Documento confirma el
carácter secreto y subversivo de la misión de Gross en Cuba
JEAN-GUY ALLARD – Un documento hasta ahora
desconocido que acaba de revelar un sitio web norteamericano confirma el
carácter secreto y subversivo, de la misión del agente USAID Alan Gross en
Cuba, por la cual fue condenado por la justicia cubana. El texto describe la
tarea de Gross en términos que lo asimila al trabajo de las agencias de
inteligencia, confirmando el papel de la USAID como fachada de la CIA.
Representantes oficiales del gobierno
norteamericano insistieron sobre el carácter secreto de la tarea confiada a
Gross, durante una reunión el 25 de agosto de 2008 con Development Alternatives
Inc.(DAI), de Bethesda, Maryland, firma escogida poco antes para la realización
del proyecto de infiltración tecnológica en territorio cubano.
El contenido de un resumen de esta reunión
redactado por la misma DAI acaba de ser publicado por el sitio web Along the
Malecon, del periodista Tracey Eaton, que se especializa desde varios años en
la búsqueda de documentos sobre las controvertidas actividades de la USAID en
Cuba y su financiamiento.
La nota fue presentada por la DAI en una corte
federal el 15 de enero como parte de su respuesta a una demanda de 60 millones
dólares presentada por la familia de Alan Gross en noviembre de 2012.
Según lo precisado por los representantes de
USAID, el contratista llevaría a cabo un atrevido plan para establecer
conexiones a Internet por satélite en las propias narices de los agentes de
seguridad del Estado cubano.
USAID se comprometía entonces a proteger la
identidad de los contratistas y sus asociados dentro y fuera de Cuba
DAI terminó reclutando a Gross, un veterano de
este tipo de tarea “humanitaria” en países como Afganistán, para
introducir secretamente "nuevos medios" – varios de uso militar –
descritos como "componentes más sensibles en un proyecto muy
sensible".
Durante cuatro viajes a Cuba, Gross estableció
tres conexiones ilegales de Internet, con sofisticada tecnología satelital -
una en La Habana, dos en las afueras de la capital.
DAI le pagó 258.274 dólares. Gross pidió más
dinero para continuar con el proyecto y se le prometió 332.334 dólares, lo que
hubiera aumentado su subcontrato a 590.608 dólares si la Seguridad cubana
no había interrumpido su incursión, el 3 de diciembre de 2009.
Durante sus primeros viajes a Cuba, Gross había
suministrado a sus contactos cubanos con equipos Broadband Global Area Network,
BGAN, un costoso aparato de comunicación satelital de última generación.
El equipo, que cabe en una mochila, se puede
utilizar para establecer una conexión de banda ancha a Internet desde cualquier
lugar del mundo. Los usuarios también pueden hacer llamadas telefónicas, enviar
mensajes de correo electrónico y configurar una red Wi-Fi.
Sin embargo, en sus notas a sus jefes, Gross
señala algunas inquietudes. Consideraba "altamente probable" que los
agentes de seguridad del Estado detectarán las conexiones por satélite en las
provincias.
Los técnicos del gobierno cubano rutinariamente
buscan con dispositivos portátiles las señales ilegales: “El descubrimiento del
uso de BGAN sería catastrófico”, escribió Gross
.Durante los últimos tres de los seis viajes que
Gross planeó, el contratista se proponía sin embargo suministrar "hasta un
máximo de tres posibles nuevos sitios " con lo que describió como unos
"Telco-in-a-Bag".
Cada uno de estos “bags” se componía, entre
otras cosas, de unos SmartPhones, un iPod de 120 GB, un BGAN, un router
Wifi, un MacBook y varias tarjetas de memoria.
Todo para constituir una potente red de informantes
bajo el pretexto, propio de la USAID, de la “ayuda humanitaria”. Esta misma
ayuda que propicia la agencia estatal norteamericana en el Medio Oriente, en
apoyo a las tropas de la OTAN.