AMPLIA E INDISCUTIBLE VICTORIA DE CRISTINA DE KIRCHNER
Expectativas favorables en la población, temores en el monopolio
La presidenta consiguió su reelección en elecciones inobjetables. Sus votantes y muchos de los que no la votaron tienen expectativas favorables. Los monopolios mediáticos, en cambio, tiran mala onda.
EMILIO MARÍN
A diferencia del escrutinio de las primarias, ningún opositor levantó sospechas de irregularidades. Eduardo Duhalde ahora impostó una sonrisa para felicitar a los ganadores (debió decir ganadora). No pudo fabular fraude, pese a que su esposa deberá liberar el asiento de senadora por la minoría bonaerense.
“La Nación” y “Clarín”, que habían dado pábulo y portadas a aquellas invenciones de agosto, se mandaron a guardar. No iban a hacer el ridículo por segunda vez. El ministro Florencio Randazzo pudo dar los primeros cómputos sin ninguna provocación.
Cristina Fernández de Kirchner atesoró casi el 54 por ciento de los votos, con casi 37 puntos de ventaja sobre Hermes Binner. Alcanzó, en paralelo con los Juegos Panamericanos, tres medallas doradas: primera en guarismos propios durante la restauración democrática; primera en diferencia con quien ocupa el segundo lugar del podio; y primera en hacer del peronismo o de cualquier otro partido una serie de tres gobiernos seguidos.
¿Qué será de los enriquecidos sojeros que en los cortes de rutas de 2008 mostraban sus carteles que la llamaban “Yegua” y “Montonera”?
La victoria de la presidenta se basó en la valoración positiva de medidas de gobierno apuntadas a la justicia social, más la actividad económica en ascenso, la satisfacción por la vigencia de los derechos humanos y el rol no dependiente en el mundo. Ese capital propio se valorizó aún más por el descrédito de las propuestas opositoras, que dilapidaron los fondos reunidos en junio de 2009. En este sentido estuvieron más cerca de ser pandilleros que estadistas. Y no hizo falta ninguna campaña oficialista para que la población tomara nota de ese default de la oposición.
En ese derrape del macrismo, peronismo federal y radicalismo, el que quedó mejor posicionado fue Binner, muy parecido a Fernando de la Rúa. Aburrido, perdedor, pecho frío y, como el presidente del helicóptero, el santafesino quiso hacer hincapié en su lucha contra la corrupción.
Entre sus mentiritas del domingo a la noche se destaca la mención a que su fuerza es nueva y con apenas cuatro meses hizo lo que hizo. ¿Nueva? El Partido Socialista es la agrupación más vieja de la Argentina; fundada en junio de 1896, tiene 115 años. Que el FAP haya surgido más recientemente, eso sí es cierto, pero resulta imputable a la propia impericia del santafesino. Penduló entre aliarse con Pino Solanas, encabezando él, o con Ricardo Alfonsín, ocupando el segundo lugar de la fórmula, y al final no hizo ni una ni otra cosa. Como Argentina es un país generoso, al final el médico llegó segundo, pero no debe exagerar. En cuanto a frentes parecidos, el FAP no es novedad pues antes existió el Frente Grande, el Frepaso de Bordón-Álvarez y Proyecto Sur y varios más.
Alegría de Cristina
Haber amasado un 54 por ciento de los sufragios fue una hazaña de Cristina y de sus colaboradores, ministros y funcionarios. Ellos fueron a festejar al Hotel Intercontinental, con La Cámpora como anfitrión. ¿No había un hotel Nac&Pop para ese festejo? La pregunta alude a la siempre discutible relación entre la forma y el contenido. Celebrar un triunfo político del campo popular en una cadena internacional de hoteles hace un poco de ruido, parecido al que provocaron los kirchneristas de Córdoba. Es que eligieron para su fiesta al Orfeo Suite del ex menemista Euclides Bugliotti, fuerte empresario de la construcción y el comercio.
La base peronista que fue por la propia, más el Movimiento Evita y otras corrientes más plebeyas salvaron parcialmente la desviación, al ir poblando desde temprano la Plaza de Mayo. Eso hizo que la presidenta, con sensibilidad política, fuera hasta allí, luego de su discurso en el hotel cinco estrellas.
Antes de ese segundo mensaje, ella bailó al son de “Arde la ciudad”, de La Mancha de Rolando. Es el grupo de rock cuyo líder, Manuel Quieto, había intimado a Mauricio Macri a dejar de usar su canción en las fiestas del PRO en la Capital. Manuel es sobrino de Roberto Quieto, líder de Montoneros secuestrado por el terrorismo de Estado tres meses antes del golpe de 1976. Este domingo la canción volvió a sonar en el ambiente adecuado, de gente del mismo palo. Los conchetos del jefe de gobierno porteño deberán buscarse una canción propia: le pueden pedir a Miguel Del Sel o Pimpinela (Daniel Scioli y Karina Rabollini se los van a disputar).
