miércoles, 5 de octubre de 2011

Hermanos corsos cubanos uno preso en EEUU guerra mediatica paraiso a 60

 

 

Por Cuba con emisiones periódicas le lleva la información del acontecer internacional relacionado con nuestro país y las batallas que libra por su pueblo y su soberanía; contiene espacios noticiosos y de opinión, seleccionados de medios de prensa internacional o generados desde nuestro país.  ISSN 1819-4044

 

 

 

Año 9 Número 79 | Fecha 2011-10-04

TITULARES

Opinión

LA MOCIÓN DE LA JUEZA NO ES DEFINITIVA por Alina Perera Robbio

LA AMENAZA CUBANA ¿POR QUÉ SIGUE SIENDO CUBA BLANCO DE LA GUERRA MEDIÁTICA? (I) por Ángeles Diez Rodríguez

CUBA NO ERA UN PARAÍSO NI UNA EXCEPCIÓN por Manuel E. Yepe

Opinión

LA MOCIÓN DE LA JUEZA NO ES DEFINITIVA

por Alina Perera Robbio

“La moción, según lo escribió la propia jueza, no es definitiva. La argumentación de la jueza para negar a René el regreso a Cuba es que se trató de una petición extemporánea, porque fue antes de tiempo, y que no puedes pedir que te modifiquen la condición de libertad supervisada impuesta cuando la sentencia, sin haber empezado a cumplir esa libertad supervisada. René puede hacer su petición después, cuando salga de prisión”, afirma el abogado Roberto González, hermano de René, uno de los Cinco cubanos presos en EEUU que este 7 de octubre sale de prisión.

Esta es una de las entrevistas más bellas y cómodas que he hecho en mi vida. Así lo sentí desde que la grabadora empezó a andar y Roberto González, hermano del compatriota René y parte del equipo legal que defiende la causa de los Cinco, comenzó a responder un montón de preguntas, ahora que Rene (así sin acento en la segunda e, como suele nombrarlo mi entrevistado) saldrá este 7 de octubre de la prisión de Marianna, Florida.

Hablo de belleza por el tema esencial del diálogo: un hombre aporta detalles sobre su hermano mayor, y así nos muestra a un ser humano de paz, que no constituye peligro para sociedad alguna. Y hablo de comodidad porque a Roberto lo conozco desde que era recién graduada, desde los días en que Sarita Cotarelo, su esposa y novia de la adolescencia, se mostró ante mí en un pasillo de Juventud Rebelde -adonde, como yo, pertenece-, y con su gran bondad de siempre me invitó, en calidad de psicóloga y colega, a trabajar juntas en largos y apasionantes trabajos sobre la espiritualidad del cubano.

En una noche calurosa de La Habana, acompañado de sus dos hijos varones -que por cierto se llaman Roberto y René-, disfruto a un interlocutor que coloca cada palabra con precisión de relojero, y que busca en su memoria todo cuanto le pido en aras de dibujar la estirpe de una familia de la cual solo han podido salir hombres buenos.

Alina Perera Robbio -Te escuchaba hablar del momento en que nació René. ¿En qué año?

Roberto Gozález -En 1956. Soy el segundo. Nos llevamos un año y diez meses.

APR -Es poco tiempo…

RG -Por eso quería tener dos hijos del mismo sexo y que se llevaran poco tiempo. Por mi experiencia con René.

APR -Podían tratarse entre sí como hermanos gemelos…

RG -Prácticamente. A estas alturas de la vida nuestros padres se siguen enterando de cosas sobre nosotros que no supieron nunca.

APR -¿De niños nunca René abusó de ti por ser el mayor?

RG -Jamás.

APR -¿Dónde nacieron?

RG -En Estados Unidos. Chicago.

APR -Remóntate, por favor, a tus primeros años…

RG -Me es muy difícil. Sí recuerdo bromas que Rene me hacía. Pero de Estados Unidos lo que más recuerdo es un incendio que hubo en el barrio.

APR -¿Quiénes vivían en la casa?

RG -Los viejos y nosotros.

APR -¿Por qué en Chicago?

RG -Ahí fue donde papi consiguió trabajo, en la industria del acero. Nos asentamos en un pueblecito llamado Indiana, en un apartamento pequeño.

APR -¿René y tú tienen personalidades diferentes?

RG -Creo que él siempre fue más noble que yo.

APR -Te conozco. En ti hay mucha nobleza.

RG -Pero no conoces a René. Cuando lo conozcas me vas a dar la razón. Siempre ha sido mi protector. De niño era realmente muy cómodo ser su hermano menor. Él era fuerte, grande. Le gustaba el deporte, el buceo. Es una persona que sabe nadar muy bien, que tiene mucha fuerza.

APR -¿Cómo era la relación al interior de la familia?

RG -Nosotros dos quizá seamos de los pocos hijos de padres divorciados que no nos traumatizamos. Tuvimos, y tenemos, una relación muy bonita con nuestros padres. Cuando ellos se divorciaron nos sentaron a los dos, y conversaron mucho con nosotros. Recuerdo ese día perfectamente bien.

APR -¿Qué edad tenías?

