Foto: cúspide monte San Bernardo de Salta. El rostro de los cinco héroes ha hecho cumbre en manos del militante escalador. Toto no recuerda cuando tardó en ascender, pero cronometró 16 minutos en el descenso. Eso sí transpiró y jadeó bastante.
Discurso en la Escuela de Minas del Frío.
1 de abril de 1960
Compañeros profesores y alumnos:
Al pasar por aquí cerca quisimos venir a este lugar que fue escenario de la primera escuela que fundó la Revolución en esta zona. Aquella escuela tenía motivos tácticos diferentes pero tenía el mismo espíritu que esta ahora. En aquella época no había mujeres, apenas un pequeño grupito de compañeros. Por aquí aprendieron los hombres que tuvieron que hacer una de las marchas más difíciles de la Revolución…la columna invasora tuvo su prueba de fuego precisamente en este lugar. Ya ha desaparecido la mayoría de los primeros edificios que construimos, era muy distinto a como está esto ahora. En aquella época hacíamos al revés que ahora. Ahora tratamos de mostrar con todo orgullo este centro a todo el mundo y no nos preocupa y más bien nos alegra que se vea desde el aire. En aquella época la aviación del enemigo dominaba los aires de Cuba.
La primera construcción se hizo en la zona que tienen ustedes en frente, en aquella zona, donde ahora creo que hay la planta eléctrica…Había más árboles… pero el enemigo nos descubrió a los quince días de construido. De allí en adelante todos los días, mañanas y tardes durante tres meses sufrimos bombardeos diarios y esa fue la prueba de fuego que tuvo nuestra columna. Allí también los muchachos aprendían las primeras letras. En nuestra columna había un maestro cuyo nombre de guerra era Moisés pero que se llamaba Pablo, estaba ahí en nuestro Ejército, fue con nosotros en la columna y daba las primeras letras a los campesinos.
Nuestra columna tenía un noventa por ciento de analfabetos cuando salió de Las Mercedes para Las Villas. Entre la tarea educacional, la tarea de educación política y las bombas, nos educamos para la victoria.
Aquí todos nos forjamos, aprendimos a despreciar al enemigo por lo débil que era a pesar de su fuerza. Comprendimos que había cosas más importantes que las armas, había fuerzas más grandes que las fuerzas de las armas y que la victoria sería del pueblo, nuestra moral crecía todos los días, no había comida tampoco…
Ustedes tienen una comida de campaña, una comida que los prepara para una vida de abnegación.
Aquellas épocas eran mucho peores, cuando había, era una lata de leche condensada de frijoles negros a veces sin sal. Así pasamos varios meses. El Ejército llegó justamente hasta aquí, tomó esta escuela.
La línea defensiva pasaba por aquellas lomas todas las cuales las conozco en cada una de ellas prácticamente hemos tenido que combatir. Y allí murió la ofensiva del Ejército la Minas del Frío fue el último punto que tomó el Ejército en su última ofensiva también. LA tuvo en sus manos veinte días y se retiró sin combatir porque había sido ya rodeado en una zona que se llama Gaviro que es por aquí atrás, y en otra zona, Las Vegas de Jibacoa. Se retiraron entonces a Las Mercedes.
De allí en adelante se prepararon muchos grupos de combatientes y de aquí surgió la gran fuerza ideológica del Ejército Rebelde. Ejército que tenía su propia fuerza, la desarrollaba en el combate, las privaciones, pero que la metodizó aquí.
Aquí se hicieron también, conjuntamente con las obras que hacía el compañero Raúl en el Segundo Frente, las primeras cartillas que enseñaban a los combatientes cuáles eran nuestras aspiraciones.
Hoy cuando volvemos aquí vemos un espectáculo distinto. Si se entornan lo ojos, cada una de estas lomas traen un recuerdo de acciones de guerra, cada una de estas, todas fue recorrida muchas veces por nosotros. Casi conocíamos cada árbol.
Todos los días teníamos nuestros propios lugares para venir a escondernos cuando venían aviones enemigos. Sin embargo el espectáculo es totalmente distinto. Hay una juventud nueva, hay toda una construcción. Es la Revolución en marcha, que está en las mismas lomas con los mismos propósitos, pero está preparándose para una tarea mucho más linda, mucho más hermosa que aquella tarea de matar , con todo lo que tuviera de significación, porque hay que matar para logar la victoria. Hoy la victoria es nuestra. Hoy tenemos un Ejército que consolida la victoria, pero sin embargo tenemos que consolidarla en el plano cultural y ustedes serán los encargados de eso. Y serán en la mejor forma posible.
