domingo, 30 de junio de 2013

Che y el socialismo cubano Fernando Martinez Heredia Cuba y la solidaridad globalizada Salim Lamrani Hemingway de Cuba Manuel Yepe






Por Cuba con emisiones periódicas le lleva la información del acontecer internacional relacionado con nuestro país y las batallas que libra por su pueblo y su soberanía; contiene espacios noticiosos y de opinión, seleccionados de medios de prensa internacional o generados desde nuestro país.  ISSN 1819-4044



Año 11 Número 48 | Fecha 2013-06-18
TITULARES

Opinión




HEMINGWAY DE CUBA  por Manuel E. Yepe


Opinión
por Fernando Martínez Heredia
Che reclama que se eviten excesos en la crítica, y que no se subestimen la capacidad técnica, el empeño y la voluntad de acertar de numerosos involucrados en los países del socialismo europeo. Pero denuncia de manera categórica la apelación a tomar “como arma para luchar contra el capitalismo, las armas del capitalismo”. Las motivaciones de “la sociedad donde la filosofía es la lucha del hombre contra el hombre, de los grupos contra los grupos y la anarquía de la producción” no podrán ser despertadas y utilizadas eficazmente para servir a una sociedad basada en el poder socialista. Esta exige control riguroso y conciente, “la colaboración entre todos los participantes como miembros de una gran empresa (el conjunto de la economía), en vez de ser lobitos entre sí dentro de la construcción del socialismo”.

Opina que en vez de ir al fondo de los problemas, la práctica y el pensamiento de estos socialistas se dejan llevar a la seguridad aparente de acudir a lo ya probado. Las reformas pueden relucir como “descubrimientos” que remediarían la falta de motivaciones suficientes en los actores económicos y lograrían la subordinación de la producción para el consumo a las demandas de sus consumidores, relacionar la rentabilidad con la venta del producto, etcétera. Esos experimentos y ensayos de política económica son, sin embargo, remedos de lo que el capitalismo hace eficazmente, porque lo universaliza y porque corresponde a las relaciones fundamentales de su sistema. Existe una lógica que caracteriza a cada sociedad: si la olvidamos, pagaremos un precio muy caro.

Punta del Este, 1961

Por otra parte, Che invita a no olvidar nunca la situación concreta de la cual ha partido Cuba en su transición socialista. No somos ilusos, advierte, estamos tratando de edificar efectivamente el socialismo “saliendo de una etapa semicolonial… de todos los vicios, de todas las taras que nos dejó el capitalismo, con la misma gente, con todos nosotros con mentalidad capitalista, hace unos años pensando siempre cuánto íbamos a ganar”. La debilidad que padece Cuba no debe atribuirse a la utilización de un sistema financiero determinado: “son debilidades de una economía que ha cambiado su composición, su característica”.

El Che insiste, incansable, en desbaratar la imputación que se hace a sus ideas de mantener un desprecio “idealista” por el interés material, un simplismo que busca devaluarlas y rehuir la discusión. Nadie en sus cabales desconoce la fuerza y el arraigo del interés material, instalado a lo largo de la historia de las sociedades de dominación y multiplicado y refuncionalizado por el capitalismo. La elección está entre utilizarlo llana y acríticamente ―aunque se lamente que sea nocivo—, o utilizarlo como un mal necesario, sin depender de él. Ser creativo desde la situación concreta e inevitable, y organizar un proceso de erradicación paulatina de los comportamientos económicos egoístas e individualistas. Ir forjando otro mundo de actuaciones y valores, que pueda reunir diferentes estímulos, implantar la norma que en nombre del deber social reconoce o reprocha, al mismo tiempo que retribuye o no a partir del grado de cumplimiento, o el estímulo a la capacitación dado por su conversión en requisito para pasar a un nivel superior. Instrumentos como los citados, dice el Che, persiguen la toma de conciencia de tipo mecánico en el individuo; hay que perseguir, a la vez, la toma de conciencia de tipo dinámico, una de cuyas formas fundamentales es el trabajo voluntario.

La creación de otra realidad desde la existente, sin lo cual no hay revolución socialista, tiene que incluir el espíritu crítico, fomentar la independencia de los criterios y la capacidad de pensar y valorar con cabeza propia, y aprender a distinguir los caminos, sus implicaciones y sus resultados.  Es impresionante la vitalidad y la hondura alcanzados por aquel análisis teórico que permitía, en medio de la tormenta de la Revolución, señalar los graves peligros de copiar mecánicamente y no ver las deficiencias del socialismo existente, y salirle al paso a la resignación a lo que existe, la rutina y el seguidismo. El Che aprendió ―al mismo tiempo— a reflexionar sobre la circunstancia en curso, la actuación inmediata, los métodos y los fines mediatos, y a teorizar acerca de los asuntos fundamentales.

