| Entre Miami y Florence "hueco" de Oklahoma Los muros de piedra no hacen una prisión, Ni los barrotes de hierro una jaula; Las mentes inocentes y serenas toman Tales cosas por un lugar de retiro. Si tengo libertad de amar, Y mi alma es libre, Que los ángeles solos, Que habitan en lo alto, Disfruten de dicha libertad. de Richard Lovelace en "A Altea, desde la prisión" Cadenas mías, ¡que música hiciesteis en mi corazón! Todo el día estuve jugando con vosotras, y os volví ornamento mío. ¡Que buenos amigos fuimos, cadenas mías! Hubo instantes en que os tuve miedo, pero el temor me hizo amaros más todavía. ¡Compañeras de mi oscura noche larga, antes de deciros adiós, me postro ante vosotras, cadenas mías! de Rabindranaz Tagore en "Regalo de Amante". Antonio Guerrero Rodríguez Penitenciaria de Florence Marzo 2010 | | | Podría describir aquí numerosos detalles del traslado desde Miami hasta nuestras prisiones. El trato que nos dieron: separación, caja negra, celdas de castigo, etcétera, no sorprendió, siempre es el mismo. Nada significó para las autoridades carcelarias la reducción de nuestras sentencias. Particularmente, mi estancia en el Centro de Transito Federal de Oklahoma fue larga. Dieciocho días, aislado, en una celda del llamado "hueco", días que parecieron una eternidad. Con algo de papel y diminutos lapicitos, fui escribiendo el diario de estas jornadas, así como un grupo de cartas personales y muy especiales, nacidas en esa soledad, donde, parafraseando versos de Juan Ramón Jiménez, diría: "Tu eres dios de tu pecho, tu eres solo Universo, tu eres uno en tu centro". Solo una parte de ese diario y una de las nueve cartas escritas llegaron a su destino. Me dolió muchísimo que esto pasara, y recurrí a la poesía para revivir las vivencias de aquel aislamiento y, de alguna forma, reponer la irreparable perdida. Del 3 al 16 de marzo, ya en Florence, nacieron estos poemas, a modo de diario, los que sugiero se lean como un solo poema (como se dice han de leerse los famosos Sonetos de Shakespeare, claro que salvando la gran diferencia entre esa obra clásica y esta modesta creación). Para este poemario decidí escribir versos decasílabos con una rima libre, en la cantidad de versos del soneto. No es mi objetivo la búsqueda de belleza rítmica o de perfección de estrofa, mucho menos crear algo novedoso. Solo pretendo llevar al lector hasta los rincones de mi alma por aquellos días de injusto y total asilamiento, aunque también, como dijera Darío: "mi protesta queda escrita" contra el trato y contra la inusual perdida. A.G.R. 17 de marzo de 2010 | | | Martes, 26 de enero de 2010 Sucede que la injusticia sigue. Sucede que llevo caja negra. Sucede que soy yo quien lo dice. Sucede que quisiera que me creas. Sucede que vuelo sin temores. Sucede que sacudo mis venas. Sucede que se cruzaron dos soles. Sucede que oscurecen las piedras. Sucede que la sombra no es de árbol. Sucede que la hora tiene dueño. Sucede que se unen las paredes. Sucede que me ríe un hermano. Sucede que penetra en mi pecho una serenidad, que sucede. Miércoles, 27 de enero de 2010 Apenas cierra la puerta de hierro silbadores vientos de huracán se me echan encima y apagan el farol que llevo en mis manos. La celda se vuelve una laguna en la que yacen palomas muertas y por mi trepa su olor a espanto como si las sombras me embistieran. Con mi inofensivo corazón rasgo el silencio acorralado, adelgazo la ausencia ensanchada hasta que la larga noche pasa y todas las tinieblas se borran al tacto de la luz matutina. Jueves, 28 de enero de 2010 Este origen de día sin rumbo que sujeto al viento de la vida esparce sobre mi luz de aurora nunca es pérdida, sino ganancia. Esta sucesión de atardeceres sin