Ser como el Che Guevara
Lisandro Bonilla Deibe Lunes, 08 de Octubre de 2012
Seremos como el Che allí donde el compromiso y el apego a la verdad se adhieran al rescate del pensamiento y de la acción profundamente altruista de Che Guevara, allí donde los sueños se conviertan en realidad de la mano de quien se entregara plenamente por el bien de la humanidad toda.
Video: http://www.kaosenlared.net/america-latina/item/33345-ser-como-el-che-guevara.html
A 45 años de su asesinato “Ser como el Che” continúa siendo una necesidad, más que una consigna, para el proyecto revolucionario cubano.
El Che fue primero Ernestito, luego Ernesto, el Pelao, Fúser, para culminar en el olimpo revolucionario con el apelativo de Guerrillero Heroico. Más allá del asma siempre presente modeló una voluntad acerada que no lo alejó de los iniciales juegos infantiles y deportes, como tampoco de las escarpadas montañas que escaló para otear y luchar por un futuro más promisorio para el ser humano.
La dedicación de sus padres y el empeño que mostraron en la educación de sus hijos se vio claramente reflejada en Ernesto. Estudia francés de la mano de su madre, ajedrez por medio de su padre, y pasa largas horas devorando los clásicos de la literatura. Los estudios de Medicina que comenzara en Buenos Aires allá por el año 1947 habrán de esperar seis inolvidables meses. Durante ese tiempo él y su amigo Alberto Granado inician el año 52´ recorriendo el continente americano; junto a una mochila que tiene más libros que comida sale en busca de la realidad latinoamericana.
Las vivencias que experimentara lo mismo en Chile, Perú, Colombia, Venezuela son garabateadas en un diario y reelaboradas en forma de crónicas narrativas en un texto que llamaría Notas de Viaje, y que revela -entre muchas otras cosas- los extraordinarios cambios que experimentara en su interior al conocer América por dentro.
En junio 1955 conoce a Raúl Castro, quien propiciaría el encuentro con Fidel. Desde entonces y ya para siempre quedaría Ernesto, apodado cariñosamente por los cubanos como el Che, vinculado a la historia de la Revolución Cubana.
La memoria colectiva del pueblo lo reconoce como expedicionario del Granma en su condición de médico, como combatiente en la Sierra Maestra, comandante de columna guerrillera, fundador del periódico El Cubano Libre y de Radio Rebelde.
Para el Che Guevara la participación en el proceso revolucionario constituyó una auténtica escuela revolucionaria en las que su preparación política y su formación filosófica se unirían a su humanismo militante, su antiimperialismo, su anticolonialismo y su latinoamericanismo, en el tremendísimo esfuerzo de alcanzar la liberación del continente americano.
Se preparó en una zona de Pinar del Rio, con un reducido grupo de combatientes, para continuar su proyecto de liberación continental en Bolivia. La gesta culmina de manera fatal por varios motivos. El 8 de octubre de 1967 libra su último combate en una zona conocida como la Quebrada del Yuro. Al día siguiente es asesinado en una escuelita del poblado de La Higuera y enterrado en una fosa común. Treinta años después, un 28 de junio de 1997 especialistas cubanos y argentinos, con el apoyo de las autoridades bolivianas, encuentran sus restos junto a otros compañeros enterrados en Valle Grande.
Seremos como el Che allí donde el compromiso y el apego a la verdad se adhieran al rescate del pensamiento y de la acción profundamente altruista de Che Guevara, allí donde los sueños se conviertan en realidad de la mano de quien se entregara plenamente por el bien de la humanidad toda.
Ser como el Che es el resultado de una integración de valores, es la comprensión integral de su pensamiento y obra y no simplemente de una de sus partes; desde el proceso y no desde el resultado, desde lo colectivo y no simplemente desde lo individual, desde lo que nos identifica y también desde lo que nos diferencia, desde el sentido y no desde la consigna, desde lo asumido y no desde lo asignado.
La admiración, pero también la posibilidad de ser uno mismo al tiempo en que asumimos, producimos, recreamos, enseñamos lo más valioso de nuestra identidad como cubanos a través de los valores que nos legaran la vida y la obra de nuestro querido Guerrillero Heroico, también Ernestico, el Pelao, Fúser, Ernesto, el Che; más que una necesidad es una obligación moral de todos los que creemos que un mundo mejor será posible siempre que dotemos de sentido y llevemos en el corazón a hombres que como el Che Guevara lo dieron todo por el porvenir de nuestra América.
Lic. Lisandro Bonilla Deibe
Presidente de la Cátedra Ernesto “Che” Guevara”.
Facultad Finlay - Albarrán.
Unidad de Ciencias Médicas de La Habana.
"Rompa el aislamiento. Vuelva a sentir la satisfacción moral de un acto de libertad... Haga circular esta información" Rodolfo Walsh
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