Asunto: A LA MEMORIA DE CARLOS OSCAR LORENZO
La Asociación Cultural José Martí de la Rep. Argentina fue fundada en honor de Carlos Oscar Lorenzo el 14 de febrero de 1991. Hoy cumpliría 55 años. Elegimos dicha fecha por su cumpleaños y porque como él estábamos enamorados de la Revolución Cubana.
Fue desaparecido por la Dictadura Militar el 8-11-1978 cuando tenía 24 y asesinado posteriormente porque jamás supimos nada de él.
HONRAMOS HOY SU MEMORIA BRINDANDO CON LAS ABUELAS POR EL HALLAZGO DE LA NIETA Nº 97
LARGA BALADA NN
(COLIMBA)
Recorro en corto vuelo el valle de las sombras. Fulgura el mediodía como un fuego hechicero. Aspiro el aroma de las hierbas en mi pecho; hojas de tumba brotan de mi desfallecido cuerpo y crecen a pesar de mí. Puedo adivinar la presencia del compañero, unirlo a mi costado abierto. Respirarlo.
Un pájaro cercano me observa sospechando que no lo voy a despedir. Sus alas recorren mis aristas y tropieza sólo sombras.
Tucumano ¿Estás ahí? Presumo tu sonrisa de blanca desconfianza. Te veo impenetrable, rígido, avezado. Varios quilos de Hombre, sabiduría criolla, realismo. Sin vueltas, las cosas son para vos de un solo lado.
¿Me escuchas? Recuerdo aquella noche cuando asaltaron la unidad y no sabíamos a qué lado permaneceríamos. Con el uniforme. Con la metra. Con el plomo.
Para olvidar imaginábamos la playa y el verano, la carpa y las muchachas, el sabor del mate mezclado con arena...
¡Y ese cabo perverso que teníamos! ¡Lo que nos había hecho bailar durante el entrenamiento! Me parece verlo venir y preguntarnos:
-¿Todo en orden?
Y la respuesta rápida, sin disimulos:
-Todo en orden, mi cabo. ¿Y el relevo cuando llega?
-No hay relevo, les quedan dos horas más. Negri me convenció de que le diera franco. A usted le toca el doble.
Y mi respuesta, Tucumano. La respuesta imparable ahogada en la injusticia, en bronca, en impotencia:
-¿Está en curda, mi cabo?-apagando lentamente el pucho en el suelo, despidiendo su tibieza, extinguiendo su brasa. -Ocho horas apostados no las aguanta nadie...
-Usted es alguien, es el gallito del batallón. Su compañero le va a agradecer. ¿No anda siempre desparramando favores? Aguántese.
-Los ortivas no son compañeros, cabo. Mientras, me ajustaba el correaje de la pistola con la mala costumbre que siempre tuve.
-Los colimbas viejos no discuten. Quietito y sin chistar.
Y él dándose vuelta sin esperar que venga el golpe, una toma en el suelo y yo apretando la garganta, no podés ganar siempre, degenerado, pensás que son todas tuyas zumbo de mierda, ahora vas a ver quién propone acá...Yo con el rol cambiado y apretar hasta que se quedara sin aire, poniéndose tan colorado como una bola de fuego...Hubiera sido lindo darle ese escarmiento al riojano, la muerte apareciendo sin un susurro, calladita, calladita pero llegaste vos y lo solté, peloduro, no me dejaste terminar la joda...
¿Recordás el mate en la grasera? Vos cebando mate y yo hablaba, hablaba.
Mientras, todos escuchaban esa hermosa palabra pueblo que por primera vez se me apareció en el Cordobazo mientras protestaban en la calle y hacían barricadas, volteando autos con la cana sin encontrar la manera de pararlos mientras Onganía amenazaba con la pena de muerte a los asesinos vende patrias pagados con moneda extranjera deseábamos cambiar la bandera,
Palabras viejas, ya las decían antes de Perón...El pueblo confundido leyendo de ojito el diario mientras iba a la fábrica, el Fauno de colimba en el Cordobazo, en contra de los suyos y tu olor a chivo, Tucumano y tus ojos abiertos mientras yo explicaba, ojos negros como un pantano, como este pantano de las sombras, esta ignorancia de los tiempos, Tucumano...
Los borceguíes nuevos que afanábamos, me contabas que gracias a la colimba conociste la capital, solos de guardia y comenzar a hablar de Marx, de la fábrica que pusieron con Engel, vos apenas sabías leer pero te gustaba la vida del Che, te enternecía la barba de Fidel, yo buscando ángulo para bajarte línea, te recordaba la masacre de Trelew a ver qué pasaba, si lo que dice el teniente y el cura se lo tragan todo por qué a mí no me van a creer.
Cuando nos despedimos llorando porque no pensábamos vernos más, recibí tu carta y me fui a visitarte a tu querido Tucumán, tu viejo me esperaba con un lechón, terminamos con baile y todo, qué contenta estaba la familia vos me decías Ñandú, éramos como hermanos y después también juntos nos bajaron porque creíamos que bastaban los sueños para imitar a Fidel, no que faltaban condiciones y muchos valientes para conseguir la Revolución, el ideal que nos llevaría a la victoria...
No te preocupes Peloduro.
No hay cuervo que pueda con el ideal y la memoria. El futuro va a contar muchas cosas. No hay cuervo que valga una puteada, hermano, amigo, compañero.
A las aves rapaces las tritura, las destroza, las fulmina el pueblo.
ADRIANA VEGA
(Sobre anécdotas contadas por el propio Carlos, mi inolvidable yerno)
CASAMIENTO 3-03-1978
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