colores ni eco ni perfume que fija mi sustancia imperfecta nunca es pérdida, sino ganancia. Este tiempo cargado de pausa que no deja madurar mi amor, crepúsculo de atmósfera oscura como un interminable camino entre sombras que crecen y tiemblan, nunca es pérdida, sino ganancia. Viernes, 29 de enero de 2010 Anocheció mientras leía un libro, (el único que llegó a mis manos) cuyo argumento vacuo y siniestro apenas calaba en mi interior. Pensé en los grandes de la palabra capaces de recoger la luz y toda la belleza del mundo en páginas imperecederas. Harto, cerré el libro y mis ojos, y, en ese instante, de un resplandor de sol y luna, de amor y paz me vi rodeado, y comprendí que lo que intento buscar afuera se encuentra en el tesoro de mi alma Sábado, 30 de enero de 2010 Dichoso soy, por este aislamiento en donde a mi antojo holgazaneo, mientras contemplo a mi alma por caminos lejanos perderse. Dichoso soy, por este silencio en que puedo escucharme por dentro sin que nada de fuera me invada, sin que el tiempo me busque y me encuentre. Dichoso soy, así, no mas ni menos, respirando, sin pensar en ello, los átomos que nos entremezclan, metido en la distancia de un ser, dueño de limites incalculables, que se expande al espacio con su aliento. Domingo, 31 de enero de 2010 Que no me dejen mirar la luna ni el árbol seco del lento invierno; que me prohíban prender el fuego, jugar al sueño con la ceniza, no significa que está perdido el gran amor que con mis ojos y con mis manos yo construí para otros ojos, para otras manos. No es amor el amor que sucumbe. El amor verdadero pertenece a todo el tiempo y toda la tierra, enfrenta sin temor tempestades, resiste hasta el filo de la muerte, y, como la natura, es eterno. Lunes, 1 de febrero de 2010 Le dije no a la quietud mohosa. Me paré sobre el suelo desnudo di el primer paso, luego el segundo poco a poco me convertí en lluvia. Al inicio fue el escepticismo y después vino la dependencia. Más tarde apareció la antitesis y con ella el desenvolvimiento. Comencé a circular por las horas con ritmo y espíritu que impele y a través del éter se desliza. Cercado por un tedio sin tregua, en la plaza de mi corazón me vi feliz, cantado y bailando Martes, 2 de febrero de 2010 Noche seductora que me llamas desde el abismo de tu silencio. Noche magnánima y magnética, aun inviolada novia del ocio. Noche errante, cegadora de ojos que tienen el color del arco iris. Noche loca, de blancura llena para el deseo añadir insomnio. Noche desnuda sobe la tierra, antes de irte a otra orilla sin nombre abrázame, mírame y déjame tocar tu cuerpo, para sentir el oleaje de las playas que amo, tan ocultas en la oscuridad. Miércoles, 3 de febrero de 2010 La muchacha que da medicinas a los dependientes de sedantes tiene cara de ángel, me recuerda a una novia de tiempos pasados. Ella su ronda hace cada noche, con su voz va rompiendo el silencio y yo dejo lo que estoy haciendo para verla, un instante, pasar. Ella nunca me mira a los ojos en los cuales yo tengo escondidos tantos rostros de edades y mundos, tantas noches de estrellas sin nombre, tanta rachas de ideas y venidas,..., la muchacha que da medicinas Jueves, 4 de febrero de 2010 Vivencias y vocablos que buscan respuestas al vacío y al suceso hacia el recinto de mi presente, como abejas a su panal, vienen. El batir de sus alas inunda el aire de trepidantes llamas, la claridad de la miel se adhiere al eco de la palabra amor. Con apasionada sed de luz, de aromas, de voces y de formas se lanza mi alma tras lo invisible y solo ve la imagen de un ayer girando, hasta que desaparece En pausadas espirales de humo Viernes, 5 de febrero de 2010 Es verde el silencio y, de improviso, de hojas verdes del