lunes, 16 de mayo de 2011

Preso cubano DECLARACIÓN JURADA GERARDO HERNÁNDEZ NORDELO ag1

DECLARACIÓN JURADA DE GERARDO HERNÁNDEZ NORDELO / 16 DE MARZO´11.

CORTE DEL DISTRITO DE LOS ESTADOS UNIDOS

DISTRITO SUR DE LA FLORIDA

CASO No. 10-21957-Civ-LENARD

Caso Penal No. 98-721-Cr- LENARD

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Gerardo Hernández, Promovente,  v.   Los Estados Unidos, Demandado

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Yo, Gerardo Hernández, declaro bajo pena de cometer perjurio, lo siguiente:

1. Yo soy el Promovente mencionado más arriba y hago este afidávit en apoyo a la moción para proscribir, desechar o corregir el juicio y la sentencia 28 U.S.C. 2255, presentada el 14 de junio de 2010.

2. En el juicio fui representado por Paul A. McKenna, abogado designado por la Corte, quien ejerce en Miami, Florida. Yo no lo había conocido previamente. No puedo recordar si el Sr. McKenna y yo tuvimos alguna vez una conversación previa al juicio acerca del tema de la separación.

3. Lo que sí recuerdo es que él nunca me explicó que podía ser posible tener un juicio separado acerca del cargo III, en el que yo tendría el derecho de testificar en mi propio nombre acerca del cargo de conspiración para cometer asesinato, sin prejuicio para otros cargos, y para mis codemandados. Si hubiera sabido esto, yo hubiera insistido en ejercer mi derecho a testificar en mi defensa en el juicio por conspiración para cometer asesinato, para demostrar qué erróneas eran las interpretaciones que hizo la fiscalía acerca de sus evidencias, y para proporcionarle al jurado el conocimiento de la verdad.

4. El Sr. McKenna tampoco me explicó que en un juicio separado yo podría asegurar el testimonio de uno o más de mis codemandados sin ellos tener que elegir entre incriminarse a si mismos, o negarse a ofrecer una evidencia relevante en mi juicio por conspiración para cometer asesinato.

5. Lo que nunca entendí, porque nunca me fue explicado hasta ahora, es que, de acuerdo a la ley de los Estados Unidos, yo podía haber solicitado un juicio separado acerca del cargo de conspiración para cometer asesinato, con el fin de testificar y presentar evidencia pertinente para ese cargo. No tuve experiencias previas en el sistema judicial de los Estados Unidos, y no estaba consciente de que una separación hubiera permitido una presentación así. Si yo lo hubiera sabido, habría insistido en que mi abogado hiciera todo lo posible para garantizar un juicio separado acerca de ese cargo. Si el cargo III fuera juzgado por separado, yo habría testificado para establecer mi inocencia.

6. Si yo hubiera sabido que podía haber tenido un juicio por separado en el cargo III, yo habría testificado en mi juicio sobre ese cargo, en esencia, como sigue:

A. Antes de los sucesos del 24 de febrero de 1996, y hasta el presente, no sabía ni sé nada acerca de un presunto plan para derribar una nave aérea de Hermanos al Rescate.

B. Ninguno de los actos que yo realicé antes del 24 de febrero de 1996 tenían la intención de ser parte de ningún presunto plan, ni tampoco estaba yo consciente de que algunas de mis acciones contribuirían a algún presunto plan, si es que este existía.

C. Como yo no sabía nada acerca de ningún presunto plan para derribar ninguna nave aérea, menos aún intenté contribuir a, ni tenía algún conocimiento de ningún presunto plan, que motivaría que una nave aérea fuera derribada en el espacio aéreo internacional o en la jurisdicción marítima y territorial de los Estados Unidos, como se presume en el cargo III de la acusación.

D. Durante el tiempo que estuve de vacaciones en Cuba, desde principios de noviembre de 1995 hasta mi regreso a Miami el 26 de enero de 1996, no recibí información de ninguna fuente acerca de ningún presunto plan para derribar naves aéreas, o de ningún intento de amenazar, advertir o confrontarlas militarmente, pero sí supe mediante las declaraciones públicas del gobierno cubano que no tolerarían nuevas violaciones de la soberanía cubana por las naves aéreas de Hermanos al Rescate, como las que tuvieron lugar del 9 al 13 de enero de 1996.

