jueves, 9 de septiembre de 2010

malhaya triste destino los niños argentinos

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El inspector Clouseau ataca de nuevo

 

Por Alfredo Grande   

Jueves, 09 de Septiembre de 2010 01:03

peter-sellers1“Macri como gobernador de la provincia de Buenos Aires. Scioli como Jefe de Gobierno de la C.A.B.A.
El orden de los factores no altera el producto”
(aforismo implicado)



El gobernador Daniel Scioli firmó este martes el convenio para coordinar acciones en la prevención de la violencia juvenil y presentó el Programa de Inclusión Social y Prevención de Reincidencia de los Jóvenes en el Delito. Fue en un acto que se llevó a cabo en el Ministerio de Justicia y Seguridad y del que participaron también el titular de esa cartera, Ricardo Casal, y el ministro de Desarrollo Social, Baldomero Álvarez de Olivera. Además, el mandatario entregó cuatro unidades móviles de prevención juvenil, que estarán destinadas a trasladar a los jóvenes en conflicto a su seno familiar o al lugar donde la Secretaría del Menor indique. Tras el acto, el mandatario cruzó unas palabras con los medios y destacó que, en materia de seguridad, su gestión se propone "intensificar la prevención con operativos orientados al secuestro de drogas, a desmantelar desarmaderos y la recuperación de armas". "Esta intervención conjunta -explicó- hace que mejore radicalmente el comportamiento de los adolescentes y jóvenes". El ministro informó que empiezan cuatro vehículos, aunque "estamos previendo, en el Plan Verano, trasladar más a los centros de veraneo, acompañando a los municipios en sus áreas de prevención". "Así, iremos disminuyendo los riesgos de violencia y la violación de la ley penal por parte de los adolescentes", estimó. Casal detalló que los cuatro ejes son de la iniciativa son "mayor prevención, menor reincidencias, sin armas ni drogas". "Al personal ya lo están capacitando para ver cómo manejar la problemática del menor en estado de violencia o de alguna situación conflictiva", adelantó.
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(APe).- Cuando Peter Sellers inmortalizó al inspector Clouseau en La Pantera Rosa, lejos estaría de suponer que la saga se desarrollaría en la provincia de un país de la Sudamérica. Como las segundas partes nunca fueron buenas
(quizás con la excepción de un segundo matrimonio, que para que sea mas bueno, todavía mejor detenerlo en pareja..) este inspector Clouseau no es gracioso, de tonto no tiene nada, no tiene torpeza mental ni manual pero le sobra perversidad moral, y como si fuera poco, ha hecho una alianza duradera con los sectores mas reaccionarios de “la” provincia. En las tierras de un Patti o de un Aldo Rico no puede esperarse demasiado, y es cierto que comparado con la picana, cualquier trompada parece una caricia. O sea: la mano dura sin tortura, que declamara la verba inflamada de Ruckauf, parece un mal menor en relación a las bandas de asesinos que comandara el Ibérico (nunca mejor puesto un nombre) Saint Jean. Así estamos: recordando el pasado sin demasiada ira, pero que sirve como alerta para que las imágenes de este presente traigan alegría a nuestro corazón. Cuesta mucho pensar cómo, desde el salvaje capitalismo de los 70/80 -donde empresarios y genocidas hicieron un pacto de amor occidental y cristiano-, pasando por el capitalismo privatizador de los 90 -donde empresarios y gobernantes hicieron otro pacto de amor occidental, oriental, cristiano, judío y musulmán- se pueda llegar a un capitalismo serio. Especialmente con un pacto de amor entre el capitalismo serio (serio supongo que porque no se ríe, aunque algunos piensan que simplemente se burla -de nosotros- claro está) y los derechos humanos.1 Y esta es la clave, a mi criterio, de la situación actual. O sea: el unicornio azul del kirchnerismo. Los derechos humanos, de primer, segunda o de la generación que sea, siempre estuvieron asociados en la Argentina a la lucha por las diferentes formas de pensar “patrias socialistas”. El capitalismo, mas allá de su hipocresía discursiva que algunos llaman declaración de los derechos humanos, sólo puede vulnerar el ejercicio concreto de esos derechos. Y también es un derecho, el derecho a ser joven. Y a ser niña y niño. Las redes de la Trata tienen absolutamente claro cómo se aniquilan esos derechos. El eufemismo de la “violación de la ley penal” por parte de los adolescentes, el grotesco de la baja de la edad de imputabilidad, el comprar patrulleros que gastan el equivalente a meses de comida y vivienda para los sectores destrozados del país, ha conseguido un milagro esperado: la violencia es juvenil. O sea: lo juvenil es pensado por los modernos Clouseau como la causa del delito, de ninguna manera que los jóvenes “en conflicto con la ley”, son una de las lamentables consecuencias de estos nuevos modelos de gerenciamientos basura. La prevención no es trasladar adolescentes al “seno familiar” (de que estarán hablando estos funcionarios: ¿del hogar dulce hogar, de una versión lumpen de los Campanelli, de los Ingalls del conurbano?) porque todos saben que la familia de los barrios populares ha sido bombardeada, fragmentada, sistematicamente destruida. Regresarlos a un no lugar, a un espacio que ya no existe, parece un tour organizado por Freddy Kruger y Jason. Los desarmaderos, el tráfico de armas, las drogas nada tienen que ver con la denominada delincuencia juvenil. Son, junto a la trata, los negocios preferidos para sostener la caja de todas las policías todas. La policía bonaerense, un estado -que por cierto no es democrático- dentro de otro Estado, que por momentos parecería que tampoco lo fuera. ¿Qué tiene que ver esto con el comportamiento de los jóvenes, que en realidad son mano de obra esclava para los traficantes de la muerte? ¿El gobernador conoce el caso de Luciano Arruga? Ignoro si tiene las manos atadas, pero más importante que las manos es no tener atadas las ideas. Niñas, niños, jóvenes, son siempre víctimas. Que algunas de las víctimas como estrategia de supervivencia se transformen en victimarios, esta descripto en todas las situaciones de encierro, crueldad, locura, muerte decretada. Esta forma de pensar la prevención al estilo Clouseau agrava todos los problemas, ya que equivoca, no sé si en forma dolosa o culposa, el diagnóstico. Y por lo tanto, todo tratamiento será apenas dar una aspirineta para los dolores y olores de la gangrena. ¿Será que el capitalismo serio facilita todo aquello que propicie mostrar su seriedad, y prohíba todo aquello que permita entender que esa seriedad es apenas la solemnidad de los piratas? Si no se puede pensar que el pacto mafioso entre capitalismo y dictadura permitió no solamente Papel Prensa sino multiplicidades de crímenes atroces en la pujante industria nacional, solamente quedará el recurso de seguir victimizando a las víctimas. La pregunta no será entonces: ¿y donde está Julio López? La próxima y desgarradora pregunta será: “¿Y donde están las niñas, los niños, los jóvenes?
No le pidan la respuesta a Clouseau.