jueves, 10 de abril de 2008
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editoriales
CAMPAÑA POLÍTICA DEL GOBIERNO DE EE UU CONTRA CHINA
Bush podrá sembrar dudas sobre derechos humanos, pero China tendrá la mejor Olimpíada
No deja de ser sintomático que la campaña pergeñada por George Bush contra China, tomando de excusa el Tíbet, tenga cierta aceptación. Lo que va a fracasar es el intento de boicot a los Juegos Olímpicos. Y así China habrá ganado la partida.
EMILIO MARÍN
El Comité Olímpico Internacional, con pleno arreglo a sus reglamentos, seleccionó a China como sede de las Olimpíadas que se celebrarán del 8 al 24 de agosto próximo. Para el país asiático, tal distinción le llegó como la oportunidad de mostrarse al mundo no sólo con la cordialidad que aquilata su cultura de 5.000 años sino también con su progreso económico y social de las últimas décadas.
Pero ya lo dice el tango: “nunca falta un buey corneta, cuando un pobre se divierte”. Apenas se prendió la llama olímpica en Grecia, el 24 de marzo pasado, comenzaron las protestas contra China. Estas no fueron de índole deportiva sino claramente políticas, atacando la política en el Tíbet y acusando al presidente Hu Jintao de violar los derechos humanos.
Los incidentes en el Tíbet comenzaron el 14 de marzo último, cuando grupos violentos ligados al Dalai Lama tomaron por asalto Lhasa, la capital, incendiaron 300 edificios y mataron al menos 13 personas de nacionalidad china. Estos hechos, lejos de haber sido fomentados por Hu Jintao, fueron obra de los separatistas tibetanos, que en marzo de cada año recuerdan su levantamiento armado de 1959, organizado con la ayuda de la CIA y que terminó en una completa derrota. El Dalai Lama, su “santidad” número 14 de la serie teocrática, huyó ese año a la India, bajo protección de sus mandantes y montó un fantasmal gobierno en el exilio.
Quiere decir que hubo bastante de profecía auto cumplida. Se levantan en el Tíbet a mediados del mes pasado, asesinan chinos y queman escuelas, para luego presentarse en Grecia y otros países como víctimas de la “represión china”.
Las acciones de propaganda se imputan a los tibetanos pero varios de los participantes no tienen ojos rasgados ni visten sábanas naranja. Los que pretendieron apagar la llama olímpica en Grecia eran unos pocos activistas de Reporteros Sin Fronteras, organización presidida por Robert Ménard. RSF debe estar pagando favores de las potencias de la OTAN y Francia porque habitualmente opera contra Cuba y Venezuela, pero ahora también la emplearon contra el socialismo asiático.
Esos pequeños incidentes, amplificados por la cobertura mediática norteamericana y europea, se repitieron en Londres y París; amagan reiterarse en San Francisco y Buenos Aires, las siguientes escalas de la famosa antorcha. En las dos ciudades europeas hubo violencia de los defensores del Dalai Lama, supuesto pacifista, lo que abre dudas sobre la naturaleza religiosa de este personaje que cautivó a disímiles reaccionarios como Richard Gere y Susana Giménez.
Amigos del Dalai
Reporteros Sin Fronteras admitió en 2004 un presupuesto anual de 4 millones de dólares, que sólo mínimamente mitigaba con subastas. La parte gruesa viene de empresas y fundaciones ligadas a la CIA y gobiernos europeos, que pagan para que la entidad haga campañas en contra de Cuba. Mario Vargas Llosa encomió que “Reporteros sin Fronteras acaba de situar a Cuba en el lugar 166, entre 167 países examinados, en lo que concierne a la libertad de prensa, es decir, en el penúltimo lugar: el último le corresponde a Corea del Norte”. Así de sesgados contra los países socialistas son los informes de la entidad. Ahora le tocó el turno a China.
Una declaración de dirigentes progresistas de Estados Unidos en defensa de China, entre ellos el ex fiscal general Ramsay Clark, de la coalición pacifista Answer, contiene valiosa información sobre quiénes son los que fogonean la campaña antichina. “Por más de 50 años, la CIA y otras agencias gubernamentales de los EEUU han entrenado, financiado, coordinado y apoyado al régimen antiguo feudal y represivo de Tíbet, representado por el Dalai Lama. El grupo principal que sirve de fachada para la CIA, la organización llamada National Endowment for Democracy (Fundación Nacional para la Democracia), financia a las siguientes organizaciones: la Campaña Internacional para Tíbet, el Congreso de Jóvenes de Tíbet, El Movimiento de Levantamiento Tibetano Popular, y al mismo Dalai Lama”, dice ese documento que circula por Internet.