En textos no públicos, el Che expuso más libremente sus juicios. Consideraba que la URSS había comprometido de manera fatal el futuro de su transición socialista cuando convirtió en permanente la Nueva Política Económica que el país se había visto obligada a adoptar en medio de una crisis interna terrible, poco después del final de la Guerra Civil. Esa conclusión la extrajo de sus profundos estudios del proceso de los primeros años del poder soviético y el pensamiento de Lenin y otros bolcheviques. En los meses que siguieron a la retirada del Congo ―el tiempo en que permaneció en Tanzania y Praga— escribió mucho, ordenó y expuso ideas y organizó numerosos textos. Un trabajo fundamental de ese periodo son estos Apuntes críticos a la economía política. Más de doscientos comentarios del Che a la más reciente edición del Manual de Economía Política, texto docente oficial soviético, constituyen el núcleo central del libro, que reúne también un gran número de textos del Che, casi todos procedentes de sus cuadernos de notas, su correspondencia y la transcripción de grabaciones. La gran mayoría permanecía inédita.

El Che ―que admiraba a Lenin tanto como el que más— entró resueltamente a analizar los hechos y las posiciones dentro de la Revolución y la Rusia bolchevique, en busca de las experiencias y el conocimiento. Lo cierto, escribe, es que en 1921-1922 el país fue pasando “a las relaciones de producción que configuran lo que Lenin llamaba capitalismo de estado, pero que en realidad también puede llamarse capitalismo premonopolista en cuanto al ordenamiento de las relaciones económicas.” Con la muerte de Lenin, dice, “se pierde el riquísimo acervo de su pensamiento revolucionario y queda el reflejo de su postrer impulso por el camino de la retirada”.

La confrontación principal que existe en el mundo no es en modo alguno la que repiten las declaraciones y los organismos de la URSS y el movimiento comunista, con sus supuestas tres fuerzas revolucionarias: primera, el llamado sistema socialista mundial; segunda, el proletariado de los países capitalistas desarrollados; y tercera, las luchas por la independencia y la democracia nacional en el Tercer Mundo. En realidad, dice el Che, el imperialismo no agoniza: “ni siquiera ha aprovechado al máximo sus posibilidades en el momento actual y tiene una gran vitalidad (…) La tendencia es a invertir capitales propios en el aprovechamiento de las materias primas o en la industria ligera de los países dependientes.” La aguda competencia en su seno “provoca una incesante marea de innovaciones técnicas…”

De la unión entre los proletarios a escala mundial proclamada por las declaraciones, dice: “Falso de toda falsedad. No hay punto de contacto entre las masas proletarias de los países imperialistas y los dependientes; todo contribuye a separarlos y crear antagonismos entre ellos (…) el oportunismo ha ganado una inmensa capa de la clase obrera de los países imperialistas.” Sobre las revoluciones: “También es falso que el proletariado (…) sea el que cumpla el papel dirigente en la lucha de liberación en la mayoría de los países semicoloniales”. Ya no se puede admitir la idea de que la burguesía nacional sea un factor progresivo en las luchas revolucionarias: “La lucha contra la burguesía es condición indispensable de la lucha de liberación, si se quiere arribar a un final irreversiblemente exitoso”.

Al salir del Congo y verse obligado a esperar, Che se entrega a una tarea que constituye el inicio de una nueva fase de su obra. Siente la necesidad de llegar a conclusiones sobre el socialismo realmente existente, asunto crucial para todos en el mundo, y también de ofrecer una alternativa desde las ideas de los revolucionarios marxistas de los países que han sufrido o sufren el colonialismo y el neocolonialismo, que ahora quieren pelear por la liberación total de las naciones y de las personas, y por el avance de la revolución mundial. “Es un grito dado desde el subdesarrollo”, escribe en “La Necesidad de este libro”, breve introducción para los Apuntes que contiene planteamientos trascendentales. Se refiere en ella a la obra monumental que dio origen al marxismo, las nuevas situaciones de la época imperialista, los aportes extraordinarios de Lenin y la detención ulterior del desarrollo de la teoría marxista. Enseguida expone las razones por las cuales hace la crítica de la Economía Política:

Creemos importante la tarea porque la investigación marxista en el campo de la economía está marchando por peligrosos derroteros. Al dogmatismo intransigente de la época de Stalin ha sucedido un pragmatismo inconsistente. Y, lo que es trágico, esto no se refiere solo a un campo determinado de la ciencia; sucede en todos los aspectos de la vida de los pueblos socialistas, creando perturbaciones ya enormemente dañinas, pero cuyos resultados finales son incalculables (…) Nuestra tesis es que los cambios producidos a raíz de la NEP han calado tan hondo en la vida de la URSS que han marcado con su signo toda esta etapa. Y sus resultados son desalentadores: la superestructura capitalista fue influenciando cada vez en forma más marcada las relaciones de producción, y los conflictos provocados por la hibridación que significó la NEP se están resolviendo hoy a favor de la superestructura. Se está regresando al capitalismo.

