí. También he ido a la cárcel de Itagüí a hacer una tarea parecida. Nadie pregunta por ese otro lado en el que también me desgasto y nadie quiere entender que cuando se está buscando una mediación, el lenguaje es el del pacifismo y que uno no tiene por qué estar utilizando conceptos que no son jurídicos sino políticos.

C.O.T.- Si a usted le pusieran un arma en la mano y tuviera a un paramilitar de un lado y del otro a un guerrillero, ¿a quién le dispararía primero?

P.C.R.-
A ninguno. Por nada del mundo mataría a nadie.

C.O.T.- Si familiares de un paramilitar estuvieran en peligro, ¿los ayudaría?

P.C.R.- Ya lo he hecho. Pregúntele a Báez, a Don Berna o a Mancuso. ¿Qué he hecho para ayudarlos? Enfrentarme a miles de dificultades para evitar que los asesinen. Las hijas de Don Berna estuvieron visitándome para contarme que no estaban seguras en ninguna parte. Don Berna me secuestró. ¿Por eso voy a dejar que maten a sus parientes, si puedo evitarlo? Yo, antes que todo, soy defensora de derechos humanos.

C.O.T.- Usted ha recurrido ante el Procurador para que reconsidere el fallo contra usted de destitución e inhabilidad por 18 años. ¿Cree que echará atrás la decisión de su propio despacho?


P.C.R.- No, en absoluto.

C.O.T.- ¿Entonces para que presentó el recurso?

P.C.R.- Por agotar los recursos legales y por respeto a unas instituciones en las que ni siquiera creo, porque no son imparciales y porque están al servicio de los intereses de unos cuantos. Y lo hago, porque quiero demostrar que hay que luchar cuando uno sabe que es inocente y que todo lo que ha hecho es limpio y dentro de la ley.

C.O.T.- Si usted estaba convencida, como lo ha dicho, de que el procurador Ordóñez no iba a ser imparcial con usted, ¿por qué no lo recusó antes del fallo y ahora sí lo hace?

P.C.R.-
Porque, en medio de todo, no creí que llegara hasta donde lo hizo. A pesar de que mucha gente me contaba lo que el Procurador quería hacer, yo confié en la verdad. Hubo una reunión en la que se contempló la posibilidad de presentar una tutela por incompetencia contra él y no quise interponerla porque aunque no comparto sus ideas y él se expresa tan mal de mí, incluso asegurando que iba a acabar conmigo, pensé que actuaría en derecho.

C.O.T.- ¿En qué basa sus dudas sobre la competencia del Procurador?

P.C.R.- En que la competencia debe ser absolutamente taxativa: resulta que él me aplicó una sanción que implica pérdida de mi investidura de congresista. Y esa decisión sólo le corresponde al Consejo de Estado.

C.O.T.- Me parece por lo menos paradójico que quien la reemplazará a usted en la presidencia de la Comisión de Paz del Congreso sea el senador Roy Barreras, un uribista furibundo. ¿Qué opina al respecto?

P.C.R.-
Que ese es el país y que ese es el Congreso. Se trata de la misma persona que me denunció unas tres veces en la Corte y en el Consejo de Estado por orden del uribismo. Nunca me he referido a él ni le he respondido absolutamente ninguna de sus acusaciones, porque me inspira pesar.

C.O.T.- ¿Por qué?

P.C.R.-
Porque tiene que estar rindiéndole cuentas al doctor Uribe, que lo llama a que le presente informes sobre todo lo que pasa y lo que oye en el Congreso. Después le ordena lo que tiene que hacer el resto de la semana. A él lo pusieron a hacer la tarea de perseguirme y desprestigiarme. Siento pesar de él porque sólo le quedan las boronas que caen de la mesa.

C.O.T.- Usted ha dicho que es perseguida política. ¿Ha pensado en pedir asilo a algún gobierno?

P.C.R.-
No. A pesar de que el mismo Gobierno reconoce que soy la persona más amenazada de Colombia; a pesar de que están oficializados ante la justicia los documentos en que se ordena desprestigiarme, restarme credibilidad y legitimidad, perseguirme y hostigarme, tal como lo dijo la ex subdirectora del DAS Marta Leal y como lo ratificaron los ex jefes de inteligencia y contrainteligencia de esa misma entidad, no creo que deba salir corriendo. Este es mi país y tengo derecho a lucharlo, a vivirlo y a peleárselo a los que se lo raparon hace rato y creen que por eso sólo ellos caben aquí y nadie más.

C.O.T.- ¿Qué pasa si la justicia penal decide meterla a la cárcel? ¿Ha considerado esa posibilidad?

