Hace ya algunos meses los miembros de La Joven Cuba tuvimos la oportunidad de conversar con Max Lesnik, periodista cubano radicado en los Estados Unidos. Durante el encuentro nuestro invitado tuvo la amabilidad de responder nuestras preguntas.
Esto no pretende ser una entrevista. Es sólo la transcripción de un encuentro entre cubanos de distintas generaciones:
Joven Cuba - Usted sufrió la intolerancia de la derecha de Miami cuando fundó la revista Réplica en los años sesenta. Algunos dicen que eso quedó atrás y que en la actualidad es diferente y citan como ejemplos a Radio Miami y al programa de Edmundo García y Francisco Aruca “La tarde se mueve” ¿Cree usted que los tiempos son diferentes ahora y que se puede hacer un periodismo libre sobre Cuba en esa ciudad?
Max- Todos los tiempos son diferentes y depende de las circunstancias. Cuando la revista Réplica sale a la palestra pública como una publicación al estilo de lo que fue Bohemia en la lucha inicial contra los gobiernos de la corrupción auténtica y el batistato .Era una revista que le daba a todos los segmentos de la población cubana de Miami el material de entretenimiento, crucigramas, astrología y todas las cosas que hay en una revista general y de política le dábamos espacios a todos los segmentos, derecha, izquierda, centro. No había veto para que nadie opinara lo que quisiera.
Pero la derecha no se conformaba con que nosotros le diéramos un espacio. La derecha quería que la revista pensara como ella, y como la publicación estaba dispuesta a darle espacio a aquellos que no pensaban como nosotros pero que no estaban dispuestos a renunciar a la independencia que nos habíamos dado como meta y objetivo empezó el hostigamiento de la derecha, bombas, intentos de asesinato, todo eso para decirlo claro con la protección de las autoridades norteamericanas a nivel de la policía de Miami, a nivel de la policía del condado y del aparato federal. Giraban la cara y en ese proceso a Réplica le pusieron 11 bombas y lograron mediante la intimidación a los anunciantes y a los puestos de distribución (habían 800 comercios en donde se vendía la revista) mediante el terrorismo lograron estrangular a la revista.
Bueno… y la pregunta es: ¿eso ha cambiado?
No ha cambiado el pensamiento de esa extrema derecha, no ha cambiado. Lo que pasa es que en este momento y desde hace unos años no tienen el respaldo para esas actividades terroristas, ni de la policía ni del FBI, sencillamente el terrorismo se convirtió en una mala palabra porque juega parte de la campaña Estados Unidos en el exterior, por lo tanto: bombas en Miami no pueden quedar impunes ¿Por qué? Porque es una contradicción, no puedes combatir a los supuestos terroristas en el mismo Estados Unidos y proteger a los terroristas activos .Sin embargo los no activos Orlando Bosch y Posada Carriles gozan de perfecta libertad y son los héroes de la derecha con la tolerancia de este gobierno americano, del anterior y del que viene porque son sus terroristas.
Ahora, de eso a poner más bombas ya es otro juego .Si a Max Lesnik quisieran matarlo, en aquella época lo intentaron hoy día no lo intentan porque no pueden, en otras palabras: las circunstancias en la mentalidad de la extrema derecha son las mismas, no lo pueden hacer porque no tienen aliados para hacerlo como también para las incursiones que venían aquí a realizar actividades terroristas, venían con el conocimiento y el respaldo de las autoridades norteamericanas. Eso hoy en día no lo pueden hacer, es decir, los terroristas ya no pueden venir, lo que queda es el rezago de Posada Carriles haciéndolo desde Centroamérica.
Resumiendo, la mentalidad de la extrema derecha no ha cambiado, el terrorismo no lo pueden llevar a cabo porque su gran aliado y protector que es el gobierno americano no se lo permite.
JC – En una entrevista con Luís Báez usted dijo “La revolución socialista que yo quería no era de partido único sino pluralista, no tan radical. Pero mirando atrás, hoy digo, retrospectivamente, que esa revolución a la que aspiraba, si soy quien la administro, los norteamericanos la hubieran derrotado”. ¿Quiere decir entonces que la revolución cubana no hubiese sobrevivido de no haber optado por el partido único? ¿No considera usted que pueda ser catalogado como pluralismo el proceso de consultas con la población a que nos ha convocado Raúl, sobre el modelo económico a seguir y que ha sido una práctica histórica de la Revolución?