RG -Unos siete años. Recuerdo que yo lo entendí. Nunca vimos problemas entre nuestros padres. Hubo una separación momentánea antes del divorcio, como casi siempre pasa, un distanciamiento de meses. Nos fuimos con mami para casa de unos tíos. Ese fue el preludio del divorcio.

«A René el divorcio le afectó más que a mí. Por eso te digo que es más noble. Yo lo entendí y lo vi natural, y nunca sentí necesidad de que mis padres volvieran a unirse. Pero Rene sí».

APR -Se criaron con Irma, una madre y mujer especial.

RG -En verdad nos criamos con los dos. Papi siempre estuvo cerca. Vivir con mami era un privilegio para cualquier hijo, pero salir con papi a trabajar un fin de semana también lo era. Es igual que Rene.

APR -Tu hermano iba más adelante si de cursar estudios hablamos, por la edad. ¿Te mirabas en él como ejemplo?

RG -Nosotros, los dos, no éramos modelos para nadie. Éramos estudiantes medios; no nos interesaba el cien; no estábamos en eso de ser el mejor del aula o ser los primeros.

APR -¿Y qué decían que querían ser cuando fueran adultos?

RG -Lo primero que Rene dijo que quería ser era piloto. Porque tuvimos dos primos pilotos, pero sobre todo uno que fue el de la infancia y que murió en la aviación, en un accidente aéreo. Mi hermano probó la aviación con cinco años de edad, y eso lo marcó para siempre. Dondequiera que él divisaba un avión se volvía loco.

APR -Y estudió aviación…

RG -El camino no fue tan rápido ni tan directo sino bastante azaroso. Entró a los Camilitos con la idea de hacerse piloto, pero en octavo grado cogió hepatitis y estuvo como tres meses sin ir a clases. Cuando regresó al aula, suspendió Matemáticas y resultó baja académica. Entonces se incorporó a la Secundaria en la vida civil. Vivíamos en el Cerro. En ese momento lo llamaron del Servicio Militar por una resolución de las FAR, una orden según la cual todo el que fuera baja de los Camilitos tenía que pasar el Servicio.

«Ya él cursaba el décimo grado, y lo habían convocado para que se incorporara al Destacamento Pedagógico Manuel Ascunce, como profesor de Física. Allí se enamoró de la carrera. Se sentía a gusto, tenía muy buenos alumnos, daba muy bien las clases, siempre le gustó mucho la Física y lo relacionado con la lógica, con la concatenación de hechos.

«Por eso se fue muy disgustado para el Servicio Militar. Casi hubo que darle terapia de psiquiatría. Mami y papi hablaron mucho con él, porque ya estaba dentro del Destacamento, hasta una escuela tenía asignada en Alquízar.

«Por suerte, estando en el Servicio Militar, se enamoró del tanque. De hecho nosotros fuimos en bicicleta hasta Guanajay a buscar piezas para ese tanque…».

APR -Los dos…

RG -Tremendo día ese. Buscar la pieza en Guanajay para llevarla hasta Colinas de Villa Real. Es una gran distancia. El tanque suyo tenía luces interiores, cojín en el asiento. Aquello era una belleza. Lo tenía como si fuera un carro para pasear a la novia. Siempre estaba buscando los detalles.

APR -Y cuando termina el Servicio…

RG -Entramos en la etapa de las misiones internacionalistas. Y para Rene eso fue un propósito muy fuerte. A él le dan la baja en el Servicio, y estando en ese proceso movilizan a su unidad. Entonces se reincorpora, y se va para Angola, por dos años.

APR -Como tanquista…

RG -Y yo a querer irme con él.

APR -Regresó de la guerra…

RG -Vino de Angola. Si le dices que regresó de la guerra te dirá que es mentira porque no estuvo en la guerra: él ha escrito sobre eso. No tiró un tiro; y nadie le tiró a él. Estuvo en un lugar donde simplemente se estaba preservando la integridad de un territorio, pero nadie entró a arrebatar esa integridad.

«Regresó, y ahí empezó de nuevo su lucha con la aviación. Cuando estaba en el proceso de baja del Servicio, contactó con gente de la aviación, en el aeropuerto. Recuerdo que a un compañero le llamó mucho la atención la insistencia de René, y después que él se fue para Angola, ese hombre lo buscó en casa, pues se había desocupado una plaza en el aeropuerto. René le había dicho que si se desocupaba cualquier plaza él la quería, aunque fuera limpiando cristales.

«Buscaba estar cerca de las convocatorias de la Escuela de Aviación. Siendo trabajador de Cubana de Aviación tendría prioridad. Cuando regresó de Angola vio que la convocatoria de la Escuela de Aviación demoraba unos meses, y entonces fue a 27 y M, en el Vedado, al Centro de Aviación Agrícola, cuya escuela estaba en San Julián, provincia de Pinar del Río.

«Tenía que esperar unos meses y se puso a trabajar de estibador en la fábrica de detergente que está en la calle Manglar, cerca de Cuatro Caminos. Cuando se presentó la convocatoria él fue, hizo los exámenes, y así entró en la Escuela de Aviación.

