jueves, 10 de abril de 2008
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Comunicado de Prensa:
El Hambre es un Crimen
El Hambre es un crimen. Hay que detenerla. Sí o sí. Porque en nuestro país no faltan ni alimentos, ni platos, ni madres, ni médicos, ni maestros, faltan en cambio la voluntad política, la imaginación institucional, la comprensión cultural y las ganas de construir una sociedad de semejantes que asegure a nuestros hijos las oportunidades vitales para que puedan crecer con dignidad. Es imperativo terminar con un sistema económico -que en la mayoría de los casos- no da hijos sino hambre, que no da futuro sino Paco, que talla caricias olvidadas en cuerpos olvidados.
Niños hermosos nacen a la muerte aunque ya todos sepamos que la infancia es el principal recurso natural no renovable de nuestro país, ya que la mayoría de las capacidades humanas quedan -de alguna manera- determinadas durante los primeros años de vida cuando los niños están haciendo ahora mismo sus huesos, criando su sangre y ensayando sus sentidos.
La infancia es por lo tanto la gran oportunidad de la sociedad para mejorarse a sí misma en lo biológico, en lo cultural, en lo económico, incluso en lo político. La infancia es el terreno más fértil para sembrar inteligencia, trabajo, creatividad, justicia y democracia.
Sin embargo, los niños se nos mueren de hambre por decenas cada amanecer. Se nos mueren “acabaditos de nacer” mientras los padres lloran por los días hermosos, cuando la vida era azul.
Sin una infancia sana, amasada y entera es impensable una Argentina mejor. Porque un país que mutila a sus niños es un país que se condena a sí mismo.
¿Cuánto tendrán que andar nuestros hijos pobres, para no morirse de hambre, como goteras vivas que desangra las estrellas? Entre dolores y silencios hay una calle por donde marchan los niños hacia una primavera que se domicilia en los extremos del viento borrando de los calendarios la contribución de sangre a la acumulación capitalista.
Pero nuestros PIBES vencerán porque son el golpe temible de un corazón no resuelto: Con ternura y airosos como alas.
Alberto Morlachetti
Coordinador Nacional
Movimiento Nacional de los Chicos del Pueblo
La Campaña 2008 contra el hambre inexplicable se ha de lanzar el día 18 de Abril en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en la Parroquia Santa Cruz -Estados Unidos 3150- a las 13 hs. Posteriormente, proseguirá en las distintas ciudades del país finalizando, meses después, con una Marcha Nacional que atravesará territorios e imaginarios para terminar definitivamente con el hambre que nos avergüenza.
Invitamos a que hagan llegar su adhesión y compromiso, vía correo electrónico o postal, a chicosdelpueblo@pelotadetrapo.org.ar o a Uruguay 209 de Avellaneda, Código Postal 1870, Provincia de Buenos Aires.
Sobre retenciones y abandonos
10/04/08 Por Oscar Taffetani
(APe).- El pasado 1º de abril, en el portal informativo Mi Mercedes, se leía una entrevista a Mauricio Dorín, vocero de los Productores Autoconvocados que acampaban sobre la ruta nacional Nº 5, pidiendo la eliminación de las retenciones móviles a la soja.
“Los anuncios para pequeños y medianos productores son positivos -declaraba Dorín- pero lo que más molesta es la forma despectiva en que tratan a la soja. La soja es el oro que tiene el país, es lo que nos ha sacado de la crisis...”
“Si el Gobierno no quiere que se plante soja -agregaba- lo que tendría que hacer es alentar la ganadería, la leche, el trigo, el girasol, sacándoles las retenciones, y no ponerle a la ganadería un pie arriba de la cabeza...”
Por último, el productor rural expresaba su agradecimiento “a nuestros funcionarios y a la comunidad de Mercedes por su presencia aquí...”
Ese mismo día, 1º de abril, en otro portal informativo de otra región del país -Mendoza On Line- se publicaba la noticia de que en la localidad bonaerense de Salto, partido de Mercedes (es decir, no muy lejos del acampe de los Productores Autoconvocados) había muerto un bebé de ocho meses por desnutrición, y que su hermana melliza había quedado internada con el mismo diagnóstico en el hospital local. Fuentes médicas y judiciales informaron que la causa fue caratulada “abandono de persona seguido de muerte”.
“El bebé -agregaba el despacho periodístico - llegó al hospital en brazos de sus padres, Alejandra Mancinello y Gustavo Javier Rafaelli, junto con su hermanita, y se le realizó un examen en el que se estableció que murió a raíz de un cuadro generalizado de desnutrición severa...”
Muchas preguntas podría uno hacerse luego de analizar estas dos noticias paralelas sobre hechos que ocurrieron el pasado martes 1º de abril en Mercedes, provincia de Buenos Aires, corazón de la pampa argentina.
Podríamos preguntarnos, por ejemplo, por qué no fue el portal Mi Mercedes el que informó ese 1º de abril de la muerte en Salto de un bebé, a causa del hambre.
O podríamos preguntamos si dos infelices criaturas llamadas padres -Alejandra y Gustavo- que concurren a un hospital en medio del paro agropecuario, con un bebe muerto y otro en agonía, son padres “abandonadores” (abandónicos, les dicen en Psicología).
Porque si los sojeros y los funcionarios y las fuerzas vivas de Mercedes -como reconoce Dorín- estaban mirando a la soja cuando esos padres desesperados pasaron por el corte de ruta, camino al hospital, bien podría decirse que la comunidad misma de Mercedes fue la que abandonó, fue la que dejó pasar el hambre.
Qué decir del Estado provincial, en un distrito que se jacta de ser el más rico del país. Qué del Estado nacional, un Estado que ha resuelto el problema de su “déficit fiscal” gracias a las “retenciones”.
Todos dejaron pasar el hambre. Todos abandonaron.
A Alejandra y a Gustavo los abandonaron primero, al no brindarles los medios para sobrevivir y alimentar a sus hijos en un verde océano de soja y de maíz y de trigo.
A los seis chiquitos de Alejandra y Gustavo -el que murió este mes, y los que quedan- los abandonaron después.
Varias cosechas récord hubo en el campo bonaerense, en los últimos años (ya es una rutina decir que cada nueva cosecha va a ser récord). Y “récord de retenciones” va a poder hacer el Estado nacional al final de esta campaña.
¿Para cuándo un récord de distribución de la riqueza?
¿Para cuándo el récord de que ningún chiquito se nos muera de hambre, que no se nos ahogue de hambre en un país de vacas gordas, hinchado de soja?
Son muchas preguntas. Muchas para un par de humildes noticias. Muchas para una sola y larga tristeza.