jueves, 9 de septiembre de 2010

Recuerdan al Che Guevara en su Cuba Ramiro Valdés Santa Clara 40 aniversario

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DISCURSO PRONUNCIADO POR EL COMANDANTE DE LA REVOLUCIÓN RAMIRO VALDÉS
MENÉNDEZ EN EL ACTO CENTRAL CONMEMORATIVO POR EL ANIVERSARIO 40 DE LA
CAÍDA DEL CHE, QUE TUVO LUGAR EN LA PLAZA DE LA REVOLUCIÓN QUE LLEVA
EL NOMBRE DEL GUERRILLERO HEROICO EN LA CIUDAD DE SANTA CLARA

Compañero Raúl, Compañeros del Partido y el Gobierno, Familiares del
Che y demás combatientes internacionalistas caídos en Bolivia,
Combatientes de la Revolución, Villaclareños, compatriotas:

Han pasado ya 40 años desde la caída gloriosa del Che y sus hermanos
de lucha en Bolivia, y 10 años desde aquellas jornadas memorables en
que todo el pueblo de Cuba, y en particular los hijos de esta heroica
ciudad, recibimos y depositamos en este monumento los restos de los
guerrilleros caídos.

Nuestra Patria, en 1997, atravesaba todavía circunstancias muy
difíciles del Periodo Especial, muchas de las cuales, o sus secuelas,
persisten hoy, porque no se pueden eliminar a corto plazo, y Fidel,
desde esta misma tribuna, al concluir aquel acto, nos decía que
teníamos que recibir al Che y a sus compañeros como a un destacamento
de refuerzo, como combatientes que venían a fortalecer nuestra moral,
nuestra conciencia, nuestra determinación de vencer cualquier
obstáculo, y a sumarse con su ejemplo a la batalla colosal en que
estaba enfrascada la Revolución.

Fidel, con su capacidad para ver mejor y más lejos, nos estaba
advirtiendo entonces que se abría por delante un esfuerzo largo y
difícil, y que las ideas del Che, el legado de sus compañeros, no eran
una página de la historia que dejábamos atrás, sino un elemento vivo
que debía estar presente en nuestras tareas actuales, en cada paso que
damos, en cada posición que adoptamos.

¿Ha cambiado el escenario que el Comandante en Jefe divisaba hace una década?

¿Vivimos acaso hoy unas circunstancias muy diferentes, en las que ya
aquellas palabras han perdido actualidad?

Esas son las primeras preguntas que como revolucionarios leales y
sinceros debiéramos hacernos en este día tan lleno de historia, tan
lleno de recuerdos, que se asocia en nuestra mente a la figura
entrañable y extraordinaria del Che y a aquel grupo selecto de
veteranos del Ejército Rebelde, que unidos a luchadores bolivianos,
peruanos, y a la argentina-alemana Tamara Bunke "Tania la
Guerrillera", protagonizaron uno de los capítulos más heroicos de la
historia de este continente.

La respuesta es que no, que todo lo previsto por Fidel, todo lo que él
nos pedía, no solo se mantiene aún, sino que nuevas circunstancias han
surgido para complicar y tornar mucho más difícil y peligroso aún el panorama.

NO ES ESTA LA HORA DE DERROTISMOS, NI DE OPORTUNISMOS NI DE ESPERAR A
QUE VENGA  ALGUIEN A PERDONARNOS LA VIDA

En 1997 no teníamos en la Casa Blanca a Bush y a su camarilla fascista
y rabiosamente anticubana.

No habían ocurrido los acontecimientos del 11 de septiembre y la
justificación patriotera que ellos brindaron para que el Gobierno de
Estados Unidos declarara la amenaza de guerra sorpresiva y preventiva
contra 60 o más oscuros rincones del planeta.

No se había disparado a los niveles actuales la loca escalada de los
precios del petróleo, que encarece los precios de alimentos y
mercancías de todo tipo, y virtualmente arrasa con las economías de
los países más débiles.

No había surgido el nefasto proyecto de los biocombustibles y el
impacto que este trae para países que, como el nuestro, tienen una
alta dependencia de las importaciones de alimentos.

Teníamos la política hostil de Washington, y esta no ha dejado de
recrudecerse un solo instante en estos 10 años.

Teníamos el bloqueo, y este no ha dejado de hacerse más intenso y más
cruel cada día en este periodo.

Teníamos la guerra ideológica y psicológica, y el imperio en estos
años no ha hecho otra cosa que tratar de refinarla para penetrar y
desarmar moralmente nuestra causa.

Teníamos las leyes Torricelli y Helms-Burton, y ellas no solo no han
sido levantadas sino fortalecidas con nuevas enmiendas, campañas y medidas.

Teníamos un mundo ya complejo, inestable, ingobernable, pero hoy
tenemos además un mundo en guerra, con Iraq y Afganistán como
escenarios del intervencionismo más descarado y el genocidio más brutal.