«Ahí, por primera vez, se convirtió en un ejemplo: era el mayor del curso; ya había pasado el Servicio Militar; tenía más años que los demás; ya había estado en Angola. Se esforzó de verdad y logró ser el primer expediente. El curso duró tres años. Se hizo piloto y lo ubicaron en San Julián».

APR -Estaba realizado…

RG -Decía que no trabajaba, que le pagaban por divertirse.

APR -Y mientras tanto tú…

RG -Casi me hago piloto. Porque lo acompañaba en su afán de repasar y aprender la lista de chequeo de un avión. Se trata de una acción mecánica, que hay que saberse de memoria. Yo cogía la lista de chequeo; él la enumeraba y mi papel era decirle dónde se había equivocado para que volviera a empezar.

APR -Estudiaste y te hiciste abogado.

RG -Hubiera sido psicólogo, médico o abogado. Siempre quise una carrera vinculada a la posibilidad de ayudar a las personas.

APR -Nadie podía imaginar que cuando estudiaste Derecho, años después ibas a ser tan necesario en un momento difícil de René. ¿Cuándo tuviste claro que entrarías en una batalla para ayudarlo?

RG -Nunca he estado en esta historia para ayudar a mi hermano. De hecho, en ninguna reunión de abogados, en 13 años, he hablado de mi hermano. Hablo siempre del caso de los Cinco. ¿Prioridad?: Gerardo. Es lo que más me interesa.

La ida

RG -«René se fue de Cuba en diciembre de 1990, en una avioneta de fumigación. Había ido a trabajar a San Nicolás de Bari como instructor de aviación», recordó Roberto.

APR -¿Cómo llega la noticia?

RG -Me llama su esposa. Estaba yo trabajando en la microbrigada. La noticia era: «Aquí estuvo un compañero para decirnos que René despegó al mediodía y no aparece». Eran las siete de la noche.

APR -¿Y qué pensaste?

RG -Que se había matado.

APR -¿No te pasó por la mente que se había ido del país?

RG -No.

APR -¿Cuándo confirmas que está en los Estados Unidos?

RG -Ese fue el fin de semana más negro de mi vida. Empecé a exigirle a los compañeros de las FAR la búsqueda de René. Pensé que se había estrellado contra una mata, o contra una loma. Eso fue un sábado a las siete de la noche. Fui para casa de mi cuñada. Él le había dejado a ella un dinero guardado en una revista Bohemia, y en la página donde ese dinero estaba había publicada una canción de Pablo Milanés. Pensé: ¿Qué hace eso justamente ahí? Pero yo tenía la respuesta: mi hermano no es traidor ni a jodidas, me dije.

«Nos pasamos el fin de semana esperando. Papi dijo: “Bueno, tengo que conservarme bien para cuando él regrese…”».

APR -Eso dijo el viejo…

RG -Así mismo. Todos reaccionamos igual. Hicimos un pacto de familia. En el fondo no creíamos nada de lo que estaba pasando. Cuestión de tiempo, dijimos. Entonces el lunes por la mañana se confirma, por una entrevista que da René a la emisora subversiva Radio Martí, que se había ido para los Estados Unidos. Cuando escuché aquello sentí que no era René. Habló de cosas que no tenían sentido, que no concordaban con la educación que nos habían dado.

«Además, si tú tienes una niña de seis años y una esposa y la situación económica se pone compleja, cómo te vas a ir, es al revés. Te debes quedar. Eso fue lo que nos enseñaron en la casa: que uno no abandona a la familia. Porque no se trata de mandar 20 o 40 pesos: el día que la niña tenga fiebre hay que estar ahí. Esa historia de la partida no encajaba. Él y yo habíamos dormido cabeza con cabeza, de modo que no me creía esa historia».

APR -Son almas gemelas…

RG -¿Sabes cuál es el secreto entre dos buenos hermanos?: que cada uno piense que el otro es el mejor.

APR -¿Él piensa eso de ti?

RG -Sí. Él ve mis virtudes. Y yo las de él. Fuimos muchachos normales. Una vez tuvimos una discusión por un juguete, y mami nos lo quitó y se lo dio al primer niño que pasó por la calle. Nos dijo que si no sabíamos jugar con un solo juguete, que si íbamos a ser infelices con algo que ella había comprado para que fuéramos felices, pues no habría nada.

«Y la última discusión creo que la tuvimos cuando tenía yo 13 años. Al unísono los dos paramos de discutir, nos miramos y nos preguntábamos por qué era aquello. Nos dimos la mano y dijimos: “última discusión”. Y así fue. Sabemos usar juntos lo mismo una bicicleta que un automóvil.

El arrestro, y la batalla

APR -En 1998 es el arresto, ¿se comunicaron entre 1990 y ese momento?

RG -Casi no hubo relaciones. Olguita, la esposa, se fue en 1996. En 1998, una persona en La Lisa, vio la noticia de que Rene había caído preso. Cuando la información llegó a la casa, ahí dije: «ese sí es mi hermano». Y pensé entonces que había un gran problema, y que iba a ser muy difícil de resolver. Así se lo expresé a mami: “esto es complicado”».

APR -¿Cómo te sumerges en la historia desde tu oficio?