Che espera serenamente el repudio a su posición y la acusación de anticomunismo y oportunismo, el rechazo de los que se sentirán heridos en su cariño y su lealtad, y también el sobresalto sincero de otros “ante este cúmulo de razones nuevas y diferentes”. Pero confía en que muchos podrán sentirse atraídos por este “intento de retomar la buena senda”. A ellos se dirige el libro, “y también a la multitud de estudiantes cubanos que tienen que pasar por el doloroso proceso de aprender ‘verdades eternas’ en las publicaciones que vienen, sobre todo, de la URSS, y observar cómo nuestra actitud y los repetidos planteamientos de nuestros dirigentes se dan de patadas con lo que leen en los textos”.

Un largo camino había recorrido Ernesto Guevara en una década. La Revolución había sido su maestra. En la guerra y desde el poder revolucionario se desarrolló su estatura como combatiente, dirigente y pensador, y ahora él ―como reclamara Lenin 60 años antes— debía, en justo pago, enseñarle algo a la Revolución. Y lo logró. La aventura socialista de un pequeño país aislado producía un pensamiento capaz de continuar el trabajo excepcional mediante el cual Carlos Marx había encontrado ideas capaces de subvertir el control de las ideas de la sociedad por la clase dominante. Che escribió: “nosotros aportamos nuestro modesto granito de arena”. Y a los compañeros cercanos más estudiosos les pidió componer un “manual” cubano. Pensó seguramente que los que compartían su posición continuarían la campaña de difusión de las actitudes y las ideas más revolucionarias, que con tanto ardor y sistematicidad él llevó a cabo en su última etapa en Cuba.

El acierto y el alcance de los planteamientos del Che acerca de la esencia y el destino del socialismo realmente existente solo se comprobaron 25 años después. Pero cuando hacia el final del siglo pareció que todo lo logrado por la humanidad se perdería, incluso la esperanza, el Che regresó. Celebramos ese regreso, que evidencia la resistencia de los pueblos y el valor permanente de las ideas y del ejemplo. Sin embargo, el pensamiento del Che siguió encontrando escollos y ha tenido que ir ganando espacios paulatinamente. Uno de esos avances es esta labor de establecimiento, organización y edición tan tenaz y tan importante, que va entregando uno tras otros textos suyos, palabras que son luces y armas para el entendimiento y para la acción, tan necesarios frente a los desafíos actuales.

Palabras en la presentación de los libros de Ernesto Che Guevara Apuntes críticos a la Economía Política y Retos de la transición socialista en Cuba (1961-1965), de la Editorial de Ciencias Sociales del Instituto Cubano del Libro, durante la 22 Feria Internacional de Libro de La Habana, en La Cabaña, 18 de febrero de 2013. La compilación y selección de ambas obras ―que aparecieron por primera vez en 2006 y 2009 respectivamente— estuvo a cargo de la Dra. María del Carmen Ariet García, del Centro de Estudios Che Guevara.


Fernando Martínez Heredia es Filósofo y ensayista cubano. Premio Nacional de Ciencias Sociales.
Fuente: Che por siempre
por Edmundo García
El pasado martes circuló en Miami una declaración de prensa de la organización contrarrevolucionaria llamada La Rosa Blanca que preside el ex congresista Lincoln Díaz-Balart. Es la primera organización contrarrevolucionaria y terrorista del llamado exilio cubano, fundada por Rafael Díaz-Balart y otros batistianos que como él huyeron de Cuba en medio de la revolución triunfante el propio 1ro de enero de 1959. El viejo Díaz-Balart la llamó con infamia La Rosa Blanca evocando el conocido poema de José Martí, pero ahora Lincoln Díaz-Balart la rebautiza como Instituto La Rosa Blanca y como este no hace nada por gusto, algún tumbe hay entre manos en ese aire académico que le da la palabra Instituto a esa organización.

Como Lincoln no acepta la realidad de que ya él no es un congresista que puede otorgar condecoraciones y chapitas a los mercenarios, ni dar discursos en la cámara de representantes contra Cuba (aunque solo tenía a su hermano Mario y a Ileana Ros-Lehtinen como oyentes), ni tampoco tolera que se estén moviendo 20 millones este año para provocar un cambio de gobierno en Cuba sin meter las manos, se ha puesto las pilas para retomar la dirección de la contrarrevolución y hacer que una parte de la tajada vaya a La Rosa Blanca. Lo cual quiere decir a él mismo.

Detrás de la referida declaración está ese objetivo; en ella Lincoln ha dejado saber cuáles son los tres proyectos contrarrevolucionarios con los que su organización se identifica. Cualquiera de ellos puede ser más anexionista, más entreguista, más antipatriótico y con menos aceptación en el pueblo cubano que el otro. Los propios amos que manipulan a los pseudo líderes reconocen que esta gente no tiene pueblo y que todo se trata de una fabricación. Los tumbes personificados que La Rosa Blanca declara que va a apoyar son el proyecto Emilia del esquizofrénico político Oscar Elías Biscet, el mismo que pidió “solución Kosovo” para Cuba en el congreso de los Estados Unidos. Antonio Rodiles con un engendro titulado “Demanda ciudadana por otra Cuba” y El desaparecido Movimiento Cristiano Liberación, que iba a encabezar en Cuba la familia de Oswaldo Payá. Pero resulta que dicha familia hace unos días que plantó campamento en Miami dejando muy claro que lo hacían como emigrantes y no como exiliados políticos.