Esos grupos tienen actuación en Buenos Aires. Uno de sus miembros se presentó como representante del “Free Tíbet” –sin siquiera castellanizar su sigla- para decir que iban a hacer lo suyo el viernes, cuando la antorcha desfile en la ciudad.
Otro sello anticomunista, CADAL, que habitualmente hace centro contra Cuba ahora hace horas extras contra Beijing. En su web tiene un afiche que dice: “Campaña Medalla de Oro a los Derechos Humanos, Juegos Olímpicos de Pekín 2008, ¿Otra justa deportiva sin igual?, ¿Otro grito de entusiasmo y libertad? El gobierno y los deportistas argentinos no pueden ser indiferentes frente a las violaciones a los derechos humanos en China”.
Cuando Hu Jintao visitó Argentina en noviembre de 2004, esta entidad fue a la cancillería a repudiarlo por “asesino” y “violador de los derechos humanos”. En ese lugar y con consignas similares estaban los militantes del MST, que le adosaban un seudo condimento obrero al denunciar el “esclavismo laboral” de China.,
Boicot va a fracasar
Las denuncias contra China por violaciones a los derechos humanos encuentran cierto terreno fértil por la abrumadora campaña en ese sentido que los medios dominados por Washington hacen desde años contra todos los países socialistas. La sufrió Cuba en 2003 cuando detuvo a decenas de personas que cobraban por sus servicios en la Sección de Intereses de Norteamérica en La Habana y fueron fusilados tres terroristas que habían secuestrado una embarcación con numeroso pasaje.
Sin embargo, cuando los argentinos apagan la tele y Radio 10, y simplemente comparan sus propias vivencias, al menos una parte puede advertir que en la isla socialista están garantizados muchos más derechos humanos (a la vida, el trabajo, la salud y la educación) que en su realidad.
Acá pasa algo parecido. Cuando se acalla la CNN con los discursos donde Hillary Clinton le pide a Bush que boicotee la ceremonia de los Juegos Olímpicos en Beijing, cualquier ciudadano del planeta podrá preguntarse: ¿de qué derechos humanos hablan los gobernantes norteamericanos si en Irak mataron a un millón de personas? ¿Si uno de cada tres iraquíes fue muerto, preso, torturado o exiliado?
Como el debate supuestamente está en el plano de los derechos humanos, es interesante saber qué dirán los organismos de derechos humanos en Argentina. Quizás el CELS de Horacio Verbitsky, que aún no emitió pronunciamiento alguno, pueda tener simpatía con Human Rights Watch, que participó en San Francisco en los actos de repudio a China. Pero el resto de los organismos, y en particular los más conocidos, como Madres de Plaza de Mayo en sus dos ramas, se mantienen contrarios a los manejos mediáticos de EE UU.
La mayoría de las organizaciones argentinas de tipo progresista hará otro tanto. Estas coinciden, en forma autónoma, con la postura tomada por el Comité Olímpico Cubano y su similar venezolano, así como las respectivas cancillerías.
José Ramón Fernández, presidente del COC declaró a Prensa Latina desde China que “esta nación, tan soberana como indivisible, con su gloriosa historia, su cultura milenaria, un gobierno responsable y las virtudes que acompañan a su pueblo y a sus atletas, no podrá ser presionada ni chantajeada”.
Por su parte la cancillería bolivariana expresó el 8 de abril que "apuesta decididamente por el éxito de nuestros hermanos chinos en la organización de esta magna cita del deporte, y se enorgullece en enviar a Beijing la mayor delegación de atletas que jamás hayan participado en olimpíada alguna".
George Bush, que en octubre de 2007 condecoró al Dalai Lama con la medalla de oro del Capitolio, amenazó con no ir a la inauguración de los Juegos. Esto estimuló la idea del boicot.
El imperio usa de pantalla los derechos humanos para afectar los Juegos, pero lo que quiere es “separar de la China un territorio que compone un cuarto del total del territorio chino”, como bien sostiene el documento citado de Ramsay Clark.
En China y derechos humanos habrán sembrado algunas dudas. Pero en el plan de desgarrar el Tíbet no tendrán éxito. Y en frustrar las Olimpíadas tampoco, lo que irá en beneficio de Jacques Rogge, titular del Comité Olímpico Internacional, pero sobre todo del viejo gigante enfermo de Asia que en 1949 se puso de pie, como temía Napoleón.