RG -Soy abogado de un bufete internacional. Tengo relaciones con embajadas de otros países a partir de haber defendido varios casos. Soy ciudadano americano, hermano de René. Tuve ciertas facilidades, y conté con el apoyo de mi oficina que ya había trabajado asuntos como el de los terroristas que vinieron a Cuba a poner las bombas.

«Actualicé los documentos pertinentes, entre ellos, la certificación de nacimiento en Estados Unidos que me mandó René en una de las pocas veces que tuvimos contacto, junto con una cachimba, y una nota: “Esto es por si tu hijo se decide a venir a verme”. La pipa era la de la paz».

APR -¿Cuándo lo viste por primera vez en los Estados Unidos?

RG -Ya estaba preso en una prisión de Miami. Fue en febrero de 1999. Antes él me había estado preparando psicológicamente. Hablamos por teléfono y me dijo que entraría esposado, que entre ambos habría una reja. Le dije que sabía lo que era una cárcel, que las conocía por mi trabajo, que no se preocupara. En el momento del encuentro no me sentí impresionado con nada. Él tampoco. Fue como si nos hubiéramos visto el día anterior.

APR -En todos estos años de prisión de René, ¿en qué has sentido que cambió?

RG -Si algo uno puede decir de René es que no ha cambiado. Siempre dijo que él tenía que salir de la cárcel más fuerte y más inteligente, y que si lo lograba habría ganado la batalla. Y sí: saldrá más fuerte y más inteligente.

La sentencia

«Las acciones que no favorecen a los acusados sino que los perjudican, que van contra las costumbres, contra lo normal, contra lo general, evidentemente son acciones políticas, no legales. Y René y su familia están pagando, por fundamentos políticos, un precio muy alto», reflexionó Roberto.

«Ha estado todos estos años sin ver a su esposa por ejercer el derecho a defenderse, que es un derecho constitucional, porque en el acuerdo inicial que le propusieron debía reconocer culpabilidad para no ir a juicio, y ya estuviera en libertad, hace mucho tiempo, si hubiera firmado el acuerdo. Pero él dijo que iba a juicio. Debía reconocer una cosa que no había hecho, decir que estaba cometiendo un delito contra los Estados Unidos.

«La sentencia de René no debió ser nunca de 15 años de privación de libertad. A él lo sancionan por dos delitos: ser agente de un Estado extranjero sin notificarlo al Fiscal General de los Estados Unidos, ante lo cual defendimos al acusado con la teoría de la justificación y necesidad para la lucha contra el terrorismo, algo que la Corte no aceptó. El otro delito es de conspiración, consistente en haberse puesto de acuerdo con alguien para cometer un delito contra los Estados Unidos.

«René se puso de acuerdo con el Gobierno de Cuba para ser un agente del Estado cubano, sin decírselo al Fiscal General. Ese es el delito: no decírselo al Fiscal General, solo que si se lo decía no hubiera descubierto un solo hecho contra Cuba por estar tratando de descubrir acciones de gentes protegidas y apoyadas por el Fiscal General.

«Por el delito de agente te pueden sancionar a diez años de cárcel. Por el delito de conspiración, a cinco años, pero a la vez que tú eres agente ya conspiraste, porque el delito de conspiración es ponerse de acuerdo con alguien, y a la vez que tú decides ser agente de alguien ya te pusiste de acuerdo.

«Entonces el delito de conspiración está metido dentro del delito de agente. La ley dice en esos casos que la sanción se pone de manera concurrente. A él debieron haberlo sancionado, de aplicarle la sanción máxima (porque están la posibilidad de menor tiempo, e incluso una multa), a diez años de privación de libertad. En las regulaciones de prisiones hay 52 días de beneficio de libertad por cada año que transcurre con buena conducta. Por eso es que René sale a los trece años y un mes, porque se fueron rebajando 52 días de cada uno de los años, y eso da ahora trece años y un mes, tiempo en que puede René cumplir su sanción por ese beneficio.

«Pero lo que estamos hablando es en base a 15 años, cuando en la regla lo que está estampado es que sean diez. La jueza decidió que fueran 15 porque el Gobierno se lo pidió. René debió salir a los ocho años de cárcel si la jueza hubiera aplicado la regla correctamente, si lo hubiera sancionado a diez años al ver la concurrencia de los delitos.

«El Fiscal había dicho que a René había que haberlo condenado a cien años; que era el peor de todos. Lo tomó como un asunto personal: por el tema de la ciudadanía norteamericana, por su alegato, por la forma en que habló, y por el daño que les hizo en la defensa de Gerardo: como piloto, cada vez que asistía a juicio un experto del Gobierno y René le decía al abogado de Gerardo “pregúntale tal cosa”, los fiscales se recomían el hígado».

APR -¿Qué momento fue el más difícil para René en todo este tiempo en prisión?

RG -La impotencia por no poder hacer algo en la lucha por Elián González. Él siente que si hubiera estado en la calle, se hubiera puesto de inmediato en función del niño.

APR -El pasado 16 de septiembre la jueza Joan Lenard, del Distrito Sur de la Florida, rechazó la moción presentada por René González en la que solicita que se le permita viajar a Cuba y residir aquí, en lugar de pasar la etapa de su «libertad supervisada» en territorio norteamericano. ¿Qué implicaciones podría tener para él salir de prisión y tener que permanecer en los Estados Unidos?