De los discursos de la presidenta se puede subrayar, además de los lugares comunes sobre sus sentimientos ante la ausencia de su marido, el agradecimiento a los votantes y la necesidad de la participación porque sola no puede, etc, su reconocimiento de que faltan escuelas, caminos, hospitales, etc. Pareció un compromiso de todo lo que falta hacer en estos cuatro años. Politizando ese capítulo, habría que adosarle lo relacionado con la construcción de viviendas sociales, que ha sido uno de los aplazos de estos ocho años.
De sus dos discursos sobresalió este párrafo: “Les pido que se organicen en los frente sociales, en los frentes estudiantiles, para defender a la patria y los intereses de los más vulnerables y para que nadie pueda arrebatarles lo que hemos conseguido”.
Una jauría tranqui
Aquella advertencia de CFK tiene su razón de ser porque la oposición derechosa, parte del establishment empresarial y los medios monopólicos aspiran a retrotraer la situación política.
Carentes de votos, esa jauría no está lanzada hoy a una cacería a muerte como en 2008 y 2009 (remember los diálogos entre Mariano Grondona y Hugo Biolcati), pero no ha abandonado su ansia de despedazar al gobierno. Simplemente que ahora, por las circunstancias, ven la conveniencia de no mostrar tanto los colmillos. Dicen que están vacunados contra la rabia. Adecentan su táctica y sugieren que -por la crisis internacional- el Estado tendrá que hacer ajustes del gasto público y contener los aumentos salariales. A Brasil lo dan por seguro caído en desgracia y eso avalaría la necesidad de ese ajuste, que ellos vienen recomendando de mil formas con viento de cola y de proa, con crisis y sin crisis.
Como la jefa de Estado ganó por una cantidad impresionante de votos, Joaquín Morales Solá imagina que está “Ante una democracia carente de equilibrios”. También en “Gaceta Ganadera”, Beatriz Sarlo, apenas disimulando su veneno, critica que CFK inauguró “fábricas abiertas o cerradas, puentes, tramos de carretera, usinas atómicas, escuelas, hospitales terminados o a medio terminar. La inauguración no es un acto para ser verificado, sino para ser comunicado. Es un acto simbólico”. O sea que el 54 por ciento votó hipnotizado por la magia de una “viuda negra”.
De esa jauría que aparenta tranquilidad se apartó la rabiosa Elisa Carrió. Perdedora con el trotskista José Saúl Wermus (Altamira) por el sexto puesto, la pitonisa que superó al tres veces pronosticador yanqui del fin del mundo, avisó que encabezaba “la resistencia al régimen”. Había votado el 78 por ciento del electorado, la ganadora había obtenido 54 por ciento de los votos, con 37 puntos de ventaja al segundo, pero Carrió denunciaba al “régimen”.
La historia se repite dos veces, una como tragedia y otra como comedia, según Marx. En 1983 el Alfonsín real, no su mal clon, decía “un médico allí”. En el recoleto búnker de la CC alguien de abajo debió señalar a la platinada y decir: “varios psiquiatras allá”.
Duhalde estaba más tranquilo. No se sabe si sedado con algún medicamento o con la inmensa alegría de haber salido primero…en la base de la Antártida, con 68 votos. La familia militar que lo votó masivamente, siguiendo el consejo de la videlista Cecilia Pando. Con esa victoria política es seguro que los juicios por derechos humanos van a dejar de ser una política de Estado.
Algunos de estos derrotados, para cubrir las apariencias, felicitaron a Cristina. No hay que tomarlos en serio pues eso fue una mezcla de diplomacia y cinismo. Barack Obama hasta el momento no se dignó llamar y ordenó a un funcionario de tercera categoría del Departamento de Estado, William Ostick, que enviara un mail a AFP. La jauría hoy no sale disparada para morder y desgarrar. Pero está en su naturaleza, como en la fábula del escorpión y la rana, picada a mitad del río.
Lo bueno es que también van a picarse entre ellos. Binner cree que ha ganado la chapa de jefe de la oposición. Está soñando. Macri tiene ventajas para ocupar ese lugar, reagrupando a la derecha conservadora, una pata del peronismo tradicional, los medios concentrados y un segmento de los monopolios. La “esperanza blanca” del establishment es el ingeniero y no el médico de recetas indefinidas.
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