miércoles, 24 de marzo de 2010

Empatia no es simpatía es amor al congénere

 Camaguey nos recibe Daisy Francis Mexidor y Paquito.jpg       

Foto:  Daisy Francis Mexidor versus Eladio González (Toto) en el aeropuerto de Camagüey, Cuba,en 1993.

 

        E M P A T I A

 

 

Empatía es la capacidad de ponerse en el lugar del otro,

 

de usar sus zapatos durante un kilómetro (como pedía Aristóteles),

 

de comprender lo que un semejante siente porque eso que siente

 

es lo que tenemos en común, Nuestra humanidad.

 

Empatía no es simpatía.

 

No soy empático con quien me “cae” bien ni con los de mi grupo.

 

La empatía trasciende largamente a la simpatía y contiene a la aceptación,

 

a la comprensión, a la compasión.

 

Cohabita con el amor.

 

 La empatía nos hace humanos.

 

¿Qué han hecho de la empatía los jueces que liberan a asesinos que,

 

al volante de sus autos, siegan vidas, destruyen familias, tronchan amores?

 

 

 

¿Qué han hecho de la empatía los médicos que no son capaces de mirar a un paciente a los ojos,

 

de tocarlo y, si es necesario, de abrazarlo?

 

 

 

¿Qué han hecho de la empatía los terapeutas que sólo ofrecen frías interpretaciones

 

a cambio de dolores en carne viva?

 

 

 

¿Qué han hecho de la empatía los políticos, sindicalistas, legisladores y funcionarios que,

 

 corruptos hasta los huesos, roban lo que es de todos y desprotegen a quienes deben servir?

 

 

 

¿Qué han hecho de la empatía los “estadistas” que corren servilmente a salvar bancos corruptos

 

pero desertan de atender el hambre en el mundo?

 

 

 

 ¿Qué han hecho de la empatía quienes fabrican enfermedades para vender medicamentos

 

y lucrar con la salud de otros?

 

 

 

 ¿Qué han hecho de la empatía los burócratas (empleados, “servidores”) públicos

 

que maltratan a quienes les pagan sus sueldos (el “público”)?

 

 

 

¿O los gobernantes que “aumentan” 8% a los jubilados mientras engordan obscenamente

 

(y sin poder explicarlo) sus propios patrimonios?

 

 

 

Acaso nunca la conocieron, acaso nunca la recibieron de nadie,

 

acaso nunca la oyeron nombrar.

 

 

 

La empatía es una flor poco cultivada en nuestra sociedad.

 

 

 

Y donde no se la cultiva, se extiende el desierto.

 

                                                     SERGIO SINAY

 

 

 Olga Nelida Brasero D Angelo

olgabrasero@speedy.com.ar

Mendoza-Argentina