Max- La primera pregunta te la contesto. En circunstancias de hostigamiento de la nación más poderosa del mundo que es los Estados Unidos y yo no lo veía así y Fidel sí, el partido único, que no es más que tomar el modelo de José Martí con el Partido Revolucionario Cubano que fue un partido único donde adentro tenía todas las corrientes que iban desde Don Tomás Estrada Palma, el presidente títere de los americanos hasta Baliño que era marxista. Era un partido de unidad nacional, esa era la tarea, liberar a Cuba de la colonia española sin caer como le dijo Martí a Mercado en su carta ” En silencio ha tenido que ser, porque hay cosas que para lograrlas han de andar ocultas, y de proclamarse en lo que son, levantarían dificultades demasiado recias… “
Cuando yo digo que en esa época que no era partidario del partido único, este tenía integrado, invitados a todos los sectores, eso es cierto.
Ahora existía ese prejuicio que arrastrábamos de la época democrática y no veíamos el peligro real en las intenciones de los Estados Unidos que eran impedir que se consolidara la revolución. Esto que le digo yo a Luis Báez ¿Por qué me hubieran derrotado a mí los norteamericanos y a Fidel no?
Porque Fidel tuvo la visión de darse cuenta de que no se podía dejar ningún resquicio para que el enemigo, los Estados Unidos, que era el verdadero enemigo, no los títeres nacionales, organizara grupos contrarrevolucionarios como llegaron a hacer, que pusieron en peligro la revolución. El partido único de Martí y el del 60, que es cuando empieza , era una necesidad imprescindible y si yo hubiera sido el jefe del proceso y no Fidel, guiado por ese instinto democrático le hubiera dado oportunidad al enemigo, que no era el nacional a pesar de que yo lo veía con esa mentalidad .
Cuando la revolución se instaura el enemigo no era el partido liberal, ni el partido auténtico, era y es Estados Unidos con todo su poder y fuerza, concentrado en derrocar la revolución. En aquel momento yo estaba equivocado, y no me voy en prenda al reconocerlo, me hubieran derrocado como derrocaron a Allende, lo mataron, porque también Allende creyó que en su país era posible coexistir con los partidos tradicionales y esa fue su perdición.
Lo digo honestamente considérenme a mí un cubano representando el pensamiento de Allende, que no quiso aplastar a sus enemigos, sencillamente Fidel conocía el juego y los aplastó a ellos. Fidel, ganó.
JC- ¿Por qué cree usted que a pesar de los millones de dólares que ha destinado los Estados Unidos, no hayan podido lograr la creación de una oposición efectiva y creíble dentro de Cuba?
Max- Existen dos explicaciones.
Una, porque la revolución caló muy hondo y a pesar de que hay muchos cubanos descontentos, saltar de ese estado porque hice cola en el pan, porque no llegó la manteca, a la contrarrevolución, significa dejar de creer en los principios que te enseñaron de que la revolución es esa, la esencia de Martí pasando hasta llegar a hoy. Esa es una de las razones, la solidez de la revolución y su profundidad.
Segunda, los americanos acostumbrados a pagar sus ejércitos, no olvidar que el ejército de Washington cobraba un salario todos los meses que cuando faltaba el dinero, aquí, en la Habana, las señoras ricas hacían colectas y le pagaban al ejército de Washington, es decir los patriotas norteamericanos, y me cuesta llamarlos así pues su mentalidad era de que si yo soy soldado para liberar la patria yo necesito un sueldo. Esa no es la tradición cubana, ni Céspedes le pagó a sus soldados, ni Máximo Gómez ni Maceo le pagaron a sus soldados, ni los que lucharon contra Machado recibieron dinero para hacer la revolución contra él, ni los que estaban con Guiteras recibieron dinero de Joven Cuba para la lucha, ni la revolución contra Batista de cualquiera de los grupos, el del 26 de julio o el partido tal o más cual, ninguno recibió un centavo.
Lo que ocurre con la contrarrevolución es que desde el año 59, cuando los americanos organizaron los primeros grupos, les pagaban a través de la CIA, eso se mantuvo, los disidentes siguen recibiendo dinero de la CIA. Ahora yo pregunto, vamos a poner nombres porque a mi me gusta poner ejemplos con nombres: Elizardo Sánchez Santa Cruz ¨el gran camaján¨ vive aquí en esta casa y a su lado vive un cubano que está protestando todos los días por la situación económica que atraviesa el país de la cual él es víctima.
