domingo, 6 de mayo de 2007

Bogotá - Gaitán - la memoria - Galeano

Nadie es eterno en el mundo…
Nuestra memoria si

Más urgente que nunca nos llama hoy en su defensa la memoria. La nuestra. La que entre telenovelas y escándalos intentan sepultar los dueños del poder, herederos de los que 49 años atrás a sangre y fuego borrar pretendieron las ilusiones de un pueblo.

Bueno es por ello acudir a Eduardo Galeano para recordar los hechos ocurridos en 1948 cuyas lecciones tan necesarias nos son hoy.

Hormiga libertaria


1948
Bogotá
Vísperas

En la plácida Bogotá, el general Marshall se reúne con los cancilleres de los países latinoamericanos. Mientras cancilleres y doctores claman, proclaman y declaman, la realidad existe. En los campos colombianos se libra a tiros la guerra entre conservadores y liberales; los políticos ponen las palabras y los campesinos ponen los muertos. Y ya la violencia está llegando hasta Bogotá, ya golpea las puertas de la capital y amenaza su rutina de siempre...

1948
Bogotá
Gaitán

El país político, dice Jorge Eliécer Gaitán, nada tiene que ver con el país nacional. Gaitán es jefe del Partido Liberal, pero es también su oveja negra. Lo adoran los pobres de todas las banderas. ¿Qué diferencia hay entre el hambre liberal y el hambre conservadora? ¡El paludismo no es conservador ni liberal!

El altivo caudillo, enjuto rostro de estatua, denuncia sin pelos en la lengua a la oligarquía y al ventrílocuo imperialista que la tiene sentada en sus rodillas, oligarquía sin vida propia ni palabra propia, y anuncia la reforma agraria y otras verdades que pondrán fina a tan larga mentira.

Si no lo matan, Gaitán será presidente de Colombia. Comprarlo no se puede. ¿A qué tentación puede sucumbir este hombre que desprecia el placer, que duerme solo, come poco y bebe nada y que no acepta anestesia para sacarse una muela ?

1948
Bogotá
El bogotazo

El pobrerío brotado de los suburbios y descolgado de los cerros, avanza en tromba hacia todos los lugares, huracán del dolor y de la ira que viene barriendo la ciudad, rompiendo las vidrieras, volcando tranvías, incendiando edificios :

- ¡Lo mataron ! ¡Lo mataron !

Ha sido en la calle, de tres balazos. El reloj de Gaitán quedó parado a la una y cinco.

1948
Bogotá
Cenizas

Alguien deambula en busca de un zapato. Una mujer aúlla con un niño muerto en brazos. La ciudad humea. Se camina con cuidado, por no pisar cadáveres. Desde la escalinata de un monasterio hecho carbón, un Cristo desnudo y tiznado mira al cielo con los brazos en cruz.

Suenan los últimos tiros. La ciudad, arrasada por el fuego, recupera el orden. Al cabo de tres días de venganza y locura, el pueblo desarmado vuelve al humilladero de siempre, a trabajar y a tristear....