“Los que hablan de agotamiento no quieren que este proceso se siga
profundizando”
MIÉRCOLES 30 DE ENERO DE 2013 13:56
Entrevista con el escritor, militante,
docente universitario, periodista y Director del Centro Cultural de la Memoria
Haroldo Conti, Eduardo Jozami.
APU
(Por Juan Ciucci): Este
año que pasó fue complicado, de muchas movilizaciones. ¿Cómo viste eso?
Eduardo
Jozami: Creo
que fue un año en donde se profundizó la ofensiva en contra del Gobierno
Nacional, aprovechando la condición básica que estaba dada por la presencia de
la crisis económica. Dificultades que se presentaron y que obligaron a tomar
ciertas medidas económicas, por ejemplo, el control de la venta de moneda
extranjera. Creo que el año terminó con un balance muy interesante ya que
acompañamos y apoyamos esta gestión de gobierno.
Confesemos que en el momento de los
cacerolazos y esta ofensiva no las teníamos todas controladas. Hubo momentos de
preocupación, sobre todo de quiénes somos militantes y nos hacemos cargo de la
historia del movimiento popular en Argentina, ver en la calle a los sectores
reaccionarios nos pone un poco nerviosos. Pero la gran movilización del 9 de
noviembre volvió a poner las cosas en su lugar. Por un lado la total adhesión
de los sectores más populares a este gobierno y por otro, el kirchnerismo
cuando moviliza, sigue siendo la fuerza política más importante.
Además los dos cacerolazos habían sido
expresiones de gente que sólo se podía poner de acuerdo en el ataque al
gobierno que no tenía ninguna coincidencia política para el país. La multitud
que se junto el 9 de noviembre escuchó una definición de la Presidenta de la
Nación en el sentido de seguir avanzando y profundizar el programa que revela
una coincidencia de buena parte de la sociedad argentina con esa política. Una
política que podrá ser criticada y que reconocemos que podrá tener
imperfecciones que merecen críticas, pero en los aspectos sustanciales está
llevando adelante la transformación del país.
APU: Justamente en el marco de esas
movilizaciones en el aspecto económico. ¿Cómo analizás algunos planteos que
tienen que ver con una especie de agotamiento en el modelo kirchnerista?
EJ: Creo que eso es una expresión de
deseo, no nos olvidemos que eso se dijo cuando terminó el período de Néstor
Kirchner, después con más fuerza cuando se produjo el conflicto del campo, con
un resultado desfavorable para el kirchnerismo. Las elecciones del 2009 en la
Provincia de Buenos Aires tampoco fueron favorables para el gobierno. Los
grandes medios decían que no había liderazgo posible, subestimando las
posibilidades que tenía Cristina de ocupar ese lugar de conducción y
subestimando también la adhesión de los sectores populares identificados con el
kirchnerismo.
Creo que este año de algún modo se
aprovecho de esas dificultades, de algunos conflictos, como la situación que se
dio con Moyano pero no hay razones para hablar del agotamiento del
kirchnerismo. Puede haber una especulación, hay que reconocer que tiene cierta
base en la realidad porque la reelección de la Presidenta no es algo que se
pueda decir que se hace así de fácil, la situación institucional es compleja,
requiere la conformación de una mayoría. No es de ninguna manera imposible pero
que todavía no está asegurada de manera que las especulaciones pueden venir de
ese lado.
Los que hablan de agotamiento del
kirchnerismo es porque no quieren que este proceso se siga profundizando. Creo
que hoy no creen en la posibilidad de una victoria de Macri o de alguien que
represente las antípodas de lo que fue este proceso iniciado en el 2003. Están
soñando con alguna persona del propio espacio kirchnerista que garantice una
política menos kirchnerista, con eso sueñan los que hablan del agotamiento del
kirchnerismo.
Me parece que si vemos la capacidad
que el gobierno ha tenido para salir de las situaciones difíciles que se le han
planteado en estos años, fundamentalmente en este 2012; no creo que estemos
hablando de un movimiento que ha perdido su vigor o no reconozca un liderazgo
claro o que no se esté dando una política para seguir avanzando. Por eso pienso
que es más una expresión de deseo que la realidad.
