martes, 31 de julio de 2012

[PENSAMIENTO DISCEPOLEANO] LOS MALDITOS EXCLUIDOS DE LA HISTORIA OFICIAL

LOS MALDITOS EXCLUIDOS DE LA HISTORIA OFICIAL...
Pensamiento Discepoleano La Matanza 31 de Julio de 2012 8:58
LOS MALDITOS EXCLUIDOS DE LA HISTORIA OFICIAL

JOSÉ MOLDES
(1785 - 1824)

Nació en Salta el 1º de enero de 1785. Educado en su ciudad natal se trasladó en 1813 a España para ingresar como cadete de las guardias del Corpus del Rey, aristocrático cuerpo militar. Traba relación con jóvenes americanos, con quienes forma una asociación secreta en pro de la emancipación y bajo la influencia de Francisco Miranda. Tiene un incidente con un coronel francés que le da gran popularidad en Madrid y un ascenso a teniente. En 1808, cae prisionero del Mariscal Murat, pero se evade de prisión y se dirige a Cádiz, donde se relaciona con la escuadra británica que bloqueaba el puerto; en un bergantín se traslada a Londres, junto a Manuel Pinto, donde gestiona entrevistas con el Primer Ministro Canning para poder lograr apoyo político, militar y económico; pero la Corono no lo toma en cuenta, estaba abocada a expulsar a Napoleón de la Península Ibérica. Regresa a Cádiz y se embarca para Buenos Aires donde llega en enero de 1809. Comienza una gira por el interior y despliega una intensa actividad emancipadora. Producida ya la Revolución de Mayo, es nombrado teniente gobernador de Mendoza y luego intendente de Cochabamba. Finalmente, en octubre de 1811 organiza el Ejército Auxiliar del Alto Perú. Dado su fuerte carácter, se muestra defensor de la disciplina rígida, y esto provoca resquemores entre los oficiales que lo apodan el "tirano Moldes". Acompaña a Belgrano en su marcha sobre Tucumán a quien le entrega de sus propios bienes, la suma de 5500 pesos. En 1812 es Coronel de Caballería e Intendente de Policía de la Ciudad y Campaña de Buenos Aires. Diputado en la Asamblea General Constituyente de Salta y Jujuy en 1813, toma el mando del Regimiento de Granaderos de Infantería y redacta un manual de tácticas de infantería. Participa en el sitio de Montevideo, pero fuertes enfrentamientos con Alvear, provocan su dimisión. Posadas, Director Supremo, decreta su prisión y confinamiento en Carmen de Patagones. Abad de Santillán sostiene que su oposición no era a las "iniquidades que se proponía el gobierno, sea el envío de diputados al rey para así concretar la forma más viable de uncir nuevamente al pueblo argentino al yugo español". Desde Patagones remite extensas notas al gobierno explicando los desmanes del comandante militar del lugar, provocando que fuera sometido a proceso. De regreso a la vida pública, es electo diputado para asistir al Congreso de Tucumán en representación de Salta, siendo uno de los candidatos a Director Supremo; pero ante la presión de Buenos Aires, es electo Juan Martín de Pueyrredón, enfrentándolos de por vida.
Moldes lleva a cabo una grave acusación contra el nuevo director supremo, denunciando que en la retirada del Ejército Auxiliar en 1811, fue extraída de la Casa Central de la Moneda y el Banco de Potosí la suma de 1.000.000 de pesos oro y en la rendición final solo aparecieron 816.000 pesos plata. La redacción del libelo El Censor, lleva a cabo una fuerte campaña de desprestigio hacia Moldes, detrás de la cual estaba el mismo Pueyrredón. Por último, el diputado Godoy Cruz presenta una queja ante el Congreso General por una presunta violación de correspondencia reservada que San Martín le enviara, cometida por el mismo Modes, para lo cual solicita que se le instruya una causa criminal. El congreso nombra una comisión para juzgarlo y tras fuertes presiones, se le suspende la ciudadanía, inhabilitándolo para la función legislativa. Prisionero en el Castillo de San José, se fuga el 13 de marzo de 1819 y en abril de 1820, en plena anarquía, desembarca en Buenos Aires, junto a Manuel Dorrego. Radicado en Córdoba, sigue acopiando información sobre robos y desfalcos de la Hacienda Pública. Fallece el 18 de abril de 1824, en circunstancias poco claras y presuntamente envenenado. Fue sepultado en el cementerio de la recoleta, en una tumba anónima hoy inhallable. Nos interesa rescatarlo por su vida agitada y novelesca, por haber entregado parte de sus bienes a la causa de la independencia, por su honestidad y patriotismo y por haber tenido el coraje de enfrentarse a los grupos de poder representados por el Directorio.

GUSTAVO PALMA – LOS MALDITOS – VOLUMEN IV – PAGINA 260

Ediciones Madres de Plaza de Mayo

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