E. Yo testificaría que ninguna referencia o anotación, que yo podía haber hecho en el reporte de presupuesto, de que yo haya recibido fondos del “Cuartel General” o de “MX”, pudiera ser leída, como sugirió el gobierno, que yo estuve alguna vez presente en una reunión en el centro de mando.

F. Yo le habría explicado al jurado que, debido a que yo era un agente encubierto, me estaba estrictamente prohibido ingresar en ningún establecimiento vinculado a los servicios clandestinos, porque ello podía revelar mi verdadero trabajo y poner en peligro mi misión. Esto era cierto, incluso en Cuba, donde nosotros sabíamos que los Estados Unidos tenía agentes de la contrainteligencia.

G. Yo habría testificado también que fui instruido de un plan llamado “Operación Venecia”, el cual fue diseñado para “neutralizar las acciones contrarrevolucionarias de Hermanos al Rescate”, desarrollado por la Dirección de Inteligencia a principios de diciembre de 1995. Ver el Apéndice B adjunto al Memorándum 2255. Su propósito era “llamar la atención de la opinión pública nacional e internacional” hacia las actividades de Hermanos al Rescate violando la soberanía de Cuba y las leyes internacionales, mediante el regreso de Germán (Roque) a Cuba para hacer una denuncia pública sobre Hermanos al Rescate.

H. Yo fui instruido de trabajar para garantizar su regreso “a fines de febrero o principios de marzo de 1996”.

I. Yo habría explicado que en ningún momento, ni durante mi estancia en Cuba ni antes, ni después de la misma, hubo mención alguna de ningún plan para derribar naves aéreas de Hermanos al Rescate en ningún lugar, ni ninguna otra forma de comunicación que me permitiera creer o sospechar de la existencia de semejante plan.

Nadie me expresó en ningún momento ninguna preocupación acerca de las actividades de Hermanos al Rescate mientras estuvieron volando en el espacio aéreo internacional. No obstante, sí hubo preocupación por las declaraciones públicas de Hermanos al Rescate acerca de que intentarían continuar realizando operaciones en el espacio aéreo cubano violando la soberanía de Cuba.

J. Si yo hubiera tenido una oportunidad de testificar, yo le habría explicado al jurado que durante los meses que pasé fuera de Miami, mi trabajo fue realizado por otro agente, el A-4 (conocido por mí solo como A-4 o Miguel. Yo no conozco su verdadero nombre.). Él se mudó a mi apartamento en North Miami y yo le entregué mi disco de descodificación, el cual estaba impreso con un programa que le permitía al usuario descodificar los mensajes para y procedentes de Cuba.

Cada uno tenía su propia laptop. Yo me llevé la mía cuando regresé a Cuba. Aunque estas laptops no podían enviar ni recibir mensajes, tenían la capacidad de procesar una serie de números que habían sido recibidos en frecuencia alta de radio, y convertirlas en un mensaje coherente, pero solo mediante la ayuda de un disquete que contenía un programa de descodificación. Había solamente un disquete en el apartamento y yo se lo dejé a A-4 cuando me fui de vacaciones.

K. Cuando regresé a mi apartamento en North Miami, hacia fines de enero de 1996, A-4 se quedó y continuó usando el disquete de descodificación. Como comandante, él me superaba en rango, pues yo era solo un teniente. Durante varios meses, hasta que se fue, él tuvo el disquete y estuvo enviando y recibiendo mensajes. Los mensajes eran enviados en un código que era común para ambos, pero solamente A-4 tenía la capacidad para descodificar los mensajes mediante el disquete en aquella etapa. Aunque yo tenía acceso al disquete, el mismo permanecía principalmente en su posesión. No fue hasta principios de marzo de 1996 que A-4 recibió la orden de devolverme el programa de descodificación.