P.C.R.-
Claro que la he considerado. Si lo logran, allá voy. Tendrán que construir una cárcel especial…

C.O.T.- ¿Por qué?

P.C.R.-
Porque desde allá seguiré haciendo política y continuaré luchando por mis ideas y mis convicciones.

"A Mancuso le harían un busto; a mí me fusilarían"

C.O.T.-
Usted es una de las dos personas más odiadas del país. La otra es Íngrid Betancourt. ¿No la agobia ese rechazo?

P.C.R.-
Íngrid puede doblar la página pasado mañana y convertirse en la más querida de los colombianos. En cambio a mí, que nunca se me ha ocurrido plantearle una demanda multimillonaria al Estado —a pesar de la persecución de que fui objeto por parte del gobierno pasado—, no me perdonarán jamás mi posición de pacifista y de enemiga de la guerra. Yo tengo conciencia de clase y de país. Por eso no me arrepiento de lo que he hecho y de lo que he dicho; tampoco me canso, aunque he pagado muy duro en materia de tranquilidad y libertad. Si estuviera pendiente del qué dirán y de lo que piensan sobre mí los sectores poderosos, seguramente cambiaría de ‘película’.

C.O.T.- ¿Por qué no lo hace? ¿No ha tenido suficiente ‘castigo’ en mala fama?

P.C.R.-
Primero, también tengo amigos solidarios y mucha gente que cree en mí. Segundo, no me voy a resignar a la guerra como destino inevitable del país. Sé que soy una de las más odiadas, como usted dice. No me gusta, pero lo asumo. Y soy consciente de que si saliera a un escenario con Mancuso para que escogieran entre los dos, a él le harían un busto y a mí me fusilarían.

Un editorial lo dijo: “En el país de las fosas”

C.O.T.- Cuando usted aseguró en Europa que Colombia “era una fosa común” se le vino el mundo encima. ¿Se le fue la mano?

P.C.R.-
No, para nada. En el marco de un foro, que fue convocado por varios eurodiputados, entre los cuales había un grupo significativo de los que vinieron a Colombia a mirar el caso de la fosa común de La Macarena, quise contextualizar el tema. Hablé del nivel de degradación humanitaria en el país. Y a raíz de que uno de los europeos se había referido a las fosas, dije que realmente aquí se estaba viviendo un problema terrible y pronuncié la frase que usted menciona.

C.O.T.- Deme dos evidencias concretas que soporten su afirmación.

P.C.R.-
El mapa oficial de la Fiscalía sobre la ubicación de las fosas comunes que han revelado los paramilitares desmovilizados es contundente. Allí se reporta el hallazgo de 2.867 fosas; se han encontrado 3.488 cuerpos y se han entregado 1.002. La misma Fiscalía les solicitó a los alcaldes que dieran cuenta de los N.N. que hubiera en sus municipios. Hasta hace unos veinte días, 300 alcaldes habían cuantificado cerca de 10 mil N.N. El segundo dato irrefutable es el editorial de El Tiempo del día 21 de noviembre de 2006. El titular rezaba así: “En el país de las fosas”. Cuando lo dice Piedad es un escándalo. Cuando lo indica El Tiempo, nadie lo pone en duda.

Fuente: El Espectador, Colombia

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LA GUERRA INTERNA DE ESTADOS UNIDOS

por Manuel E. Yepe

Es falso que el gobierno de Estados Unidos solo libre guerras sucias contra países pobres del Tercer Mundo. O que limite sus belicosos abusos al enfrentamiento “contra el terrorismo” que subsuma las desiguales guerras contra Irak, Afganistán y tantas otras que están por estallar contra Irán, Corea del Norte, Yemen, Sudán, Líbano, Siria y otros estados “malvados”.

Lo cierto es que Washington está también empeñado en otras muchas guerras sucias –o una sola guerra contra varios enemigos- en su propio país, que no es ni subdesarrollado ni tercermundista. El gobierno de Estados Unidos sostiene en la actualidad verdaderas guerras contra indeseados luchadores por las libertades y derechos civiles.

Los enemigos son inmigrantes indocumentados, luchadores contra la guerra, militantes solidarios con pueblos agredidos por el imperio, combatientes anti racistas, adversarios del fanatismo anti musulmán, ambientalistas incorruptibles, dirigentes sindicales no vendidos a los patronos, así como los activistas que reclaman más puestos de trabajo, mejores condiciones de vivienda, atención de la salud y educación, cuyo número crece sin cesar.

La proliferación del activismo disidente en Estados Unidos obedece, a mi juicio, al hecho de que el “establishment” o sistema de relaciones que rige en la sociedad, proyecta una imagen de enorme solidez, dada por los casi infinitos recursos materiales para su seguridad y defensa en que se apoya, además del formidable control que ejerce sobre los medios de comunicación.

