viernes, 28 de mayo de 2010

CADAL faltó con aviso Hilda Molina disfrazada de mucama no se animó

La amenazá llegó por correo, y en algunos sitios de internet. Anticubanos convocaban a movilizarse para demostrar su descontendo con el régimen de gobierno en la Isla (¿no es tarea del pueblo cubano, en todo caso?).
Sería, según ellos, la demostración mas fuerte y contundente del rechazo al Socialismo cubano.
Pero...
Compartimos el resumen de la actividad anticubana en Buenos Aires.
Colaboración exclusiva de la Casa de la Amistad Argentino-Cubana de Buenos Aires. Durante toda la semana en muchos países del mundo y  en el nuestro también, los  desocupados mejor pagos y atendidos por los poderes fácticos y la prensa vernácula, acumularon motivos para hacer una “demostración de cultura democrática”. Coordinaron, con el anonimato infantil que le brinda la red de Internet, -cómoda, moderna, y bacana-  un ataque salvaje a todas las embajadas cubanas del mundo occidental y  por supuesto “sacrosantamente cristiano”.  Sobre todo con “valiente riesgo personal”. Lo resolvieron en una cueva de neto sello  nazifascista con custodia y ejercicio militar. Gorra y fanfarria.  Como verán absolutamente  amplio y democrático.

Las Embajadas de Cuba en el mundo entero iban a ser asaltadas por una horda de individuos que lo menos que prometían era incendios, roturas de cristales, libros y documentos. Fascismo. Agresiones a los que resistieran y bravatas de todo tipo. Si  hasta tenían redactados  los “partes periodísticos” para los minutos siguientes a las valientes visitas realizadas. Caballeros de visita. Caballeros trasnochados.

La decisión fue anunciada para el día 22 de mayo a las 12 del mediodía. Como los eclipses… Y como los eclipses…, se eclipsaron.

No fue nadie. Ningún valiente apareció con la proclama y  “la tarea”.

No fue nadie. Pero nadie. Una lástima. Ningún bandolero se acercó a ninguna Embajada Cubana en ninguna parte del mundo.  La bandera de cinco barras y una estrella solitaria, más acompañada y defendida que nunca, sigue muy alta en todos los frentes de las queridas casas donde se representa al pueblo y a su Revolución. A Cuba y su gloria. Donde se honra la dignidad del trabajo y la lucha de todos los pueblos libres de la tierra. Quizá Cuba no tenga caballeros, solo la defienden: los compañeros.

Los que por Cuba manifestamos nuestro permanente reconocimiento a los valores de su pueblo, su gobierno y fundamentalmente al ejemplo trascendente de su Revolución, estábamos seguros que estas amenazas son siempre un mensaje rastrero de los que no saben enfrentar a los pueblos con verdades que no tienen. Pero, por aquello de  que  “a lo peor, por una  vez, se atreven” nos acercamos a la zona porteña donde todavía imperan los virreyes.

Virrey del Pino 1810 de Belgrano, era el lugar del “siniestro” anunciado. Cuando a partir de las once de la mañana fuimos llegando algunos acompañados de la voluntad,  otros de los más  próximos en la militancia y columnas numerosas atronaron la fingida bonhomía de un barrio hostil, con bonanza no disimulada. Edificación arrogante. Coches de insolente ostentación. Los cánticos. Himnos.  Banderas cubanas, argentinas y rojas siempre, fueron dando reflejos de popular calidez, solidaridad y reconocida adhesión a quienes durante más de cincuenta años enseñan al mundo entero cómo se defiende la libertad, se vence el miedo y se libra la contienda por la vida, la dignidad  y sobre todo el deseo de seguir vivo  hasta  el final.

Todos los movimientos de solidaridad constituidos y por constituirse, fueron llegando, haciendo presente  su adhesión y su deseo de poder demostrar una vez más que todo podrá discutirse entre propios y extraños, pero hay algo que ningún militante está dispuesto a entregar, ni a entrar a negociar por nada ni con nadie:   es la subsistencia de Cuba, su pueblo y su Revolución. Ni dentro, ni fuera.  Ni de hecho ni de palabra. Ni en nombre de ningún derecho que no sea el de su propio pueblo.

Sabemos que esa también es la voluntad de nuestro pueblo, el argentino, al que pertenecemos y nos debemos, por cuya libertad, educación, salud y dignidad hablamos, luchamos  y defendemos.

Hoy, 22 de mayo de 2010 fue un hecho revolucionario. Lo protagonizamos todos. Porque revolucionario es el movimiento organizado o espontáneo que los hombres y mujeres del mundo realizan en defensa del género humano y la dignidad conquistada. Sabremos hacerlo siempre que los fascistas trasnochados olviden que entre ellos y nosotros está la diferencia y construcción revolucionaria. Está la vida.

Firman: Todos los organismos de solidaridad con la querida hermana República de Cuba.