lunes, 9 de abril de 2012

GRECIA: ESTOS CREONTES ESTÁN DISPUESTOS A LLEVARSE A LA HUMANIDAD PUESTA polit7

Sentipensando

 

Por Dimitris Christoulas 

 

No era un hombre famoso. No fue artista, ni científico, ni deportista, ni político. No ganó la lotería. No batió ningún récord. Ni siquiera estuvo vinculado a alguien remotamente famoso. No, era un hombre común, como la inmensa mayoría de los siete mil millones de personas que fatigamos este planeta. Y quiero pensar que, al menos una parte de esa gran humanidad, se ha sentido conmovida y conmocionada, como yo, por el gesto de este hombre: Dimitris Christoulas. Quiero decir su nombre, a pesar de no saber pronunciarlo: Dimitris Christoulas. Quiero repetirlo hasta que no se me olvide más nunca: Dimitris Christoulas. Quiero repartirlo a todo el que me escuche y lea, para que jamás lo olvide, para que lo recuerde siempre: Dimitris Christoulas, Dimitris Christoulas, Dimitris Christoulas.

Arrastrado a la desesperación, Dimitris Christoulas, jubilado de 77 años, se quitó la vida en la plaza pública, antes de "terminar hurgando en los contenedores de basura para poder subsistir", como explicó en su última carta. Prefirió la muerte antes que perder su dignidad. Se suicidó a cielo abierto para denunciar la violencia e impunidad de quienes, con sus políticas, ya lo habían condenado a muerte: el gobierno griego, la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional.

Dimitris Christoulas no era un banquero, no especuló en la bolsa, no participó de la burbuja inmobiliaria, no traficó con armas o drogas, no tenía dinero mal habido en paraísos fiscales, no era un político corrupto, no era un juez prevaricador. Dimitris Christoulas no era responsable de la crisis. Dimitris Christoulas era un trabajador. Durante 35 años, Dimitris Christoulas trabajó para tener una pensión digna en su vejez. Esa pensión se esfumó con las políticas económicas asumidas en su país. Y Dimitris Christoulas comprendió que así se había "aniquilado toda posibilidad de supervivencia" para él. Y se mató a la vista de todos.

Esta tragedia pasó hace apenas unos días en Atenas. Es, verdaderamente, una tragedia griega. Pero, a diferencia de las escritas por Sófocles (2), Eurípides o Esquilo, esta tragedia no se explica por la ira de los dioses olímpicos. No hay una Fatalidad superior a los hombres que los condene a la destrucción. La pobreza, la guerra, la ignorancia… no son castigos de dioses airados y brutales. No son fenómenos naturales como la lluvia o los terremotos. No podemos observarlos y sufrirlos desde la impotencia y la resignación. También a esta generación le corresponde despertar de su letargo e intentar una revolución más humana. Sí, una Revolución. O cuantas sean necesarias.

Dimitris Christoulas lo comprendió y nos dio su muerte para clamar por ella.

 

Alejandro Zárate Bladés

sentipensando@

Celebración de las bodas de la razón y el corazón
¿Para qué escribe uno, si no es para juntar sus pedazos? Desde que entramos en la escuela o la iglesia, la educación nos descuartiza: nos enseña a divorciar el alma del cuerpo y la razón del corazón.
Sabios doctores de Ética y Moral han de ser los pescadores de la costa colombiana, que inventaron la palabra sentipensante para definir al lenguaje que dice la verdad.
Eduardo Galeano. El Libro de los Abrazos. 1989.
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(1) EN EL FINAL DE SU CARTA, ESCRITA CON TINTA ROJA DIMITRIS CHRISTOULAS NOS ESPETA: "El Gobierno de Tsolakoglou ha aniquilado toda posibilidad de supervivencia para mí, que se basaba en una pensión muy digna que yo había pagado por mi cuenta sin ninguna ayuda del Estado durante 35 años. Y dado que mi avanzada edad no me permite reaccionar de otra forma (aunque si un compatriota griego cogiera un kalashnikov, yo le apoyaría) no veo otra solución que poner fin a mi vida de esta forma digna para no tener que terminar hurgando en los contenedores de basura para poder subsistir. Creo que los jóvenes sin futuro cogerán algún día las armas y colgarán boca abajo a los traidores de este país en la plaza Syntagma, como los italianos hicieron con Mussollini en 1945″.