RG -René no está limitado a un territorio. Lo estuviera si él no tuviera casa, si no tuviera una elección. Esa «libertad supervisada» no tiene que ser en Miami, no tiene que ser en la Florida. Él puede irse a Chicago, o a otro lugar. El riesgo para su vida no se puede limitar a Miami. Si te pones a ver dónde un proyectil ha alcanzado a un cubano, ha sucedido en Puerto Rico, y en otros puntos geográficos.

«No se puede asegurar que haya personas pensando en hacerle daño a René, pero lo cierto es que el peligro es una posibilidad real».

APR -¿Se puede revertir la negativa de la moción?

RG -La moción, según lo escribió la propia jueza, no es definitiva. La argumentación de la jueza para negar a René el regreso a Cuba es que se trató de una petición extemporánea, porque fue antes de tiempo, y que no puedes pedir que te modifiquen la condición de «libertad supervisada» impuesta cuando la sentencia, sin haber empezado a cumplir esa «libertad supervisada». René puede hacer su petición después, cuando salga de prisión.

La libertad

APR -¿René ha hablado sobre cómo asumirá la nueva etapa que vendrá?

RG -Lo fundamental es hacer por los otros Cuatro todo lo posible, ser útil. El principio fundamental de la vida de René es la utilidad. Es la educación que ha recibido.

«Él tiene un propósito; lo está cumpliendo hace un tiempo en esa estrategia de salir más fuerte y más inteligente: está estudiando Economía hace dos años. Incluso una de las cosas, según me cuenta, en la cual se está entreteniendo para no pensar en la salida, es en el estudio de la Estadística. Dice que lo está golpeando, que está fuerte».

APR -¿Cómo habla de su estancia en Cuba?

RG -Habla de seguir trabajando. Le gustaría conversar con los vecinos, o ponerse a «mecaniquear» un carro en la calle… Él tiene en mente un proyecto agrícola, de autoabastecimiento. En eso anda. Y yo pienso acompañarlo.

APR -No dudo que él lo haga; y no dudo que tú lo sigas…

Fuente: Juventud Rebelde

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LA AMENAZA CUBANA ¿POR QUÉ SIGUE SIENDO CUBA BLANCO DE LA GUERRA MEDIÁTICA? (I)

por Ángeles Diez Rodríguez

Texto presentado en el 20 aniversario de la Coordinadora Estatal de Solidaridad con Cuba


El 17 de marzo de 2010 los periódicos y televisiones hablaban de cómo la “policía cubana reprimía con violencia una manifestación pacífica de las damas de blanco”, el 26 de marzo RTVE mostraba la solidaridad de “Miami con las damas de blanco”, el 21 de junio los medios daban cuenta de la presentación del libro de Yoanis Sanchez  WordPress, un blog para hablar del mundo ' con titulares del tipo “'Sueño con un 15-M en la Plaza de la Revolución' de La Habana, el 28 de septiembre el presidente de EEUU en una entrevista desde la Casa Blanca contestando a preguntas de la comunidad hispana sobre emigración y decía que "Ya ha llegado la hora de que suceda algo en Cuba" (El Pais, 28-09-11). La lista de noticias, artículos, declaraciones que se refieren a Cuba, ocurra o no algo reseñable sería interminable. De este listado de referencias y noticias que plagan todos los medios masivos –nacionales e internacionales- el tono, los contenidos y las formas son abiertamente agresivos hacia Cuba.

Las anteriores son noticias recientes pero si se seccionáramos cualquier año, cualquier mes, desde el triunfo de la revolución cubana hasta hoy, y realizáramos una análisis de las noticias sobre y/o referidas a Cuba, nos encontraríamos un panorama semejante con valles y cimas en función de los acontecimientos internacionales (guerras del imperio, revoluciones en proceso, cambios de gobierno en AL….) Este tratamiento de los medios hacia Cuba está directamente relacionado con la conversión de Cuba en un objetivo militar al salirse de la órbita imperial.

Como he dicho otras veces, es más que evidente que Cuba ha sido y es un objetivo militar del imperio estadounidense, contra ella, y prácticamente desde el triunfo de la revolución se han desplegado todo tipo de ataques, directos (invasión de bahía cochinos, guerra química, atentados como la voladura del avión de cubana en el 76, intentos de asesinar a su presidente…) e indirectos, dentro de estos últimos se podrían encuadrar los correspondientes a los medios de comunicación. Ser un objetivo militar ha ido siempre de la mano de ser un objetivo mediático.

En esta reflexión pretendo contestar a una pregunta que nos hacemos todos a menudo cuando al recibir cotidianamente estos ataques nos preguntamos ¿cómo es posible que un país como Cuba sea visto como una terrible amenaza? ¿Por qué una isla que no tiene armas nucleares, no tiene una posición geoestratégica particular, no posee grandes recursos naturales… es un objetivo mediático? O en otras palabras ¿qué es lo que convierte a Cuba en una terrible amenaza para el imperio y sus socios?