En la práctica el Movimiento Cristiano Liberación está sepultado; y no porque haya fallecido Payá, ni por el hecho en sí de que la familia haya salido de Cuba sino por la forma sinuosa en que lo hicieron, por la falta de respeto al manipular la opinión argumentando persecuciones y aguajeando con que se quedarían en Cuba para luchar contra el gobierno; a la vez que planificaban echar un pie con todas las comodidades. Una farsa sin dudas; una estafa a su pequeñísimo grupo de seguidores. Pocos días antes de que los Payá se aparecieran con los bártulos en el Aeropuerto Internacional de Miami la propia hija de Oswaldo, Rosa María Payá, recorría los medios y casonas de algunos contrarrevolucionarios de Miami guapeando con que regresaba a Cuba para buscar un cambio de régimen y llevar desde allá una demanda contra las autoridades cubanas. Pues parece que solo regresaron a Cuba a empacar, porque transcurrió poco tiempo para que en los restaurantes de la calle 8 las recibieran con un “Welcome to Miami” que la masa de puerco está servida. Nada de lo que planificaban tenía que ver con el cacareado legado de Payá inventado por mentes afiebradas; ni con lo de conservar su memoria, ni con el inoperante e incompleto proyecto Varela, ni con el proyecto Heredia o todos los que se les hubiera ocurrido imaginar. No sé qué apoyo le dará Lincoln Díaz-Balart al Movimiento Cristiano Liberación en Cuba si eso ya ni existe; a no ser en la imaginación de periodistas como Juan Carlos Chávez de El Nuevo Herald que previendo el “deschave” ha publicado un fantasioso artículo donde habla de persecuciones en Cuba, ¿qué persecución y qué movimiento si la movida de los Payá está ahora en Miami y en España, de la que varios son ciudadanos? La ayuda que debería darle Lincoln a la familia Payá es para encontrar trabajo, aunque toda la comunidad cubana del sur de la Florida comenta que esta gente no viene a Miami a curralar. Los Payá son, como diría Marcelino Miyares, “disidentes de primera clase”.

Dice La Rosa Blanca que también va a apoyar el proyecto de Rodiles. ¿Qué proyecto Lincoln? Rodiles es un globero que vive del dinero que le dan los americanos, que hasta lo reclutaron aquí en Florida; y en México. El “Tony” vive en una cómoda casa en Miramar donde hacía reuniones intelectuales aburridísimas, con presencia de diplomáticos norteamericanos, y ha terminado haciendo debates de películas que despiertan menos interés que las que pasa la televisión de Tasmania. A Rodiles lo trataron de vender como intelectual en Miami, salía hasta en la sopa y causaba pena ajena porque recitaba capítulos del libreto de la gusanera fracasada y gastada. Como intelectual Rodiles no convenció en Miami ni a los encargados de actualizar el mural de los Municipios de Cuba en el exilio. Lo que más risa provoca de todo esto es que quienes cuidaron de la imagen de Rodiles no tuvieron en cuenta que en este pueblo, lleno de terroristas y pone bombas, se pasaron unas fotos suyas mostrando un arañacito ante una cámara, como un llorón, sin ni siquiera intentar defenderse de quien se lo abrió. Imagino lo flojito que luciría Rodiles en la Finca Medialuna conversando tú a tú con terroristas como Posada Carriles y los otros trogloditas de Alpha 66. A lo mejor Lincoln le puede pagar a Rodiles un verano con los Boys Scouts, aunque tenga que llevar repelente de mosquitos y pomada a la excursión. Que todo sea por fortalecer el poquito de carácter de esta persona que disfrutando de todas las comodidades en Cuba tiene la miserable actitud de pedir un recrudecimiento del bloqueo económico contra su propio país.

Lo otro que dice Lincoln que va a apoyar, y que no es un bolero aunque lo parezca, es un llamado proyecto Emilia de Oscar Elías Biscet. Imagínense un programa político que tiene la locura de pedir, de entrada, la salida del país de Fidel y Raúl; la renuncia en pleno de la Asamblea Nacional y del Consejo de Estado, además del veto a la Constitución vigente. Lincoln Díaz-Balart quiere hacerle el juego a las fantasías de una persona que ya ni su propia esposa Elsa Morejón escucha ni tolera.