Todo ello conforma un escenario tan hostil para quien se plantee el propósito de enfrentarlo de manera directa que quienes disienten optan por manifestar su descontento de manera colateral, a través de organizaciones de protesta específica que no atacan al sistema de manera frontal.

El acoso y la sistemática represión, con aparatosa irrupción en sus domicilios, asaltos a sus locales de reunión y redadas que lleva a cabo la Oficina Federal de investigación (FBI) contra estos activistas incluye la confiscación de computadoras, libros, listas de destinatarios de correos electrónicos, teléfonos celulares, cámaras, videos, documentos de todo tipo, pasaportes y fotografías de Martin Luther King y Malcolm X. Así ha sido recientemente en Michigan, Illinois, Minnesota, Carolina del Norte, Wisconsin y California. Todo con el propósito de intimidarles y sembrar en ellos el terror para que cesen en sus altruistas y humanitarias actividades.

Constantemente llegan mensajes de protesta al Presidente Barack Obama, a su Vicepresidente, al Fiscal General, al Inspector General del Departamento de Justicia, a los líderes del Congreso, el Senado y la Cámara de Representantes, así como al Secretario General de las Naciones Unidas y a los medios de comunicación. Pero ninguno se publica, como no sea en la prensa alternativa, de escaso alcance.

Tampoco en los medios dominantes o “mainstream media” ocupan espacios las denuncias por los acosos de activistas, ni las noticias acerca de los asaltos a sus hogares y oficinas. Estas noticias se manipulan con el mismo celo que las referidas las guerras externas.

En muchas ocasiones, tras los asaltos y registros, se reparten citaciones a los más conocidos y respetados activistas defensores de derechos humanos y civiles para que testifiquen ante un gran jurado federal investigador de los delitos de apoyo al terrorismo con el propósito de intimidar no solo a estos valientes discrepantes sino también a sus seguidores.

Esta manera de tratar de apagar la creciente oposición del pueblo a las guerras de su gobierno mediante la supresión de los derechos civiles y políticos de quienes dedican su tiempo y energía a promover la comprensión de cuestiones de justicia social y del derecho internacional que la prensa corporativa esconde, se hace cada vez más difícil de sostener y las encuestas demuestran que la incredulidad respecto a los medios crece sostenidamente.

En última instancia, estas guerras internas que mantiene el gobierno de los Estados Unidos forman parte sus deberes y su razón de ser como fachada del gobierno supremo de los bancos, las corporaciones y el complejo militar industrial, que jamás fuera electo pero es el que rige los destinos de la superpotencia.

Se trata de conflictos inevitables en cualquier sociedad capitalista entre dueños y trabajadores que, en la actual etapa imperialista de Estados Unidos, se agudizan al extremo.

Las Leyes Patrióticas promulgadas tras el ataque terrorista de origen y autoría aún no identificados convincentemente contra las Torres Gemelas de Nueva York y el Pentágono de Washington solo han incrementado la intensidad de las contradicciones entre el proyecto hegemónico global de Estados Unidos y las aspiraciones de desarrollo en armonía con el resto del mundo de la ciudadanía de esa nación norteamericana.

Fuente: Aporrea org

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A 48 HORAS DEL RESCATE DE LOS 33 MINEROS: EL INFIERNO MEDIÁTICO EN LA ANTESALA

por Juan Francisco Coloane

He estado visitando el Campamento Esperanza y las afueras del la Mina San José. Jorge Muñoz el periodista de Bío Bío La Radio, fue el que incitó este viaje azuzándome con ironía: “¿Y cómo? El comentarista internacional no va a estar en el rescate de los mineros? Es la noticia internacional del momento”.

Tenía la razón. En el primer punto de control de carabineros en la ruta a Caldera en el desvío a la Mina San José, este lunes a las 10 horas habían pasado 200 vehículos y la mitad pertenecían a medios extranjeros. Cuando se llega al sitio por segundo día consecutivo se observa que la cantidad de vehículos se ha duplicado y que una excavadora hace espacio para el torrente de vehículos que se producirá en los próximos días cuando comiencen a salir los mineros de su encierro involuntario.

Varios miles de profesionales trabajando para más de un centenar de medios -algunos citan que son más de 200, han formado una verdadera ciudadela alrededor de los puntos críticos donde aún se puede circular. Estos puntos son: el Campamento Esperanza donde están los familiares de los mineros; el centro de corresponsales extranjeros, y los dos cercos consecutivos que impiden la entrada a lo que podríamos llamar la zona 0, cerca del promontorio donde se encuentra el dispositivo cilíndrico para el rescate.