Entonces Elizardo que lo escucha le incita a incorporarse a las filas de la oposición. El cubano que no es comemierda le dice: “Elizardo y mi cheque donde está”, es decir como yo voy a cruzar la frontera del descontento a la oposición que tú me invitas cuando yo sé que tu recibes un dinero del extranjero. Un ejemplo de mi época, de la política en los años anteriores a la revolución, había un senador corrupto y corruptor que se llamaba José Manuel Alemán, Ministro de Educación de Grau, salió senador comprando los votos y ni uno sólo que votó por él se quedó fuera del pastel.
En otras palabras, los disidentes son mercenarios y no todo el mundo está dispuesto a dejar de ser un crítico de aspectos de la revolución para convertirse en un contrarrevolucionario, eso se paga con dinero. La respuesta es el patriotismo cubano y la estúpida política americana al partir del principio del que paga, manda. Ellos no quieren una oposición autóctona, independiente, crítica del gobierno por razones lógicas por la diferencia de pensamientos. Ellos quieren lacayos pagados para que obedezcan, entonces no es posible una disidencia real, cruzar de la posición crítica a la disidencia, ese cambio, implica la traición a los principios.
JC -¿Según su opinión cuales son los principales desafíos a los que se enfrenta la juventud cubana?
Max– El desafío es muy grande porque es heredar no solamente los principios sino la conducta y la ocasión de sacrificio de la Generacióndel Centenario a la cual me honro en pertenecer. Creo que hay personas que reúnen estas cualidades, también las hay oportunistas. La diferencia de mi generación a la que hay ahora es que ha sido tan grande la estatura de los líderes de la revolución que a veces cuesta trabajo buscar en la nueva generación, no se olviden que aún mantenemos el principio que los hombres que nos dirigen son la guía. Ese, y te repito es el gran desafío, la vocación de sacrificio. Sobre todo la voluntad de dar la opinión, partiendo de la base de que si la opinión es honrada hay que respetarla y yo creo que la generación de ustedes, que de alguna manera tienen el prejuicio de que hablando en alta voz pueden hacer el juego al enemigo, callan críticas que debieran hacer y que yo estoy seguro que en la alta dirección del país no se van a sentir ofendidos porque tienen la inteligencia suficiente para darse cuenta, cuando una posición que tal vez no comparte la línea oficial es hecha en sentido del mejoramiento de la revolución.
El gran reto es tomar la decisión de caminar por su propio peso, y no tenerle miedo al que dirán. Sobre todo una generación de Matanzas que parte de la base que el nombre que usa como instrumento aglutinador es Joven Cuba, que fue el instrumento que Guiteras creó en función de sus ideas, plasmadas, muchas de ellas, en la revolución actual.
JC- ¿Cuáles son a su juicio los principales peligros que amenazan a la Revolución Cubana?
Max- Ya a ese tema Fidel se ha referido. El gran peligro es que dentro de la revolución, primero que se rompan los principios éticos, toda revolución tiene una moral, no se puede ser revolucionario y tener una vida personal deshonesta. Hay que llevarla con austeridad. El gran reto es como mantener una vida no contaminada a pesar de las necesidades. Hay personas en este país que por sobrevivir hacen cosas que no corresponden a la ética de la revolución. Para mí el gran reto es mantenerse insobornable, que los demás resuelvan, como se dice, pero los dirigentes de un proceso que aspiren a dirigir el país tienen ser tan verticales y tan limpios como a los que van a suceder. De que los van a suceder los van a suceder, el almanaque no perdona, la vida de los dirigentes actuales, evidentemente podrán durar más años en su vejez pero en la capacidad de función estamos hablando de tres o cuatro años, no más. Ese es el reto, no estamos hablando de un plazo de 20 años, la desaparición física o práctica va a ser inmediata y tiene que haber personas jóvenes y dispuestas a sustituirlos.
El relevo de la revolución es sin duda el mayor de todos los desafíos, cuestionamiento que asalta a cada cubano de hoy en día, desde el exterior se dice que a Cuba la dirigen los históricos, Raúl, Fidel, que no hay juventud, ignoran que existe la juventud y sobre todo esa crítica.