Pero lo de Lincoln es a la oposición rogando y con el mazo dando. Porque además de todo este trapicheo con los Payá, Rodiles y Biscet, el líder de La Rosa Blanca es el abogado y cabildero de los magnates asiáticos que quieren promover el juego y construir casinos en Miami. Y aquí hay hasta sorpresas porque Lincoln Díaz-Balart, que se dice anticomunista y crítico de China, tiene muy buenas relaciones con empresarios taiwaneses que serían algo así como lo que en Miami se llama “dialogueros”; gente que hace negocios con la China continental comunista y unipartidista, que no cede en sus principios nacionales, pero que como es poderosa Estados Unidos no bloquea ni apunta en una lista de países que promueven el terrorismo.

Al final todo esto es un globo. Tanto Jonathan Farrar como Michael Parmly, ex jefes de la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana, informaron en su momento al Departamento de Estado que la llamada oposición carecía de base social sencillamente porque lo único que le importa es el dinero americano. Los llamados opositores no están interesados ni en ganarse al barrio, ni en fundar un partido sólido ni redactar un programa. Tampoco tienen una idea de país. Lo que yo creo es que este montaje es en verdad una operación diversionista para esconder los verdaderos planes de la política norteamericana hacia Cuba; que es atender a la situación histórica que se va a producir en el año 2018 cuando una nueva generación salida de la generación histórica de la revolución esté a cargo. Las agencias norteamericanas conocen muy bien que el legado de Fidel y de Raúl está en buenas manos y le interesan esos jóvenes que ahora mismo participan en el Congreso de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) o juegan la final del beisbol revolucionario. Ahí es donde los norteamericanos tienen realmente puesta su mirada
Fuente: La pupila insomne
por Salim Lamrani
La Operación Milagro

La Operación Milagro, que Cuba y Venezuela lanzaron en 2004, ha permitido a más de dos millones de pobres de América Latina y del resto del mundo recuperar la vista.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), hay actualmente cerca de 285 millones de personas víctimas de deficiencia visual en el mundo, entre ellas 39 millones de ciegos y 246 millones que presentan una disminución de la agudeza visual. Casi el 90% viven en países del Tercer Mundo. Las principales causas de deficiencia visual son los defectos de refracción no corregidos (miopía, hipermetropía o astigmatismo, un 43%), la catarata (33%) y el glaucoma (2%). Cerca del 80% de las deficiencias visuales son curables, señala la organización, y agrega que “la catarata sigue siendo la primera causa de ceguera”. Estas enfermedades oculares afectan en primer lugar (65%) a personas de más de 50 años (20% de la población mundial), un porcentaje que crecerá con el envejecimiento de la población, pero también a 19 millones de niños.

Frente a esta constatación, en el marco del ALBA, Cuba y Venezuela decidieron lanzar en julio de 2004 una amplia campaña humanitaria continental bajo el nombre de Operación Milagro. Consiste en operar gratuitamente a los latinoamericanos pobres que padecen cataratas y otras enfermedades oculares, pero que se encuentran en la imposibilidad de financiar una operación que cuesta entre 5.000 y 10.000 dólares según los países. Esta misión humanitaria se ha extendido a otras latitudes (África, Asia). La Operación Milagro incluye la participación de 165 instituciones cubanas. Dispone de 49 centros oftalmológicos en 15 países de América Latina y el Caribe (Cuba, Venezuela, Ecuador, Haití, Honduras, Panamá, Guatemala, San Vicente y las Granadinas, Guyana, Paraguay, Granada, Nicaragua y Uruguay).

En enero de 2008 se alcanzó la cifra de un millón de personas operadas. En 2011, más de dos millones de personas procedentes de 35 países habían recobrado la vista. En el marco de los acuerdos del ALBA, la población venezolana fue la primera que se benefició de la misión, con más de 178.000 operaciones realizadas. Bolivia también se benefició ampliamente de la cooperación médica cubana, con 600.105 personas operadas. El presidente boliviano Evo Morales saludó la presencia de los médicos cubanos así como el papel integrador y solidario del ALBA.

Otros países también se beneficiaron del internacionalismo humanitario de la Operación Milagro. Así, 100.000 ecuatorianos, 61.000 nicaragüenses, 61.000 jamaiquinos , 50.000 panameños, 48.255 brasileños, 35.245 argentinos, 22.280 peruanos y 312 paraguayos recobraron la vista. Incluso ciudadanos estadounidense procedentes de los sectores menos privilegiados se beneficiaron de la Operación Milagro.

El caso más emblemático es sin duda el de Mario Terán, antiguo suboficial boliviano retirado, que asesinó a Ernesto Che Guevara el 9 de octubre de 1967 en la escuelita de La Higuera en Bolivia. Vivía entonces en el anonimato en Santa Cruz. Subsistía gracias a su pequeña pensión de antiguo soldado y había perdido la vista a causa de una catarata que no había podido tratar por falta de recursos. Gracias a la Operación Milagro, Terán pudo librarse de su hándicap. Pablo Ortiz, periodista boliviano que trabaja para el diario El Deber de Santa Cruz, relató la historia: “Terán tenía problemas de catarata y se operó gracias a la Misión Milagro, a médicos cubanos de modo totalmente gratuito”. Dio más detalles: Este tipo es un total desconocido. Nadie sabe quién es. Está completamente arruinado y se presentó en el hospital de la Operación Milagro. Nadie lo reconoció y lo operaron. Fue su propio hijo el que nos lo contó, y vino al periódico para hacer este agradecimiento público”.