No llegarán como maestros dentro de algunos años solamente a verter en sus alumnos la experiencia lograda en los libros. La Historia de los mártires, de los héroes de la Revolución, los que forjaron la nacionalidad aprendida en lo libros. Ustedes conocerán una parte viva de esta última etapa sucedida en la historia. Conocerán del sacrificio, conocerán del contacto con el pueblo, conocerán el contacto con las privaciones de los campesinos que todavía hoy subsisten en esta zona aunque no es ni siquiera un reflejo de lo que ocurría en aquella época. Ustedes serán verdaderos maestros revolucionarios, conscientes de su tarea, conscientes de la importancia que tiene esta tarea, conscientes de que ustedes, miembros de la sociedad, se deben a ella y deben darle lo más puro de su ser a todos esos alumnos pequeños, que tendrán a su cargo dentro de algunos años. Probablemente en aquella época ya deben haber desaparecido las huellas de todos esos catarros que me están saludando aquí por todos lados, pero se acordarán siempre de esta experiencia. Siempre se acordarán de esta época de Minas del Frío, así como nosotros nos acordamos siempre y cada vez que andamos cerca de la Sierra no podemos resistir la tentación de volver a ver aquellos lugares donde casi podría decirse que soñábamos simplemente, porque la correlación de fuerzas era tan grande en contra nuestra que parecía sólo un sueño el de la victoria y el de la Revolución socialista.
Todo eso se ha logrado, sin embargo, volvemos aquí. Y este va a ser un lugar al que volverán dentro de algunos años. Reconocerán también, como yo reconozco hoy, cada uno de estos montes que ustedes habrán caminado ya muchas veces y reconocerán en este lugar el lugar donde se ha formado lo mejor de su ser, lo más puro, aquello que tiene nombre, que lo incita a darse para la sociedad a darse para los demás, y trabajar por ser más perfectos y por comunicar todo su saber, todos sus anhelos a otros hombres, a otros seres humanos.
Por eso tendrá tanta significación para ustedes, estoy seguro de que no lo olvidarán, cuando vuelvan de aquí a algunos años tendrán ya a lo mejor mucha experiencia, habrán pasado por sus manos muchos alumnos. Sin embargo volverán a sentir una emoción nueva que hoy quizás no puedan conocer ni puedan palpar esa es para el futuro cuando uno madura un poquito más, porque uno va un madurando todos los días y después ustedes llegará un momento en que sientan la necesidad de recordar alguna de las cosas.
Tengo que decirles que su tarea, y por tanto sus recuerdos, serán todavía más lindos que los que pueda sentir uno. Ustedes serán constructores de un mundo nuevo, verán salir de sus manos a los hombres que van a construir el comunismo, verán surgir a lo hombres que van a hacer desaparecer las clases de Cuba y con ello la lucha de clases, que van a hacer desaparecer todas las lacras del pasado. Será apenas un recuerdo del pasado todo esto que hoy estamos viviendo, incluso las agresiones de los imperialistas y entonces podrán decir como nosotros hoy que por lo menos una parte, una etapa de la gran tarea ha sido construida. Pero no tendrán deseos de detenerse porque siempre habrá más tareas, siempre habrá nuevas cosas que hacer y junto con ello habrá que superarse más, seguir adelante.
Muchos serán solamente maestros, otros seguirán estudiando, se perfeccionarán en la universidad. Seguirán estas mismas carreras relacionadas con la Pedagogía, otros pasarán a otras carreras. La consigna del momento para toda nuestra juventud es no detenerse un minuto en la tarea de la cultura, seguir siempre adelante, aprender siempre algo nuevo , y estar siempre dispuesto a dar eso nuevo que hemos aprendido en beneficio de todos. Y todo eso lo lograrán porque ha habido una Revolución que triunfó, una Revolución cuyo jefe Fidel Castro una vez, por aquí, cuando tenía apenas un grupito de hombres a su mando, supo ver y supo soñar con ella, y supo casi predecirla en cada una de sus etapas. Y lo tendrán también porque ustedes han pasado por esta escuela de sacrificios y se han forjado como hombres y mujeres nuevos.
Eso es todo lo que quería decirles (Aplausos)…acuérdense compañeros que dentro de las necesidades del hombre está el comer, ustedes tienen que comer…tienen que estudiar, tienen que dormir y tienen que levantarse mañana dispuestos de nuevo a otra jornada ¿estamos de acuerdo? De modo que yo le comunicaré al compañero Fidel el deseo que tienen de verlo aquí entre ustedes… y espero que cuando él llegue lo reciban con el mismo… no, con el mismo no, con muchísimo más entusiasmo, pero con un poquito más de disciplina, para que no lo ahoguen, porque a mí casi me ahogaron ahí en el pantano…bien compañeros yo me tengo que retirar, ustedes tienen que seguir en sus quehaceres, de modo que Hasta Siempre, Patria o Muerte
Venceremos (Aplausos) Ernesto Che Guevara (argentino prácticamente desconocido en su propia patria)