También quisiera apuntar algo sobre cómo construyen los medios el discurso hacia Cuba creando una pantalla con palabras máscaras que orientan nuestra defensa de Cuba hacia determinados territorios en los que no tenemos muchas posibilidades. Por ejemplo, cuando nos dirigen hacia la defensa de Cuba en el campo de los Derechos Humanos, o hacia el de las libertades. Este es un territorio de lucha previamente construido y delimitado. En él los discursos mediáticos pueden bombardear impunemente ya que el imaginario social está fuertemente consolidado, y nosotros apenas podremos contrarrestar su efecto. Las reglas del campo mediático están ya prefijadas y lo más sensato es tratar de salir de esos espacios-trampa estudiando cómo se han construido y qué otros espacios tratan de ocultar.

Soberanía e independencia nacional

Se me ocurren muchas razones y argumentos por los que Cuba es “realmente una amenaza para el imperio”, pero quisiera centrarme en dos que me parecen esenciales. Dos razones que explican que, aun produciéndose cambios en la isla, muchos de ellos en la dirección que propugna la “Comunidad internacional”, ninguno de ellos serán satisfactorios, ni aplacarán las iras mediáticas, mientras no se modifiquen dos de los pilares fundamentales que sostienen la revolución cubana. El primero de ellos se llama: soberanía, el segundo, lo podemos llamar centralidad del ser humano o sistema que coloca al ser humano en su centro. Se trata de dos aspectos de la revolución cubana que no puede digerir el capitalismo.

Alrededor del concepto de soberanía se encuentran engarzados términos como independencia, autonomía, libertad para definir el horizonte de desarrollo, etc. Alrededor del concepto de humanidad surgen otros como dignidad y solidaridad.

Después de la Segunda guerra mundial se inicia, con diferentes ritmos, un proceso de descolonización. Los imperios europeos salen fuertemente dañados y pierden su hegemonía. EEUU toma el relevo dado que, por diversas circunstancias como su tardía implicación en la guerra, sale de ella fortalecido y en las mejores condiciones para sustituir a Inglaterra y Francia como potencia mundial. Con EEUU se abre una nueva forma de dominio mundial que algunos autores llaman neocolonialismo y otros imperialismo.

Como rasgos principales de esta nueva forma de dominio podemos señalar que el control del territorio tiene lugar prioritariamente a través de la economía, y el dominio de la mente a través del lenguaje (los medios) Esto no quiere decir que no se utilice la fuerza, como sabemos EEUU mantiene más de 800 bases militares en todo el mundo y tiene presencia militar en más de 156 países, además de las bases de sus socios; estas bases funcionan como enclaves que permiten el despliegue de fuerzas rápidas de intervención armada y también como fuerzas disuasorias.

En el siglo XIX la colonización se llevaba a efecto a distancia por lo tanto se hacía necesaria la connivencia de las élites criollas, que eran élites económicas y también culturales. En el siglo 20 el cine y la televisión permitirán una incursión directa en los países no desarrollados y con menos mediaciones. Las industrias de publicidad y de relaciones públicas comienzan un despliegue espectacular unidas a la guerra y al consumo. El capitalismo se globaliza a través de la guerra y del consumo.

Marx y Engels consideraban que el colonialismo, o mejor, la expansión colonialista, era una evolución necesaria del desarrollo industrial capitalista, para garantizar el acceso a las materias primas excluyendo a los países industriales rivales (competencia entre economías capitalistas) y para acabar, en caso de que se diera, con las resistencias de las economías no capitalistas. Enmarcaban así el control colonial dentro del contexto económico general pero no lo reducían sólo a esto, el colonialismo, al tiempo que destruía las economías tradicionales también incidía en las relaciones sociales, culturales, en la ideología.

Podemos entender que a partir de la segunda guerra mundial y a medida que se va cerrando el proceso de descolonización, el nuevo colonialismo es un tipo de imperialismo en el que la referencia política no tiene tanta importancia [1] como la referencia económica, con las implicaciones consecuentes de “control político y militar indirecto”. El neocolonialismo viene caracterizado por la “independencia nacional” mientras que se mantiene el control económico.

La referencia económica permite entender las relaciones internacionales en el momento de expansión del capital, pero ¿cómo se mantiene ese control económico cuando se pierde el dominio político y militar directo? ¿Cómo se concretan las nuevas formas de dominación?

Una primera hipótesis sería que una vez destruidos las formas de producción autóctonas, no es posible un desarrollo económico autónomo, por tanto, mientras las élites nacionales garantizan los intereses de las potencias dominantes – suelen hacerlo porque coincide con sus propios intereses como élites nacionales-, no son necesarias las intervenciones directas. La forma en que se expande el capitalismo desde finales del 19 hasta hoy está indisolublemente unida al desarrollo del capital mediático pues es el que generaliza la forma de vida capitalista: el individualismo, la competencia, el consumo, la mercantilización de todas las relaciones… El capitalismo solo puede sobrevivir si se convierte en un sistema global y total, si subordina, si nos subordina a todos a una misma lógica de explotación y sometimiento. Cualquier proyecto nacional que intente escaparse a esta lógica se convierte en un “estado canalla”. Por eso, ser independiente convierte a Cuba en una amenaza.

