lunes, 11 de abril de 2011

Eo Dinunzio y el Che Guevara de la Serna en La Paz Bolivia

Tuvo una conversación con el Che Guevara.   Es argentino vive en Bahía, Brasil se llama Eo Dinunzio.

 

Barrio de Caballito, ciudad autónoma del país dependiente. 

11 de abril de 2007.

 

Lo abrazo, nos despedimos y comienzo a entrar a mi negocio, para guardar por la noche, la escenografía que adorna la vereda por donde miles de personas circulan a diario (de ida y vuelta).

a) El maniquí de niño (tipo 10 años) pintado de dorado con sombrero mambí sujeto por un alambre para que no lo arranquen y se lo lleven, el gran cartel a su espalda advirtiendo “te faltan treinta metros para morir arrollado por el tren que viniendo de la estación Once cambia abruptamente su recta para traicionar tu ingenuidad.”  (la empresa no advierte de nada, los muertos dependen de la decisión ó vigilancia del altísimo, que para mí no es “para nada efectiva”.   La culpa es de la empresa y no de Dios por supuesto).  Es que estamos a menos de 30 metros de los rieles del Ferrocarril Oeste.

b) la escultura del “Gauchito Gil” hecha en cemento, bombacha y chalecos negros, pañuelo rojísimo (¡éste Chávez!)  al cuello, el Robin Hood (capucha morada) correntino que robaba a quienes tenían para repartirlo entre los pobres.  Del tamaño y estilo de un enanito de jardín (temprana invasión de Walt (congelado) Disney) semejante a esos 7 enanos que rodeaban a Blanca Nieves.

Imagino a Ricky Maravilla (tan ausente como Palito Ortega) entonando… “que tendrán los petisos, que las vuelven locas”, etc.

El gauchito está rodeado por una cartulina blanca muy grande donde se lee:  “vereda Maestro Carlos

Fuentealba”, porque así bauticé ayer a esta acera frente a nuestro comercio de calle  Rojas 129, Capital, Buenos Aires. (en recuerdo del maestro neuquino asesinado hace pocos días por la policía).

Cerré y tras desconectar el motor, que hace que un hilo invisible mueva el rostro de George Bush, de forma que un sapo de bronce lo trague mientras que por el culo del sapo aparece ó es defecado el ex Ministro “brillante” “admirado” “endiosado” “ALCA-rajo Domingo Cavallo”,  me quedo conmigo mismo.  Registro que el mismo mecanismo detuvo el implacable y eterno puño giratorio que golpeó desde hace años, golpea hoy y golpeará eternamente el rostro de un pequeño muñeco reproducción de Carlos Saúl Menem, agresión que hace las delicias de niños, jóvenes y adultos de los tres sexos y las multiples religiones en la vidriera de “Bagatela” su casa amiga, guardia del Museo Che Guevara y Museo del Juguete Argentino e importado, cuyo nombre de guerra es: “MordorToys”

El balsero argentino en San Pablo, mi nuevo amigo Eo Dinunzio se fue tras 2 horas de intentar cultivarme positivamente. 

No soy un “bonsái”, de hecho soy bastante alto, pero el fue delicada, inteligente y no sé si inútilmente sugiriéndome como debía yo escuchar a un interlocutor, para realmente aprehender su mensaje y poder aprovecharlo ó retrucarlo acertadamente.

Este balsero argentino en San Pablo, reitero el calificativo porque ustedes saben que yo no hablo, pero entiendo el cubano básico y tanto el diario La Nazión como la TV, radios y prensa argentinas (tan libérrimas)  tildan así a los emigrantes de la isla, pero olvidan que sus hijos, nietos, sobrinos, hermanas, vecinos, lectores, oyentes y televidentes, escapan HOY de Carrió, Sebrelli,Menem, Sofovich, Macri, Patti, Telerman, el Negro Oro, Duhalde, Palito Ortega, Nelson Castro, Lavagna, Mirta Legrand,  Feinman, Susana Giménez, Scioli, Chacho Alvarez, Salvia, López Murphy y de la democracia Argentina buscando “sobrevivir” en España, Italia, Francia ó el “Principado de Andorra”. (les juro que existe).

La monarquía me sonaba ridícula pero nació la 3ª hija de la argentina que fue salvada y embarazada por el sapo – príncipe y  viendo la tragedia neuquína pudiéramos ahora tener un “Rey de Bastos”,   (¿Sobisch? ) que cague a palos ó mate a maestros (que son el presente) sí, pero también a los educandos que son el futuro.

Mi amigo Eo, se fue y tengo que compartir sus locas aseveraciones: me dijo que los brasileños están impávidos con respecto a política, que el sueldo de los brasileños es muy inferior al de los argentinos, que no hay país que se pueda comparar al nuestro, que los argentinos somos revolucionarios, contestatarios, inteligentes, educados, cultos….

Eo, cuando era muy joven, sin sus 80 años actuales compartió unos minutos la soledad de una recepción de consultorio en la ciudad de La Paz con otro joven.

Eo necesitaba consultar por una especie de alergia que le había aparecido.  El, argentino, sindicalista exiliado en Bolivia oyó al otro “paciente” hablar con la enfermera y su acento le confirmó que eran dos argentinos que coincidían allí.  El joven, un tal Ernesto lo confirmó y le aclaró que visitaba a su ex profesor en la Facultad de Medicina de Buenos Aires que era boliviano y ejercía allí.  Que estaba de viaje orientado hacia Venezuela para reunirse con su amigo cordobés el doctor Alberto Granado con quien soñaban abrir un “leprosario para los menesterosos” al estilo del grande que ellos admiraban y que había hecho lo mismo, el famosísimo organista Albert Schweitzer.   Muy poco más que esto habló mi amigo Eo Dinunzio actual balsero argentino en San Pablo Brasil con el que todavía no era, pero iba a llegar a ser el Comandante Ernesto Che Guevara.  Eo escuchó desilusionado como la Ministra actual de Cultura de la Ciudad Silvia Fajhre y la hoy ex directora de Museos de Buenos Aires habían negado la posibilidad de reabrir el Museo de Ernesto Che Guevara en esta ciudad de ¿ Buenos Aires ?.,  como la película “Diarios de Motocicleta” no fue hecho por Luis Puenzo como se había intentado años antes y como se estrenó como si fuera un vulgar documental de Pacho O´Donnell.  En Miami hubieramos visto al Dr. Alberto Granado acompañado por el Edil Mayor de la ciudad, caminando una roja alfombra para celebrar una película que fue ovacionada de pie en Cannes y San Francisco. 

En Buenos Aires, Argentina la patria de Ernesto Che Guevara, el señor Alberto a secas Granado, su hija, Irene y yo fuimos a verla al shopping Abasto. (el que quiera pida y le envío las fotos testimoniales de lo que asevero con tristeza.) Cuando se fue a Eo le entregué un ejemplar recién llegado de la revista tanguera en donde aparece mi relato del “Ultimo tango en Buenos Aires”, que es una crónica de cuando Alberto Granado el amigo del Che bailó con una voluntaria kamikaze argentina “solos” ante trescientas almas un tango en la pista de baile de la “Sociedad Helénica (¿de Troya?) en la calle Raúl Scalabrini Ortiz de la capital.

El que tenga curiosidad me lo pide y le envio completa la crónica.

 

Bueno, me voy a acostar,

                                                           chau.            Toto   director.