Existe el problema de la pobre divulgación de los principales cuadros del país en las diferentes provincias de la geografía nacional. Algunos hacen un muy buen trabajo en sus regiones, otros, no tanto. Los tiempos actuales hacen necesario que el pueblo cubano conozca mucho más sobre estos líderes. Aquí hay una especie de cortina, en una ocasión en la Habana un policía me detiene, yo iba en un auto. Después de la comprobación de mi licencia le pregunté si conocía el nombre del jefe de al policía nacional. Respondió que solo recordaba a Salas Cañizares cuando Batista y Efigenio Amejeriras cuando el triunfo de la revolución. El uniformado no conocía el nombre del actual jefe de la policía.
Max- Ese es un dato que a muchas personas no le interesa, y debieran interesarle, en mi tiempo el jefe de la policía de la Habana era muy importante, era un bandido y un asesino, pero si este, que no es un bandido ni un asesino, merece también ser conocido. ¿Por qué solamente vamos a conocer a los malos?
Hace falta, de alguna manera, que la dirección política del país tome en cuenta de que más allá de Fidel, Raúl, Ricardo Alarcón y de los más conocidos, los jefes de partido y otros jefes políticos sean dados más a conocer. Que el pueblo sepa si actuó mal o si lo hizo bien, y si lo hizo bien reconocerle sus méritos.
JC- ¿Qué piensa usted del periodismo que se hace en Cuba actualmente y cuáles son los retos que tiene por delante?
Max- Bueno, aquí hay tres periodistas (se refiere a los presentes). El periodismo que se hace actualmente en Cuba, primero, es muy aburrido, no tiene nada que ver con la línea ideológica que trace el Comité Central a través del departamento ideológico. Yo creo que aparte de mantener la presencia política por el partido único y por la defensa de la revolución frente a los enemigos, pudiera ser más estratégico.
En mi opinión la columna que más se lee en el país es la de Ciro Bianchi Ross. ¿Por qué?
Porque es ameno, porque no cae en la contrarrevolución pero dice cosas que todo el mundo quiere oír de la historia. En la televisión, cuál es el programa que más se ve: “Pasaje a lo desconocido” y ahora el de Amaury. “Pasaje a lo desconocido”, de Taladrid, no es de política y ahora las entrevistas de Amaury.
Se puede hacer un periodismo vivo, vibrante, de entretenimiento, de análisis político-histórico sin que se roce y moleste al departamento ideológico ¿Por qué no hay otras ofertas en las páginas del Granma o en Juventud Rebelde? Se le pueden ofrecer otras cosas al público.
¿Por qué el éxito de la revista Bohemia, la de antes, en la cual yo escribía? Su director es amigo mío, y no lo dejan hacer más de lo que está haciendo. Es una publicación que hay que rescatar. En mi época usted habría la revista el viernes cuando salía a la calle, estamos hablando de un país de siete millones de habitantes, salían a la calle 300 000 ejemplares que, si se saca la cuenta, no quedaba cubano que de alguna manera no disfrutara de la revista. Los que eran analfabetos miraban las fotografías y sino llamaban a otros para preguntarle qué estaba escrito.
Desde la sección de Cuba donde se narraban todos los secretos de la vida política, más los artículos que podían escribir intelectuales de centro, de izquierda, ahí escribía Jorge Mañach, Carlos Rafael Rodríguez y una buena parte de la intelectualidad de la época.
Era una publicación de vanguardia, tenía el Horóscopo para aquellos que creían en las estrellas, tenía chistes, caricaturas, cuentos de Marcelo Salinas, tenía cuanto hacía falta y era el entretenimiento de muchos cubanos de viernes a lunes.
Yo pregunto.
¿Por qué la televisión tiene que ser tan aburrida?
¿Por qué no se puede realizar una revista Bohemia con más calidad?
¿Por qué no se puede hacer un periodismo más vivo?
La respuesta está en los periodistas jóvenes. A estas alturas no vamos a convencer a un viejo periodista que ya está machacando y martillando sobre lo mismo que haga cambios en su estilo. Esa es la tarea del periodista joven y si le rechazan el artículo, que conste en actas, así, de esa manera, se va llevando un récord que en algún momento será la garantía de por qué no se publicó.
(Fin de la primera parte.)