En 2009, con ocasión de la intervención quirúrgica número 10.000 que se realizó en el Centro Oftalmológico José Martí, la Operación Milagro recibió el Premio de Excelencia Ciudadana en Uruguay del Centro Latinoamericano de Desarrollo (CELADE), que apadrina la Organización de Estados Americanos (OEA), por sus valores solidarios y humanos.

La prensa canadiense relató que incluso algunos súbditos de la Corona británica carentes de recursos económicos preferían ir a curarse y a operarse en Cuba, famosa por la excelencia de su sistema de salud y sus precios atractivos para los occidentales.

La Operación Milagro es un ejemplo concreto de una eficaz política social que llevan a cabo dos naciones del Tercer Mundo a favor de los más desheredados. Es también una lección para los países ricos y un llamado a más solidaridad con los que Víctor Hugo llamaba la “cariátide”.
Fuente: Operamundi.com
por Manuel E. Yepe
Dos mil copias digitalizadas de documentos entregados por Cuba a Estados Unidos permitirán a estudiosos y público en general una visión más completa de la vida del novelista Ernest Hemingway.

La Fundación Finca Vigía, creada en 2004 por Jenny Phillips, nieta del editor de Hemingway, Maxwell Perkins, trabaja con Cuba en la preservación de documentos, libros y otras pertenencias del escritor conservadas en lo que fuera su hogar cubano hasta su muerte, en 1961. Todo visitante estadounidense que llega a Cuba por primera vez se sorprende por la popularidad de Ernest Hemingway en la isla.

En 2011, la Oficina de Intereses de Cuba en Washington D.C. inauguró en su sede un bar que lleva su nombre. En esa ocasión, el jefe de la representación cubana, Embajador Jorge Bolaños, explicó que el homenaje respondía a lo poco que se conoce en Estados Unidos sobre la estrecha relación con Cuba de esta figura cumbre de las letras estadounidenses.

Hemingway vivió en Cuba una cuarta parte de su vida, cuando su obra literaria disfrutaba de mayor esplendor. Fue durante este periodo que obtuvo el Premio Nobel de literatura por su novela El viejo y el mar. Estuvo en Cuba por primera vez en 1928. Venía de Francia en camino a Cayo Hueso, Florida, y pasó algunas horas en La Habana. Años más tarde volvió a Cuba a bordo del yate de un amigo para pescar; capturó diecinueve agujas y aquello lo convirtió por el resto de su vida en aficionado a ese tipo de pesca.

En Cuba estuvo desde abril hasta junio de 1932 cuando conoció nuevos sabores tropicales (mango, guayaba, aguacate, piña). Sobre ellos escribió en un artículo titulado “Agujas frente al Morro”, publicado en la revista Esquire.

Regresó en 1933 para escribir dos de sus mejores relatos y constató que el clima cubano y las actividades deportivas que practicaba le aportaban gran energía creativa.

También descubrió el Hotel Ambos Mundos, donde se alojó durante los siguientes diez años en una habitación desde la cual observaba la bahía, el mar y las pequeñas embarcaciones de humildes pescadores. Visitó asiduamente lugares emblemáticos de La Habana Vieja, donde disfrutaba sus bebidas favoritas. “Mi mojito en La Bodeguita del Medio y mi daiquirí en El Floridita", recomendaba a sus amigos.

En 1933 capturó una aguja azul de 750 libras que le mantuvo luchando por más de una hora y media y finalmente rompió su vara. En agosto ese año, con la tiranía de Gerardo Machado próxima a sucumbir, antes de partir hacia España, reveló a sus amigos que él apoyaba la causa de los cubanos, y que deseaba el pronto derrocamiento del "tirano miserable". En la nave que lo transportaba a Santander, conoció por radio del derrocamiento de Machado.

Los sucesos en Cuba en la década de 1930 -la dictadura, la revolución, el golpe militar y la frustración que causó- se reflejaron en su obra literaria.

En su novela “Tener o no tener”, de 1937, un joven cubano le dice al protagonista: "…somos el único partido verdaderamente revolucionario.

Queremos acabar con los viejos políticos (...) y la esclavitud de los guajiros (…) y distribuir las grandes haciendas cañeras entre quienes las trabajan (...) Adoro a mi pobre país y haría cualquier cosa para liberarlo de esta tiranía...".

Hemingway se instaló definitivamente en Cuba en 1939 cuando adquirió, con su esposa Martha Gellhorn, la Finca Vigía, en el noreste de La Habana. Allí escribió Por quién doblan las campanas.