La revolución socialista cubana está unida a la lucha por la independencia nacional. Socialismo y soberanía es un par indisoluble en el caso cubano. Para el capitalismo, cuya razón de ser es la acumulación económica no es suficiente que se produjeran cambios en Cuba que de alguna forma liberalizaran las relaciones económicas, o permitieran la entrada de capitales extranjeros, muchas de las medidas que se pusieron en marcha ya en el periodo especial no tenían sino que ser vistas con buenos ojos por el capital norteamericano en tanto que oportunidades de negocio. Sin embargo, el bloqueo económico no se alivió sino que se incrementó y en muchos momentos arreciaron los ataques.

Dada esta fusión cubana socialismo-soberanía no es suficiente con la asfixia económica, en el caso cubano, se hace necesaria la subordinación de la dirección política. Esto es así porque en Cuba no basta con que haya cambios económicos –que se consideren en la dirección adecuada-, se hace necesario un cambio de la dirección política porque es la política quien controla la economía. Para mover hacia sus intereses la economía el capitalismo necesita, en este caso, controlar la política. No se pretende pues reformas que hagan homologable a Cuba en el terreno internacional. Se pretende integrarla, hacerla dependiente.

Cuando en la entrevista a Obama en el encuentro con la población hispana el 28 de septiembre El País destaca en el titular "Ya ha llegado la hora de que suceda algo en Cuba" el periodista Antonio Caño se dolía al final de su artículo de que “Fuera de esa descripción general, Obama no ha mencionado condiciones específicas, como elecciones democráticas o libertad de partidos, que el régimen cubano tenga que cumplir para el levantamiento del embargo”.

Este objetivo “integrador” y/o “normalizador” de la política cubana es la única garantía que puede aceptar el imperio. Para acabar con el socialismo hay que acabar con la soberanía, pero también, para acabar con la soberanía hay que acabar con el socialismo.

Es la garantía de que, finalmente, la isla deje de ser un mal ejemplo para el resto del mundo en ese doble sentido. Los intentos que ha habido tras la caída de la Unión Soviética para desprenderse del yugo imperial, en el sentido de recuperar la soberanía perdida han devenido en guerras neocoloniales: Afganistán, Iraq y ahora Libia. Cuba ha sabido resistir y aferrarse a su soberanía enfrentando los envites, en primer lugar de los medios masivos que siempre actúan despejando el camino, estableciendo zonas de exclusión, y en segundo lugar evitando quedar aislada.

Cada vez que se ha producido internacionalmente algún tipo de convulsión que ha puesto en cuestión la hegemonía, ideológica y económica del capitalismo como sistema –ambas van de la mano-, han arreciado los ataques contra Cuba. Así fue en la guerra del 2003 contra Irak, así ha sido desde que se iniciaron las revoluciones árabes y la agresión imperialista a Libia. Esto ocurre porque en dichas coyunturas se interpreta que las fuerzas de izquierda que apoyan a Cuba se encuentran en un momento de mayor debilidad y con posibilidades de fragmentarse más aún.

La pérdida de la soberanía de un país pasa pues por integrar y subordinar a las élites. En el caso de Cuba, a la dirección política. También por segar el vínculo que une a la dirección política de un país con sus bases. La ciudadanía de un país capitalista no puede incidir en las decisiones ni controlar las decisiones que se tomen ya que esto sería un peligro para cualquier gobierno. La falta de legitimidad que se deriva de su incapacidad para resolver los problemas esenciales de la población destruiría cualquier gobierno. Sin embargo, en la isla se produce todo lo contrario. Es el pueblo cubano el que a través de sus vínculos con la dirección política es su principal garante.

Desde mi punto de vista, a partir de los noventa, aprovechando la crisis económica en Cuba, la estrategia norteamericana contra la isla priorizará las ayudas hacia los medios de comunicación y hacia la sociedad civil porque el objetivo es debilitar este pilar que sostiene la revolución cubana: su soberanía.

Es muy interesante detenerse a analizar el Programa de ayuda norteamericana aprobado por el congreso en el 2010 (20 millones de dólares) para “derechos humanos e iniciativas de la sociedad civil en apoyo a la población cubana. [2] En este informe donde se explica hacia donde se destinará la ayuda y los objetivos que se pretenden, se dice explícitamente que se trata de obtener mejores resultados y ser más eficaces. El grueso del dinero (16 millones) se destinará a expandir y reforzar las organizaciones de la sociedad civil desarrollar las redes de la sociedad civil cubana para que actúen como “agents of democratic change. The program also supports networks of opposition leaders, bloggers, entrepreneurs, an Afro-Cubans” (agenes de cambio democratico, líderes de la oposición, empresarios, blogueros y afrocubanos) Además se centrará en “defensores de los derechos humanos, grupos y minorías religiosas, activistas, artistas, músicos y blogueros) Una parte del dinero también se destina a “identificar” a líderes de grupos y a crear espacios para la “libre expresión”. El informe alude indirectamente a la ayuda que tradicionalmente se ha prestado a los grupos disidentes en el exterior que no ha sido todo lo eficaz que se esperaba.

La revolución cubana hizo posible la recuperación de la soberanía y con ella la dignidad.

