A la Honorable señora Jueza :
HELENA LIBERATORI
Con respecto a la incomprensible prohibición de la muestra del artista León Ferrari, deseo usar palabras de una mujer a quien respeto muchísimo.
A ella le lavé los pies en unas Pascuas, en las que la casa seguía "sin estar en orden" dentro del Museo Ernesto Che Guevara que me honro en haber fundado y dirijo.
Josefina Salgado es una Madre de la Plaza de Mayo, perdió su adorado hijo a manos de aquellos a quienes la Justicia argentina absolvió con mutaciones genéticas en la Ley, urdiendo indultos, obediencias debidas y per-saltum.
Hago mías las palabras de Josefina, solo soy uno más entre los argentinos que la llaman "mamá".
Eladio González director Museo Che Guevara.
4-903-3285 calle Rojas 129 Capital Buenos Aires Argentina.
Carapachay, 15 de diciembre de 2004.
Al señor León Ferrari
Mi querido y bien recordado profesor:
Soy Josefina Salgado, alumna suya del curso de Etica y Religión del Seminario de Análisis Crítico de la Realidad Argentina, (1984-1999) en un curso de verano, en la Universidad de las Madres.
Quería enviarle estas líneas, solidarizándome con usted, en estos momentos, porque aunque no asistí a la exposición, por problemas de movilización y visión muy limitada, he leído sus obras, y me siento identificada con su pensamiento.
El miércoles 8, salía de mi casa, para participar simbólicamente en la Marcha de la Resistencia, y una vecina me preguntó si iba al “desagravio” a la Virgen. Le contesté que no puede organizarse un desagravio, si no está probado el agravio, como figura jurídica.
Lo inverso ocurrió cuando Bush invadió Irak, masacrando toda una cultura, proclamando que Dios estaba de su lado. Ningún discípulo de Torquemada levantó su voz para acusarlo de satánica soberbia. Al igual que Lucifer, se estaba equiparando a Dios.
Volviendo al tema del agravio, tan bien manejado por el sector reaccionario de nuestra sociedad, siempre pensé que no estaría ofendiendo a la Santa Madre de Dios, la profusión de cultos a tantas vírgenes “milagrosas”, casi todas ellas rubias, de ojos claros, maquilladas y ataviadas como para un desfile de modelos.
La auténtica, la “única” virgen elegida por Dios para Madre de su Hijo, según anunciaron los Profetas y corroboraron los Evangelios, es una humilde jovencita campesina, semita, y por eso no es de tez blanca como las imágenes que se exhiben en los santuarios, que más se asemejan a un “shopping”, que a un templo religioso.
Como podrá ver, soy también una “transgresora”. Al convertirme en madre de un revolucionario, cambió mi vida. Aprendí a razonar. No me someto a los reglamentos del Imperio Romano, que organizaron a su placer en la Iglesia Católica.
Jesús mismo fue un transgresor. Nos conmueven sus milagros, entre ellos la curación de los leprosos, pero desgraciadamente, muy pocos reconocen que para sanarlos contradice a la Ley Mosaica, acercándose hasta tocar al enfermo. Ponía al ser humano por encima de frías disposiciones sectarias.
En estos momentos, después de más de medio siglo de aceptarlos incondicionalmente, cuestiono los famosos “Mandamientos de la Santa Madre Iglesia”, invento romano, que siguen manejando como títeres a los feligreses católicos.
Por ejemplo, soy partidaria de la Legalización del Aborto, a pesar de que, en mi caso particular, fui madre de seis hijos, tengo diez y seis nietos, y cinco biznietos, pero aprendí a entender la realidad. No seamos hipócritas. El aborto (ilegal) existe abundantemente, en lujosas clínicas para las mujeres pudientes, en horrorosas condiciones para las pobres.
Otra necesidad urgente, es la separación de la Iglesia del Estado, y dejo para el final, dos problemas, tanto o más grandes que la misma Deuda Externa: El Control de la Natalidad y la Educación Sexual. Parece mentira que seamos tan atrasados en esos temas “tabú”.
Agrego a estas líneas, cosas sencillas que escribí: en la Navidad del 2000, un pesebre nada convencional para el tercer milenio.
Una oración inspirada en el Padre Nuestro, para todos los revolucionarios y la razón de la lucha de nuestros hijos, vinculada con el Sermón de la Montaña.
Disculpe mi atrevimiento, pero en estos momentos, necesitaba comunicarme con mi admirado profesor. Lo saluda con respeto y mucho cariño.
Josefina Salgado
Josefina de 74 años, es rubia, de ojos azules, delgada, creyente, justa, interpretó el armonio en la Iglesia de su barrio durante décadas.
difunden: 1er. Museo Histórico Suramericano " Ernesto Che Guevara " la Escuela de Solidaridad con Cuba " Chaubloqueo " y el Centro de Registro de Donantes Voluntarios de Células Madre - Irene Perpiñal y Eladio González - directores calle Rojas 129 local Capital - AAC 1405 - Buenos Aires - República Argentina telefax: 4- 903- 3285 Caballito
email: museocheguevara@fibertel.com.ar
http://museocheguevaraargentina.blogspot.com/
doná sangre, doná órganos, doná células madre, sé solidario, SÉ VOS.
¡Salven a los argentinos! "las ballenas"