Pero la zona más álgida y de mayor intensidad, son las callejuelas formadas por las carpas e instalaciones de los medios. A partir de mañana los espacios de circulación se reducirán para privilegiar la holgura de maniobra del rescate mismo, y la mayor parte de los que deseen poner sus ojos y sus oídos en el rescate están llegando a dormir en el lugar y usar la lucha libre si fuera posible para posicionar a su medio. Hay credenciales y hasta se paga bajo cuerda – se dice- para estar en el privilegio de la noticia que no tiene el otro.

He podido compartir con los familiares de los mineros, estar a pocos metros de la boca de la mina clausurada y de la famosa perforadora que dio con el refugio. El lápiz que tocó justo la pepa de la sandía como bien lo retrata en su metáfora don Luis López Erazo, un experimentado geomensor que conoce el oficio minero. “Ese lápiz -por la perforadora-, podría haber pasado de largo y errado en dar con la pepa justa, porque en el complejo entramado de la montaña hay mucha pepas”.

Ahora el artefacto más preciado y que hará posible el rescate y que ya tiene ribetes míticos es el dispositivo en forma de cápsula o jaula que funciona como un ascensor impulsado por su sistema de motor y “winch”. Este cilindro permite el ida y vuelta atravesando 500 metros de perforación en posición vertical pero que no es recta”, nos dice un ingeniero rescatista. “En ese ascensor entra el minero y sale en la superficie cuando se abre la puerta de esa cápsula. Se estima que el “viaje” de la salvación podría demorar entre 20 y 30 minutos y que la operación entre colocar el primer minero y sacarlo del ascensor hasta colocar el segundo minero podría durar 1 hora y media. Y así sucesivamente de a uno, hasta ese emblemático número de 33”, finaliza. .

Más allá del infierno mediático que impide ver lo esencial, el sentido todavía se hace sentir en algunas voces: Jaime Iturra Redondo, CORE de la región, indica: “El accidente es fruto del criterio con que se administra el modelo, hay que recalcar que se está donde está en gran parte por la capacidad de organización de los mineros. El gobierno y el estado han hecho lo que correspondía para estar a la par con ese esfuerzo de los mineros”.

Un concepto similar deslizó el Ministro Laurence Goldborne al responder una pregunta después de su conferencia de prensa: “Ministro. Todo indica que será un éxito el rescate. ¿Es este el fruto del trabajo de un equipo multidisciplinario con un foco común, en donde las diferentes inclinaciones corporativas, profesionales y percepciones de todo tipo se dejaron atrás en pos del objetivo común”?. El sí fue rotundo. “Esa es la idea”.

Las visiones entregadas por la senadora Isabel Allende, el senador Baldo Prokurica, en sus diferentes entrevistas apuntan a que lo importante es no ponerse a pelear acerca de cual es la mayor enseñanza para ver quién saca mejores dividendos políticos, o quién tiene la razón, teniendo en perspectiva sacar lecciones comunes.

“Hay que reenfocar la estrategia nacional para reencausar el potencial minero, en función de una explotación racional de las riquezas no renovables, programar salarios justos y asumir el compromiso de entregar la máxima seguridad para los trabajadores así como el de asegurar la máxima rentabilidad del estado en las operaciones mineras, cuya indispensabilidad de ha hecho evidente en esta operación”, comenta el diputado Lautaro Carmona al corresponsal Alex Barrionuevo del The New York Times.

Y este es el punto central. Los medios extranjeros se enfocan en lecciones de futuro para la sociedad y en encontrar claves del por qué de una operación hasta ahora exitosa. Los medios extranjeros salen de las penas del infierno en cambio los medios locales, cada cual enclaustrado en su agenda propia para hacerla trabajar en función de sus posiciones en la competencia de mercadeo publicitario. El episodio de los 33 mineros y su rescate, ha servido para observar el muestrario de los límites a que puede llegar el afán desmedido de los medios en desplegar todo su poderío para competir con el otro y supuestamente servir mejor al público informando.

“Los medios de Santiago en particular, han avasallado los espacios y las familias de los mineros se ven desbordadas por el mero hecho de la cantidad”, nos señala un periodista local. Y agrega perplejo: “Las instalaciones de las familias de los mineros, que antes eran el centro de la atención, han sido inundadas por una invasión y desaparecen en la marea de personal con sus cámaras, micrófonos, trípodes, cables, plataformas”.

Los medios han logrado lo que podría llamarse un Mal de la Información, o tal vez una Feria de la Información. Por lo “acerado” del reflejo del sol abrasante a mediodía o el frío punzante del clima continental desértico en la noche, es como el infierno de la antesala. No hay nada más desagradable que la comercialización de la información a costa, tanto del ingenio como de la irresponsabilidad humana.

Fuente: Argenpress

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