En Cojímar, un pueblo de pescadores, conoció a Gregorio Fuentes, quien sería el capitán de su yate Pilar e inspiración para su obra maestra, El viejo y el mar.

De su premio Nobel de literatura en 1954, dijo: "este premio pertenece a Cuba, porque mis obras fueron creadas y concebidas en Cuba, en mi pueblo de Cojímar, del que soy ciudadano".

Hemingway donó la medalla del Premio Nobel a la Virgen de la Caridad del Cobre, la Santa patrona de Cuba, su "nación adoptiva".

Se dice que en 1960 Fidel Castro confesó a Hemingway que “Por quién doblan las campanas”, que leyó siendo estudiante, le había inspirado tácticas para la lucha contra el ejército de Batista.

Su biógrafo Robert Baker relata que, al ser preguntado en una ocasión por la fría actitud de Estados Unidos hacia la revolución cubana, Hemingway respondió que él deploraba tal actitud y que, luego de veinte años de vivir en Cuba, él se consideraba cubano. Al decir esto, tomó el borde de una bandera cubana y la besó.

En 1960 regresó a los Estados Unidos para ser hospitalizado en la Clínica Mayo. Allí, cuando fue abordado por los periodistas y le preguntaron sobre Cuba, respondió: “nosotros, las personas de honor, creemos en la revolución”.

Para los cubanos, esa fue la despedida de Hemingway, resaltó Jorge Bolaños.

*Manuel E. Yepe periodista cubano especializado en política internacional.
Fuente: martianos.ning.com


Estos textos pueden ser reproducidas libremente (siempre que sea con fines no comerciales) y se cite la fuente.
Las opiniones del Autor no tienen que coincidir necesariamente con las del Consejo Editorial del Boletín.

Si no desea seguir recibiendo este boletín haga click
aquí

Cubarte, 2008.

José Martí cónsul argentino en Nueva York es gramsciano antes de Gramsci y Fidel tiene incorporado orgánicamente a Martí. Abel Prieto en Argentina



Domingo, 23 de junio de 2013    

"A Cuba no volverá el latifundio"

(Por Eduardo Valverde / La Capital). _ El ex ministro y actual asesor del presidente Raúl Castro destacó la vigencia que tiene en el presente de las democracias de avanzada en Latinoamérica el pensamiento de Ernesto "Che" Guevara.
El precursor. Abel Prieto Jiménez consideró que el prócer cubano José Martí fue "gramsciano antes de Gramsci".

