Estocolmo, 31 ago (PL) El portal independiente Wikileaks intenta hoy poner a salvo sus comprometedores archivos sobre la guerra en Afganistán con la custodia de una parte de los servidores de Internet a una empresa sueca, a 30 metros bajo tierra.
Wikileaks ganó fama a fines de julio tras revelar información secreta alusiva a la guerra en Afganistán, a masacres de civiles y asesinatos selectivos.
Ese sitio digital emprendió la protección de la base de datos en medio de una feroz persecución del Pentágono contra su fundador, Julian Assange, y colaboradores.
Algunos de los servidores se hospedarán en el centro de información Pionen, de la empresa Bahnhof, ubicado a 30 metros de profundidad, entre las rocas de White Mountain, cerca de Estocolmo, según reveló un ejecutivo de la compañía sueca.
La instalación es conocida como un búnker nuclear de los tiempos de la Guerra Fría, aseguraron varios medios periodísticos europeos que recogen la noticia.
De acuerdo con la publicación digital Publico, la organización colocó servidores en distintas partes del mundo para evitar la desarticulación del portal y selecciona cuidadosamente los sitios dónde puede publicar los archivos secretos, conforme a la legislación de cada país.
La web publicó en julio unos 92 mil informes filtrados del ejército de Estados Unidos relativos a la guerra en Afganistán, entre 2004 y 2009, que comprometen a oficiales y soldados en matanzas de civiles y asesinatos de líderes de la resistencia en el país ocupado por la OTAN desde octubre de 2001.
Para el analista británico John Pilger, citado por el sitio alternativo www.stopwar.org.uk, los informes develados por Wikileaks son solo una fracción de los horrores registrados durante seis años.Pilger, de otro lado, tachó de incomprensible la persecución del gobierno de Barack Obama contra Assange, la cara visible de Wikileaks, y de los presuntos soldados informantes.
Denunció que la administración de Obama, más que sus predecesores, lleva a cabo una cacería y enjuiciamiento de quienes él denomina relatores de la verdad, en desmedro de la protección refrendada por la Constitución estadounidense, arguyó.
Afirmó que con la intención de "marginar" a Wikileaks, el Pentágono sigue la táctica de difamar contra los periodistas de esa organización. La presión sobre el propio Assange parece implacable, sentenció el politólogo británico.