L. Yo no recuerdo haber recibido nunca un mensaje referente a la Operación Escorpión. Dada la oportunidad, yo habría testificado que yo no escribí ni envié el mensaje del 12 de febrero de 1996, que fue etiquetado como DG104 en el juicio y que fue dirigido a “Iselin”, advirtiendo que ningún agente debía volar en las naves de Hermanos al Rescate durante el fin de semana del 24 al 27 de febrero de 1996. Yo nunca me referí a ese agente por ese nombre, ya que prefería usar su otro nombre en código, “Castor”, como lo demuestran muchos otros informes en la evidencia. (Durante el juicio el gobierno argumentó que “Castor” era René González). Yo no sé porqué mi nombre fue agregado a ese documento como firmante. Entre los cientos de informes que formaron parte de los materiales documentales incautados, este, para lo mejor de mi recuerdo, era el único supuestamente firmado por dos agentes.

M. Yo habría querido decirle al jurado que dado que yo conocía la larga historia de provocaciones de Hermanos al Rescate, y cómo ellas habían sido respondidas hasta la fecha, cualquier confrontación deliberada fuera del espacio aéreo territorial de Cuba era simplemente algo que yo no podía haber imaginado, en parte porque yo conocía los esfuerzos que las autoridades cubanas ejercieron para evitar alguna acción que pudiera provocar una respuesta militar de los Estados Unidos y sus terribles consecuencias. La idea de que Cuba elaboraría un plan para confrontar los aviones en aguas internacionales fue para mí – y todavía lo es – absurda e irracional.

N. Yo habría explicado que no existía una base racional para creer que ni Roque ni Castor tenían la posibilidad de volar con Hermanos al Rescate ese fin de semana. Roque no podía haber volado con Hermanos al Rescate ese fin de semana porque él habría estado ya en camino de regreso a Cuba en ese tiempo, mientras que Castor no había volado con Hermanos al Rescate en más de un año, y ya no estaba relacionado como piloto de Hermanos al Rescate.

O. En cualquier caso yo le habría informado al jurado sobre hechos que habrían contradicho el argumento de la fiscalía de que de alguna manera yo avisé a La Habana de que ninguno estaría volando y que esta acción permitió que tuviera lugar el derribo del avión. En un juicio separado sobre el cargo III, yo habría testificado que nunca había escrito o comunicado en forma alguna que Roque y Castor no estarían volando ese fin de semana, o que ellos habían sido advertidos de no hacerlo.

P. La operación Venecia fue un esfuerzo importante de la Dirección de Inteligencia para denunciar a la organización Hermanos al Rescate, tanto local como internacionalmente, por sus violaciones ilegales de la soberanía de Cuba, con la intención de detener sus continuas violaciones del espacio aéreo cubano. Si yo hubiera tenido la posibilidad de testificar, yo habría explicado que este proyecto implicaba mucho más que el simple regreso de un agente (Roque) a Cuba, como se describió en el juicio.

Mi designación para trabajar sacándolo a él de Miami, fue complicada. Roque era un piloto cubano de aviones MIG que desertó de Cuba para los Estados Unidos. Él de inmediato fue aclamado como un héroe en Miami. Un libro que escribió acerca de sus hazañas fue publicado por la Fundación Nacional Cubano-americana y distribuido ampliamente. Él fue asediado por los grupos y organizaciones de la comunidad de Miami como orador.

Por lo tanto él era una figura pública. También era un hombre casado cuya desaparición sería notada de inmediato. Y lo que es más, nosotros sospechábamos que él ya podía estar bajo la supervisión de la contrainteligencia. Trabajar con él, reunirnos y hacer los arreglos para su regreso a Cuba, me exponía a mí y a los otros a ser detectados. Sacarlo a él de Miami y retornarlo a Cuba demandó un gran esfuerzo, que exigió de mí concentrar mi atención y mis recursos al máximo para garantizar su partida y viaje exitosos a través de un tercer país. También recibí órdenes peligrosas de último minuto, como la de grabarlo en video saliendo de las oficinas de la FNCA en Miami.