APU: Este 2013 va a ser un año de
elecciones y de una continuidad de este modelo ¿Cuáles creés que son los
desafíos a los que se enfrenta el kirchnerismo?
EJ: El desafío mayor al que se
enfrenta el kirchnerismo, es el que enfrenta todo el movimiento popular, un
movimiento que está identificado con los sectores más desfavorecidos, más
pobres de la sociedad, aunque comprenda la necesidad de tener una propuesta que
alcance a sectores más amplios. Cuando uno habla de profundizar el proceso
piensa en cómo hacemos para seguir disminuyendo los niveles de pobreza, para
seguir avanzando en materia de distribución del ingreso. Creo además que hay
otras materias que el gobierno ha reconocido que la política en los primeros
años no ha sido satisfactoria. Por ejemplo en el transporte, que hoy se están
haciendo esfuerzos aunque creo que la sociedad va a exigirnos un poco más para
compensar lo que no se hizo en estos años.
Me parece importante que se esté
reconociendo esa carencia, creo que lo mismo puede decirse en materia de
petróleo donde se dispone la recuperación del control de YPF por parte del
Estado. Reconoce lo errado de una política que se había asumido anteriormente,
es decir, hay disposición para avanzar con una política que implica una mayor
presencia del sector público. La discusión importante tiene que ver con estas
asignaturas, no con otras cuestiones que plantean algunos medios, sino con los
grandes temas que hacen a la profundización de la distribución del ingreso, de
la presencia del estado en la economía.
Creo que no se puede saltar el tema de
la ley de medios, la posibilidad de nuevas voces, nuevas expresiones, terminar
con la concentración monopólica. Hoy es una especie de tire y afloje que ha
llevado a que grandes sectores de la oposición, hoy están acompañando de manera
vergonzante, esta actitud de la justicia de dilatar su aplicación. Uno de los
méritos que ha tenido este 2012, es que se ha instalado en el debate político
que ha planteado la Presidenta sobre la democratización de la justicia.
Esta es una demostración de cómo el
kirchnerismo sigue avanzando y afectando a los sectores poderosos de la
sociedad, porque si no la justicia no aparece. Funciona de algún modo sin
llamar la atención pero cuando se dan situaciones de este tipo, aparece
realmente cuál es el rol que ha jugado el Poder Judicial en Argentina. Se dice
que el Poder Judicial es el que controla o asegura el funcionamiento normal de
las instituciones, más allá de eso, creo que va quedando más claro cómo el
Poder Judicial está estructurado hoy. Pero también cómo fue pensado en los
orígenes desde la Constitución norteamericana hasta la propia Constitución
Argentina, y fue visto como un poder que tendía a ser un reaseguro frente a lo
que podía parecer como un desborde que podría producir la elección popular.
Frente a mayorías eventuales en los
cuerpos legislativos, como la que sancionó la ley de medios o la que tiene hoy
el kirchnerismo, es importante un Poder Judicial que mostrara en realidad que
las cosas no podían cambiar tanto. Que más allá de las decisiones políticas hay
poderes fácticos que siguen siendo los que en última instancia determinan el
funcionamiento de la sociedad. En ese sentido es muy importante que esto se
haya puesto de manifiesto, y es muy importante avanzar este año en el tema de
la democratización de la justicia aunque no es un tema sencillo. El sólo hecho
de que estemos pensando en la democratización de la justicia, terminar con los
privilegios como el que los jueces no paguen impuestos a las ganancias, el
encontrar formas de mayor control de la sociedad sobre la justicia.
El hecho de que terminemos con este
monopolio que tienen algunos sectores sociales sobre el ingreso al Poder
Judicial, donde ha podido hacer que se hable de la familia judicial. Creo que
todas estas cosas son importantes para que no sólo el proceso siga adelante,
sino que son también un indicador de que el gobierno de Cristina siga avanzando
y esta tarea de custodia del poder económico que hacía la justicia termina
pareciendo de manera más desembozada.