El gobierno de Estados Unidos, en alianza con la mafia batistiana y
terrorista, no renuncia a su política obstinada de destruir la
Revolución, aplastar la independencia de nuestra nación, implantar un
régimen de tipo colonial en Cuba, y para lograr esos objetivos esgrime
un abanico de medidas en el que no faltan los planes de contingencia
de tipo militar. Altos funcionarios de la administración Bush han
declarado públicamente que no tolerarán una transición revolucionaria
en Cuba, aunque no han podido ni podrán crear las premisas que
pudieran servirles como pretexto para lanzar semejante aventura.

Nuestra defensa es hoy más fuerte, está más alerta que nunca, y el
país no escatima ni escatimará los recursos materiales y humanos que
requiera su constante elevación.

Si esas son las circunstancias, no es esta la hora de derrotismos, ni
de oportunismos ni de esperar a que venga alguien a perdonarnos la vida.

Si somos los revolucionarios cubanos que somos, los que hemos
resistido rodilla en tierra a doce administraciones yankis, los que
rechazamos y derrotamos a los ejércitos del Apartheid, nuestro único
deber es luchar, trabajar con inteligencia y tesón para vencer las
dificultades y seguir adelante.

ESTAMOS EN UNA HORA DE COMBATE, Y ESTA TIENE QUE SER POR TANTO LA HORA
DEL CHE, LA HORA DE CAMILO, LA HORA DE TODOS LOS QUE CIMENTARON CON SU
SACRIFICIO EL DURO CAMINO DE LA REVOLUCIÓN

Hace 10 años no habíamos sufrido el duro golpe de la enfermedad de
Fidel, nuestro guía, el jefe capaz de atender al mismo tiempo un
cúmulo enorme de tareas. Él hoy se recupera y desarrolla un papel
insustituible de orientación con su experiencia y sus ideas. Pero ante
esta situación, como él mismo reclamó en su Proclama, nuestro único
deber es unirnos más, trabajar mejor y redoblar junto a Raúl y al
Partido todos los esfuerzos que tenemos ante nosotros.

Estamos en una hora de combate, y esta tiene que ser por tanto la hora
del Che, la hora de Camilo, la hora de todos los que cimentaron con su
sacrificio el duro camino de la Revolución.

En las Reflexiones de Fidel, y en el discurso de Raúl el pasado 26 de
Julio, están las claves de lo que podemos y debemos hacer.
Todo el país es en estos días un hervidero de ideas. Se debaten muchos
temas. Los planteamientos del Comandante en Jefe y lo señalado por
Raúl en Camagüey han estimulado un amplio intercambio en el seno del
Partido, de los colectivos de trabajadores, de todas nuestras
organizaciones políticas, de masas, juveniles y estudiantiles.

Lo que estas discusiones abiertas y francas pueden darnos como saldo
principal es una mayor comprensión de los problemas, la búsqueda
colectiva de soluciones, que no podrán ser nunca mágicas, que tienen
que basarse en el trabajo, en la capacidad del país para generar
recursos, y que tampoco pueden ignorar el bloqueo, sus costos y las
posibilidades reales que este nos deja.

Lo que esperamos de este debate es que nos ayude a romper con la
inercia, el dogmatismo y el estilo burocrático, a desarrollar el
enfoque creador, a liberar donde estén trabadas las fuerzas
productivas y a lograr que nos acostumbremos a revisar y actualizar
críticamente las fórmulas que aplicamos en la economía y en las
distintas esferas de nuestra vida, para que ellas se correspondan con
las realidades cambiantes del país y del mundo.

Los problemas se resuelven con ideas, con organización, con
conciencia, pero también con recursos. Todo no se podrá hacer de una
vez. Todas las necesidades que se planteen no podrán ser resueltas de
forma inmediata o simultánea.

LA DISCUSIÓN ES ABIERTA, Y LOS REVOLUCIONARIOS, COMO NOS ENSEÑÓ EL CHE
CON SU EJEMPLO, TENEMOS QUE DISCUTIR ABIERTAMENTE

Nuestra agenda es hacer cuanto resulte sensato y posible, eliminar lo
que sea absurdo, consolidar cada logro, asegurar cada día más la plena
soberanía del país, el socialismo como fundamento de la independencia,
y el desarrollo material y moral que sirva de base al bienestar, la
justicia y la dignidad a que es acreedor nuestro pueblo, y que jamás
podrían siquiera concebirse bajo las reglas del neoliberalismo ni
mucho menos bajo la bota yanki.

Hay una agenda revolucionaria, pero seríamos ingenuos si no viéramos
que el enemigo trata desesperadamente de introducir su propia agenda
en esta discusión y, en general, en todo el tema cubano.

Hay quienes de modo consciente o inconsciente estimulan el desaliento,
promueven teorías peregrinas para la solución de complejos problemas
económicos y, peor aún, crean la ilusión de que el conflicto histórico
entre Cuba y Estados Unidos pueda resolverse por la vía de las
concesiones unilaterales o la espera de favores.