[1] Como dice Wiliams, en la semiología del siglo XIX se entendía el imperialismo como gobierno directo de un centro imperial.

[2] Documento: United states department of state congressional notification, program: Cestern Hemisphere, Economic support Funds.

(Continuará...)

La autora es Doctora en CC. Políticas y Sociales, profesora de la Universidad Complutense de Madrid (UCM)

Fuente: Rebelión

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CUBA NO ERA UN PARAÍSO NI UNA EXCEPCIÓN

por Manuel E. Yepe

Hace más de medio siglo que, en Miami, ciertos sectores de la inmigración cubana —cada vez más reducidos respecto al conjunto de esta— hablan de su país natal como de un "paraíso perdido".

El telón de fondo que tenían los crímenes de la tiranía y la lucha armada insurreccional contra ella, era la desesperanza ante la miseria cotidiana.

La propaganda contra la Revolución cubana presenta la quinta década del pasado siglo como un período de gran prosperidad para "demostrar" las ventajas del capitalismo para la Isla.

Aunque entre los llamados "líderes del exilio cubano" (algunos de ellos devenidos congresistas en Washington) haya unos pocos extremistas que llegan hasta el elogio de la contribución de Batista al desarrollo económico y social de Cuba, la mayor parte de los economistas de origen cubano radicados en Estados Unidos presentan a la década de 1950 como un periodo de prosperidad para Cuba, lamentablemente afectado por los desmanes de la sangrienta tiranía impuesta mediante el golpe de Estado de 1952.

Para ellos, lo deseable habría sido suprimir esa execrable dictadura y restablecer el orden constitucional y la democracia representativa, sin que fueran necesarios más cambios en la vida política, la economía y la sociedad.

Para argumentar esa supuesta prosperidad, estos economistas comparan algunos indicadores económicos de Cuba en aquellos tiempos que son superiores a los de otros países de América Latina y el Caribe y excluyen de la comparación a otros indicadores que demuestran lo contrario.

Esa homologación estadística manipulada, en una región caracterizada por las mayores desigualdades económicas y sociales del planeta, les permite inferir que la Isla tenía un notable progreso económico y social, cuando ello debía servir como denuncia de la dolorosa situación por la que atravesaban las naciones de América Latina, con indicadores de desarrollo peores aún que los pésimos de Cuba.

Algunos de los indicadores estadísticos superiores que exhibía Cuba entonces no eran sinónimos de desarrollo, sino de la mayor dependencia de un país considerado de gran importancia para la seguridad nacional de Estados Unidos que constituía, por ello, escenario privilegiado para determinadas inversiones por la garantía que derivaba de su alto grado de subordinación al imperio.

A mediados de la década de 1950, Cuba se convirtió en uno de los principales mercados y rutas del tráfico de estupefacientes hacia Estados Unidos con la consiguiente inyección de considerables cantidades de dinero en proceso de lavado.

Bajo la conducción de líderes de la mafia estadounidense como Meyer Lansky y Santos Traficantti, estrechamente relacionados con el dictador Batista, La Habana vivió un proceso de conversión de la ciudad en Las Vegas de América Latina. Ello trajo un notable incremento del turismo y de la vida nocturna: los ricos, las cúpulas militares y los políticos corruptos integrados con la dictadura vivían bien, pero la inmensa mayoría de la población no disfrutaba ese bienestar.

La imagen idílica de Cuba en los cincuenta la conformaban nuevos hoteles, casinos, cabarets, tiendas departamentales y grandes y lujosos edificios de apartamentos que cambiaron la fachada de la capital cubana a base del dinero lavado por la mafia y la malversación de los fondos públicos que creció a extremos mayores aún que en los de los igualmente corruptos gobiernos anteriores al gobierno de facto.

Pero lo cierto es que el telón de fondo que tenían los crímenes de la tiranía y la lucha armada insurreccional contra ella, era bien distinto de esa imagen idílica que le han pretendido adjudicar, a la distancia de los años, a la Cuba de los cincuenta: oleadas de niños en busca de su sustento en la mendicidad, limpiando parabrisas de autos, lustrando zapatos o vendiendo periódicos, tanto en calles y plazas de ciudades como en los campos, donde la miseria era extrema; ancianos y discapacitados viviendo de la caridad pública; largas filas de hombres en busca de trabajo y extendida angustia de miles de mujeres gestionando empleo como sirvientas, o como prostitutas en burdeles o ambulantes. Proliferaban bares y garitos con juegos de apuestas para pobres que se encargaban de extraer de la población humilde hasta el último centavo, abusando de su desesperanza ante las realidades cotidianas.

Cuba no era en la época inmediata anterior a la victoria sobre el tirano, ni un paraíso ni una excepción respecto a los demás países de América Latina.

Hoy sí es una excepción por sus asombrosos resultados en el ejercicio de la independencia plena y la práctica de justicia social, objetivos que el bloqueo y la hostilidad permanente del imperio no han podido impedir, aunque hayan entorpecido y retrasado el logro de otros propósitos irrenunciables del proyecto revolucionario como un mayor desarrollo económico y una democracia más plena.

Fuente: Moncada, Grupo de Lectores en el Mundo

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Cubarte, 2008.

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