Por Eduardo Valverde / La Capital (evalverde@lacapital.com.ar)
Abel Prieto Jiménez (Pinar del Río, Cuba, 1950) es un funcionario de aspecto atípico. Con su largos cabellos negros, su voz clara y profunda y sus casi dos metros de altura, este ex ministro de Cultura y actual asesor del presidente cubano, Raúl Castro, se caracteriza por su estilo frontal y visceral. Prieto es representante de la generación que no luchó en la guerrilla ni hizo la Revolución, pero vivió la intensidad de sus primeros cambios y los plasmó en su obra.
De visita en Rosario para asistir a la conmemoración del 85º aniversario del nacimiento de Ernesto "Che" Guevara, en una entrevista con Señales este ex miembro del Buró Político del Partido Comunista hizo una encendida defensa del actual proceso revolucionario en la isla caribeña, y afirmó de manera contundente que "a Cuba no volverá el latifundio".
—¿Qué vigencia tiene el pensamiento del Che en la Latinoamérica del siglo XXI?
—En el nuevo escenario que ofrece esta América latina, que está integrándose; donde ha nacido la Celac, donde surgió el Alba y donde la Unasur significó sin duda un paso importantísimo, en ese escenario el pensamiento del Che siempre tuvo en cuenta que el combate debe ser global. Uno de sus principios fundamentales es que, aunque hayamos obtenido la victoria en una pequeña isla caribeña, había que concebir la batalla como global. Esto lo expresó mediante aquella idea clave de "crear, dos tres, muchos Vietnam". El pensaba que la batalla contra el imperialismo no podíamos ganarla en un solo país. Intentó hacer la revolución en el Congo y luego se embarcó en la experiencia boliviana, que terminó trágicamente pero dejó un ejemplo notable. Y ese país está ahora lleno de médicos cubanos, con un plan de salud notable.
—Lo mismo ocurre en la Venezuela bolivariana...
—Sí, donde fueron agredidos por los fascistas en el último proceso electoral. Esas son las ideas del Che. Hugo Chávez de algún modo también fue un representante del avance de su ideario, así como Evo Morales.
—¿Cuál es su visión de estas democracias plebiscitarias de avanzada que se dan en Latinoamérica?
—América latina hoy es soberana. Debemos pensar que a Cuba se la expulsó de la OEA. El Che fue a Punta del Este a defender nuestra soberanía. Nos expulsaron de nuestra familia espiritual, de nuestro ámbito, para acusarnos después de tener colaboración con los países socialistas de Europa. El único gobierno que no rompió ralaciones con Cuba fue México. (El intelectual y diplomático cubano) Raúl Roa García le llamaba a la OEA el "Ministerio de Colonias yanqui". Y hoy tenemos una organización donde los yanquis no están invitados. Eso significa que algo esencial cambió en este continente. Al mismo tiempo, no se puede bajar la guardia. Van a poner muchas trampas al presidente Nicolás Maduro y su equipo. Cuando el presidente hondureño Manuel Zelaya se integró al Alba, lo fueron a buscar a su casa y se lo llevaron en pijama. Luego reprimieron la sublevación popular sin piedad. También «destituyeron» a Fernando Lugo en Paraguay.
—¿Qué resultado está dando la decisión del gobierno de Raúl Castro de instrumentar reformas para ir a una economía mixta, en un intento de mejorar la situación socioeconómica?
—Nosotros no usamos la palabra reforma, porque se ha contaminado mucho con los procesos de restauración capitalista que ocurrieron en países ex socialistas. Hablamos de actualización del modelo. En primer lugar, no estamos privatizando nada. Este proceso nuestro se ha caricaturizado fuera de Cuba. Incluso por personas posicionadas en la ultraizquierda, que hablan de una especie de modelo neoliberal. No tiene nada que ver con eso. Estamos arrendando tierras no a nuevas corporaciones, a pequeños propietarios, sino a familias, a cooperativas de agricultores para que hagan producir esas tierras. Pero éstas son propiedad de todo el pueblo, es decir del Estado cubano. Ahora estamos arrendando locales (una pizzería estatal, por ejemplo), donde lo que hacen es robarse lo que está en los almacenes y funcionan de la peor manera. Entonces, se los arrienda a cooperativas de trabajo. Los locales no se venden. No estamos privatizando el país, sino cumpliendo el principio de la ortodoxia marxista más pura de que los medios fundamentales de producción deben estar en manos del Estado. Y la principal célula económica en Cuba es la empresa estatal socialista. Sin ninguna duda, hemos escogido una vía socialista para tener un socialismo más productivo y eficiente. Está en los Lineamientos: ni individuos ni cooperativas pueden acumular propiedades; sólo el Estado. A Cuba no volverá el latifundio.
—¿Ni siquiera puede hablarse de una NEP (Nueva Política Económica), al estilo de la aplicada por Lenin en la URSS?
—No. El Che fue muy duro con Lenin por la NEP. Aunque él dijo: "Aunque parezca subjetivo creo que, de haber sobrevivido, Lenin hubiera rectificado esto".
—¿En qué situación se produjo la disidencia entre el Che y la conducción del Movimiento 26 de Julio respecto de la injerencia de la URSS en la revolución cubana?
—El Che promovió un gran debate económico, donde intervinieron Carlos Rafael Rodríguez y Bruno Bettelheim. El Che estaba por la idea de un financiamiento presupuestario central. Incluso temía que en la empresa estatal socialista (a partir de convertirse en competitiva y que sus trabajadores ganaran más) pudiera haber un germen de capitalismo. El hablaba siempre del estímulo moral, sin abandonar el estímulo material. La idea de que descartó el estímulo material es caricaturesca. El Che lo acompañó de matices. Decía: "Podemos premiar al obrero mandándolo a un curso de capacitación y después ponerlo en un cargo donde va a ganar más". Es decir, buscaba que el estúmulo material fuera más indirecto.
—¿Tuvo el Che influencias de Antonio Gramsci?
—Realmente mencionó a Gramsci, que yo sepa, sólo una vez. Incluso cuando Armando Hart Dávalos era el secretario organizador del partido, le dijo, como en broma: "Ya que vas a ser Dios por un tiempo, te propongo que hagamos una colección de filosofía". Entonces incluyó a Marx, Engels, Stalin, Lenin y Trotsky; le habló incluso de la Historia de la Filosofía de M.A. Dinnyk, pero no le mencionó a Gramsci. Una cosa curiosa, siendo el Che tan gramsciano en su concepto de lo cultural como cuestión hegemónica. Este aspecto del Che tiene una vigencia creo yo estremecedora. En Cuba se da una cosa muy peculiar. Fidel Castro nunca ha mencionado a Gramsci, ni siquiera estoy seguro de que lo haya leído. Sin embargo, Fidel es profundamente gramsciano. Pero creo que lo gramsciano les llega a Fidel y a la Revolución Cubana a través de José Martí, quien sin duda fue un gramsciano «avant la lettre». Martí es gramsciano antes de Gramsci, cuando dice: "Trincheras de ideas valen más que trincheras de piedra". Esta es una frase que parece del revolucionario italiano. Martí habla continuamente de cómo lo cultural es un poder esencial. Y como sostiene Roberto Fernández Retamar, "Fidel tiene incorporado a Martí orgánicamente, casi como cuando respira".