Q. El regreso de Roque a Cuba y la conferencia de prensa alcanzaron resultados importantes. Él hizo públicos los nombres y números de teléfono de los agentes del FBI con quienes se había encontrado, así como fotografías y otros materiales que demostraban que él estuvo profundamente involucrado en las organizaciones cívicas y en la comunidad de Miami. Pero lo más importante fueron sus revelaciones referentes a la naturaleza criminal de Hermanos al Rescate y sus planes de llevar a cabo actividades terroristas contra el pueblo cubano. Estas revelaciones fueron, desde luego, eclipsadas por los trágicos hechos del 24 de febrero.

AA. Los mensajes de alta frecuencia interceptados, presentados en el juicio, revelaron que yo fui reconocido y recibí una mención especial del cuartel general por mi labor en la operación Venecia, una operación que fue considerada exitosa, y recibió una atención especial del Comandante en Jefe, quien se reunió dos veces con Roque. En ningún momento me fue otorgada tal mención por la operación Escorpión.

BB. En el juicio, el gobierno impugnó mi respuesta a la recomendación que recibí, cuando referí a nuestro trabajo de haber “terminado exitosamente”, lo cual fue interpretado como que yo estaba escribiendo acerca del derribo de los aviones y no de la Operación Venecia. Nada puede estar más lejos de la verdad. Como ya mencioné, está muy claro a partir de la redacción y el contexto específicos, que yo estaba siendo reconocido por mi trabajo en la operación Venecia.

CC. Yo también quería testificar para corregir la interpretación errónea del lenguaje en esa mención que habla de mi trabajo enfrentando “las provocaciones que llevó a cabo el gobierno de los Estados Unidos el último 24 de febrero”, como si fuera una referencia al presunto plan para derribar los aviones de Hermanos al Rescate. En realidad se refería a mi esfuerzo en el periodo posterior al derribo de los aviones para determinar en ese día, y durante unos pocos días después, si el clamor público en Miami para un posible ataque contra Cuba, así como declaraciones públicas provocativas de algunos dentro del gobierno de los Estados Unidos, que diera señales de amenaza real contra mi país.

DD. Inmediatamente después de los sucesos del 24 de febrero, yo trabajé durante varios días, prácticamente sin dormir, recopilando información, monitoreando la TV, escuchando la radio y leyendo muchos periódicos. Afortunadamente, los Estados Unidos no respondió militarmente, pero yo fui reconocido por haber ayudado a determinar si se estaba desarrollando una situación potencialmente peligrosa.

EE. Finalmente, el gobierno distorsionó las razones para mi promoción a capitán el 6 de junio de 1996, argumentando que mi presunto trabajo en el derribo de los aviones me había valido la promoción. Si yo hubiera podido testificar, yo pudiera haber explicado que de hecho, en ese tiempo, yo ya había estado en el grado de teniente por cuatro años, y fui promovido en la fecha del aniversario de la fundación del Ministerio del Interior, junto con otros tenientes que habían servido por cuatro años sin tener fallas, incluyendo a Nilo Hernández, un coacusado que no tuvo nada que ver con Escorpión, pero también había servido por cuatro años. En Cuba ese es el periodo de servicio que lo habilita a uno para ser promovido y yo recibí mi promoción solo sobre esa base.

Yo reconozco que testificar en el juicio significaría también someterme a un contra-interrogatorio. Dada mi inocencia de los cargos del cargo III, yo habría estado completamente dispuesto a hacerlo en un juicio separado sobre estas acusaciones.

Yo llegué a Florida para prestar un servicio a mi país, desarmado, para contribuir a ponerle fin a la violencia contra mi pueblo y, por lo tanto, para salvar vidas. Que yo sería acusado de conspirar para cometer asesinato fue la cosa más ajena a mi pensamiento y mi realidad. Tengo la esperanza de que este documento ayude a la Corte en sus esfuerzos por encontrar la verdad y restablecer la justicia.

Gerardo Hernández

Juró y firmó ante mí,

el día 16 de marzo de 2011