    

Son las últimas palabras de Dimitris Christoulas, el jubilado de 77 años que el miércoles 4 de abril ponía fin a su vida pegándose un tiro ante el Parlamento griego, agobiado por las dificultades económicas por las que atravesaba.

     En su carta de suicidio habla del Gobierno de Tsolakoglou, primer ministro colaboracionista que gobernó el país durante la ocupación por los nazis, en clara referencia al actual Gobierno de Lucas Papademos. Después de Grecia fue liberada, Tsolakoglou fue arrestado, juzgado por un Tribunal Especial de colaboradores en 1945 y condenado a muerte. Su pena de muerte fue conmutada finalmente a cadena perpetua, y murió de leucemia en la cárcel en 1948.,

 

(2) EN SU ANTÍGONA, INSPIRADORA DE NUESTRAS MADRES DE PLAZA DE MAYO, DE SÓFOCLES, TAMBIÉN FUE DONDE DIMITRIS ENCONTRÓ ACICATE PARA SU TRAGEDIA:

 

"HEMÓN. (…) No lleves, pues, dentro de ti una sola manera de pensar, la de que lo que tú dices, y ninguna otra cosa, eso es lo correcto. Pues el que piensa que él es el único que es sensato o que tiene una lengua o un alma que no tiene ningún otro, ésos al descubrirse se muestran vacíos. (…) Ves que en las riberas las corrientes torrenciales del invierno a los árboles que ceden, ésos salvan sus ramas, mientras que los que resisten de raíz perecen(…)

CREONTE. ¿Acaso la ciudad nos va a decir lo que hay que ordenar?"

 

 AQUÍ ESTÁN LOS CREONTES ACTUALES QUE MAGISTRALMENTE NOS ANTICIPA SÓFOCLES

 

El billón de euros inyectado en el sistema financiero del continente por el Banco Central Europeo, impidió la bancarrota del euro y de la arquitectura financiera que lo rodea, pero al mismo tiempo generó una fuente altamente lucrativa para los bancos. Ese volumen de plata fue a unos 800 bancos, en condiciones de un conmovedor altruismo: a tres años y una tasa de interés del 1%, dejándole un  beneficio, entre 20.000 y 40 mil millones de euros. Con ese billón logrado al 1% las entidades pueden invertir en deuda soberana del propio país o del vecino, cobrando desde el 5% al 12 % (por la inventada tasa de riesgo)

Esta crisis es ese fenómeno, no la pesadilla que ocupa los titulares. Se trata de un gigantesco traspaso de fondos extraídos (robados) de las estructuras nacionales al costo de enormes masas de desocupados o páramos como Grecia, donde comienzan los suicidios frente a un futuro fulminado. Junto con la demolición del Estado Benefactor de la posguerra, logrado por la resistencia de la clase obrera y el campo popular que le es afín, se resignifica el sistema de representación y la soberanía nacional donde el poder real se revela ya sin enmascaramientos en la estructura financiera.  

No debería ser difícil imaginar hasta qué punto se estiraría esa construcción si lo que hubiera que SUPUESTAMENTE SALVAR no fuese Grecia sino sujetos mucho más amplios y complejos. Hace un par de semanas un economista jefe del Citigroup, Willem Buiter, alertó que España, el mayor PBI de la euro zona tras Alemania, Francia e Italia, está en mayor riesgo de lo que suponen los mercados.  Y OCURRIRÁ NO HAY DUDA DE ELLO, ESTOS CREONTES ESTÁN DISPUESTOS A LLEVARSE A LA HUMANIDAD PUESTA

 

LA SANGRE DERRAMADA DEL COMPAÑERO DIMITRIS CHISTOULAS, NO SERÁ EN VANO, APOYAREMOS COMO EL NOS EXIGIÓ A LOS COMPAÑEROS GRIEGOS QUE, entre otras formas de lucha, TOMEN LAS kalashnikov, PARA ENFRENTAR A LOS GENOCIDAS.