Habría que recordarles a algunos que al parecer tienen poca memoria
que, a lo largo de doscientos años, y sobre todo a partir de 1959,
siempre las acciones que crearon ese conflicto, o lo agudizaron,
provinieron de las ambiciones y el afán de dominación de la clase
gobernante de Estados Unidos, y nunca de las aspiraciones legítimas de
independencia y libertad del pueblo cubano.

No hubo una sola ocasión en que la moral, la verdad y la justicia
estuvieran de aquel lado, sino del nuestro, como hoy lo vuelven a
estar en el caso de los 5 heroicos compatriotas condenados por
combatir el terrorismo dentro de los propios Estados Unidos.

La discusión es abierta, y los revolucionarios, como nos enseñó el Che
con su ejemplo, tenemos que discutir abiertamente.

Revolución socialista o caricatura de revolución, dijo el Che en uno
de sus trabajos, y señaló de ese modo que en nuestra época, frente al
poder del imperio, no hay otra alternativa posible. La Revolución la
tenemos que hacer en lucha a muerte contra el imperialismo, desde el
primer momento, le expresó a un compañero con el que discutía en los
últimos meses de la lucha insurreccional. Luchar contra el
imperialismo dondequiera que esté, fue el mensaje a Fidel en su carta
de despedida. No darle al imperialismo ni un tantito así, es otra de
sus más conocidas advertencias.

Esa claridad política, esa intransigencia, es lo primero que todos
debiéramos recordar cada día, aunque lo cortés no quita lo valiente ni
renunciemos por eso a la posibilidad del diálogo, si un día aparecen
en ese país gobernantes más realistas. Y resumir esa actitud, para
ahora y para siempre, en la frase de Fidel: ¡Jamás tendrán a Cuba!

UN PARTIDO DE PENSAMIENTO CREADOR, UNIDAD COMBATIVA Y CAPACIDAD DE
ACCIÓN: ¡ESE ES EL PARTIDO DEL CHE!

El Che tiene que estar en nuestro esfuerzo sostenido, incansable,
capaz, dirigido a lograr que la empresa socialista, sobre todo aquella
que abarca a los grandes medios productivos y de servicios del país,
alcance los niveles de eficiencia y gestión que necesitamos.

El Che y su sentido práctico, antidogmático, tienen que ayudarnos a
seguir buscando soluciones socialistas, o compatibles con el
socialismo, para promover la producción de alimentos, el empleo máximo
del fondo de tierras, todas las fórmulas sensatas que se puedan hallar
para el acopio, la comercialización, el aseguramiento de los recursos
productivos, en las condiciones en que los elevados precios
internacionales de importación convierten a la agricultura en un
factor clave para el balance de la economía.

El Che tiene que estar en el empeño por devolver a la condición de
cuadro la jerarquía moral, la autoridad política y administrativa, la
capacidad de decisión técnica y las condiciones humanas que lo
conviertan en espina dorsal de la Revolución.

El internacionalismo se expresa hoy de nuevas formas, no por ello
menos generosas, valientes y meritorias que las que tuvieron lugar en
otras épocas. Esa política no es dar lo que nos sobra, sino compartir
lo mucho o lo poco que tengamos con aquellos que lo necesitan más que
nosotros. En ella se forjan los valores y los principios que definen
el perfil de nuestra sociedad. No renunciamos ni renunciaremos nunca
al ideal comunista. No tenemos la menor duda de que nuestro camino al
futuro no está en alentar egoísmos, desigualdades injustificadas o
mezquindades. Ese es el camino del capitalismo, que no tiene futuro.

Seguir el ejemplo del Che, inspirarnos en su espíritu revolucionario,
compenetrarnos a fondo con sus ideas, significa hoy mirar hacia delante.

Un Partido de pensamiento creador, unidad combativa y capacidad de
acción: ¡ese es el Partido del Che!

Una Juventud que sea arcilla fundamental de nuestra obra, promesa de
futuro y realidad presente: ¡esa es la Juventud que quería el Che!

Combatientes que no bajan la guardia ni dejan de prepararse un solo
día para la defensa y la seguridad del país: ¡ese es el ejército del Che!

Un pueblo siempre con Fidel; Fidel siempre en el corazón y en la
voluntad de lucha de nuestro pueblo: ¡esa fue ayer, es hoy y será para
todos los tiempos la Revolución del Che!

¡Gloria eterna al Guerrillero Heroico y a sus compañeros de batalla!
¡Vivan la Revolución y el internacionalismo! ¡Vivan Fidel y Raúl!
¡HASTA LA VICTORIA SIEMPRE! ¡PATRIA O MUERTE! ¡VENCEREMOS!

8 de octubre de 2007

 

 

difunden: 1er. Museo Histórico Suramericano " Ernesto Che Guevara "  la  Escuela de  Solidaridad con  Cuba " Chaubloqueo " y el  Centro de  Registro de  Donantes  Voluntarios de  Células Madre -  Irene Perpiñal y Eladio González - directores   calle Rojas 129  local  Capital - AAC 1405 - Buenos Aires - República Argentina  telefax:  4- 903- 3285 Caballito

 

 sonrisa total de frente sin boina

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¡Salven a los argentinos! "las ballenas"

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