deseo se viste mi fértil corazón, lentamente habituado a cosas naturales. El recuerdo del bosque y la lluvia emerge con su aliento escondido, y, otra vez, en mi garganta siento un ardor de jazmines y sangre. Mi corazón esta recordando miradas seguras de sus actos, besos al abrazo de la noche, caricias que dieron paz a mi alma. ¿Pero, por donde andarán sus ojos, sus labios, sus suaves manos puras? Sábado, 6 de febrero de 2010 Mujer, rompes en mi pensamiento como el oleaje contra la playa, penetras otra vez en la arena, y al mar regresas otra vez. Así eres tu, marejada indócil, balanceo constante de las aguas donde se ahoga mi corazón ola a ola contando tu cuerpo. Ya conoces que regresaré, sin embargo no sabes tu nombre ni que no me olvidé de tus besos. Tal vez, un día, mientras el mar destruya este castillo de ausencias la trama de mis versos yo te abra. Domingo, 7 de febrero de 2010 Hoy escribí a varias amistades y a ninguno le cuento el rosario de vicisitudes que he pasado (son mas las que ellas se imaginan). En mis líneas, les hago saber que esta celda, sin nada y sin nadie, es para mi un lugar de retiro donde las cadenas mías suelto. A este hueco, como a otros en mi vida, sin prisa, lo relleno de luz para que de su oquedad aflore el resplandor que a mi corazón convierte en poeta del amor, amor con el que a todos escribo Lunes, 8 de febrero de 2010 Anoche, cuando un hosco silencio como el manto de la oscuridad me cubría, y la incertidumbre de cruda nevasca se embriagaba, me trajo el amor su ramalazo, su muestrario de tenues dolores, espectros de perpetuas ausencias. No cerré los ojos por buen tiempo. Anoche, frente a la soledad resonante de ayeres, me dije: todos los desvelos de mi vida han desbrozado esta larga senda en donde los peligros de muerte no han podido contener la luz Martes, 9 de febrero de 2010 En mi soledad digo tu nombre y son sus letras un sol naciente entre las nubes de la alborada en cuya lumbre se abren las flores. Al andar, lo digo por las esquinas que el pensamiento pone y retira, y en mi soliloquio con tu nombre sombra y luz solar no se distinguen. Sin que nadie me escuche lo digo en una voz de intima explosión que apenas hiere el aire y el silencio. A las preguntas del firmamento respondo levantado mis ojos hasta la eternidad de tu nombre. Miércoles, 10 de febrero de 2010 Seguro en medio del temporal, me imagino yendo por el mundo como si caminara conmigo una unidad de brazos invencibles. Pasaran con sus alas oscuras otros cientos de gélidas noches sin poder aniquilar la aurora del día final de la injusticia. Hermanos y hermanas de lucha: su solidaridad se multiplica como las hojas de la primavera. ¡Ustedes nos darán la victoria! Ustedes estarán con nosotros en esa gran jornada del regreso Jueves, 11 de febrero de 2010 Desde mi infancia, hogar y escuela; en mi juventud, de sitio en sitio, toda mi vida y hasta en mis sueños has habitado mi corazón. Isla del sol que me brindaste palmas y playas, aves y frutos, aquel verano abrasador que amo, aquel libre albor en mi ventana, siempre despierta, en mí tu vives, dispuesta siempre a cuidar la flor indispensable de la esperanza. Tu amor me impulsa, tu amor me colma de luz, ¡Oh, patria! Vendrá el regreso Y el beso tuyo que nos espera. Viernes, 12 de febrero de 2010 Cruzando el corazón del azul insondable, confuso de rutas, acompañado de esperanzas, insignificantes pero ciertas, miro la silente geografía sumergida en la luz de la nieve, territorio de lo indefinido, deslumbramiento de libertad. Hay cansancio pero no me rindo. Hay cortadura pero no sangro. Lo fatigante y lo doliente sedo con el amor de mis sueños, de blanca materia invencible, que no reconocen los guardianes. | | |