Lunes 30 de abril de 2007
“El fundamento del capitalismo es que el trabajador mantenga un grado suficiente de alienación; que ni siquiera se de cuenta del grado de alienación en el que está"
Entrevista a Alfredo Grande(*)
(*) Este prestigioso médico Psiquiatra y Psicoanalista habla sobre la alienación del trabajo dentro de la sociedad capitalista, expone su opinión sobre el motivo de las protestas de los trabajadores por mejores condiciones salariales y sobre el rol de la mujer en el campo laboral.
Por Débora Sayanes-Red Eco Alternativo
DS: El concepto de alienación del trabajo fue un término utilizado por Marx. A medida que la sociedad se transforma, dicho concepto también sufre variaciones. ¿Cómo podemos explicar actualmente la alienación dentro del sistema capitalista en el que estamos inmersos?
AG: La alineación tiene varios fundamentos, uno de ellos es que el trabajador no se encuentra con el producto de su trabajo, hay una distancia entre el trabajador como sujeto y aquello produce en su trabajo. Aparece como una disociación, una separación, una escisión y la alienación tiene que ver con eso, no saber por qué se está trabajando, ni para qué se está trabajando, ni quién se lleva eso.
Es la paradoja del albañil que no tiene casa, el que fabrica autos y anda en colectivo donde el trabajo lejos de ser algo que dignifique, es algo que aliena, que denigra. Esa situación tiene que ver con la expropiación de ese plusvalor que fue el gran descubrimiento de Marx; ese es el origen.
La alineación no es un reencuentro, es un desencuentro donde uno nunca se vuelve a encontrar con aquello que produjo y justamente esa situación no la resuelve la sociedad capitalista porque es la que la propone. El fundamento del capitalismo es que el trabajador mantenga un grado suficiente de alienación que ni siquiera se de cuenta del grado de alienación en el que está.
La situación en la cual el trabajador no solamente está alienado sino que desconoce ese estado, se llama Estado Benefactor, es aquel momento en que el capitalismo plantea una situación tan “benefactora” donde el trabajador ni siquiera tiene la motivación de pensar si lo están explotando, porque las necesidades básicas están satisfechas y un poquito mas; eso es lo que en algún momento de la Argentina se llamó aguinaldo.
Si con eso es suficiente estamos perdidos porque significa que se llega a un estado de equilibrio donde hay un grado de alienación que es soportable y es el momento actual de Argentina: capitalismo serio se puede traducir como aquel grado de alienación suficientemente tolerada. Es el momento en que el sistema capitalista se reconstruye, vuelve a ofrecer espejitos de colores, por ejemplo los planes trabajar. En algunas provincias no hay desocupación pero lo que el trabajador gana no le alcanza para vivir. Se da la paradoja de la pura alineación: no hay desocupación pero no alcanza para vivir.
La alienación no solo es un estado de degradación sino también de falsa dignidad: existen spot publicitarios que llevan a la reflexión de pensar que tan mal no estamos, incluso que estamos bien. Esta es la alineación, donde la cultura represora promueve un individuo restituido que baile por un sueño.
Yo planteo que hay tres registros que convienen discriminar: sometimiento, abuso y uso. En el abuso el sujeto toma conciencia de que en realidad está sometido. En el sometimiento no hay conciencia de tal, hay una cuestión inercial, “Dios proveerá”, “ Siempre que llovió paro”. En Diciembre del 2001 el sujeto pasa del sometimiento al abuso, aparece la idea del corralito donde el mérito de Cavallo fue ponerle nombre, la palabra es un significante fuerte, después vino el corralón, entonces ya este abuso es intolerable.
Una forma de salir de la alineación es recuperar el valor de uso, lo placentero, lo útil y lo agradable, inclusive lo estético. La desalienación es una práctica social, “Nadie sale del pantano tirándose de las orejas”, nadie se desaliena solo, al contrario cada vez te alienas mas.
Creo que el primero de Mayo es símbolo de la lucha contra esta alienación. La situación de relativo equilibrio que existe hoy en la Argentina es un riesgo para los que tenemos otra forma de pensar, hablo de los socialistas, anarquistas, comunistas, social cristianos, etc, y ¿Cuál es el riesgo? Creer que el gato es una liebre. La alienación no tiene conciencia, esa es la verdadera alineación.
DS: El 1° de Mayo de 1886, en Chicago los obreros que luchaban por una jornada laboral de 8 hs fueron violentamente reprimidos, a partir de allí se conmemora el Día del Trabajador. Actualmente la mayoría de las protestas que llevan adelante los trabajadores tienen que ver con mejoras salariales ¿Por qué crees que el individuo a pesar de estar en condiciones laborales lamentables solamente centre su lucha en un mejor salario? ¿Cómo entra en juego el factor miedo al desempleo?
AG: El miedo al desempleo es justamente pánico a la muerte, porque el desempleo es muerte.
La desaparición del Bloque Soviético hizo que el capitalismo fuera impune, lo que estamos viviendo es la impunidad del capitalismo, donde existe la explotación y la precarización que significa que el obrero trabaja y recibe solamente por las horas casi como un destajo, es decir, cobra por la producción y no obtiene ningún beneficio social. Esto es un momento de retroceso, es una de las tantas consecuencias de la derrota del movimiento obrero a partir de los noventa y a partir de allí, el derrotado negocia lo que puede.
El mayor problema es que hay desaparición del salario, recursos para dar un salario existiría si no hubiesen expropiado el petróleo o regalado la minería, por ejemplo.
Los que trabajan no están ligados a un salario; en general hay otras formas que tienen que ver con la nueva cultura tributaria o los honorarios. Los maestros están haciendo huelgas en Santa Cruz porque el básico es de 160 pesos, todo lo demás es en negro.
Es un momento donde la lucha es meramente reivindicativa. Las condiciones laborales son otras, el capital está invisibilizado, no sabes para quien trabajas porque todos son empleados. Es un nivel casi alucinatorio, el logo de la empresa se convirtió en el dueño.
En la época del capitalismo industrial todavía existían empresas, por ejemplo Zanón, porque un señor se llama Zanon. Ahora todo se transnacionalizó y eso es invisibilizarlo, no sabes contra quien tenés que pelear. La protesta perdió interlocutor, el escenario es vacío, donde los espectadores son agredidos y no saben a quién pelearle. En ese sentido es un circo romano donde el César no está y así los leones se comen a los leones. El capitalismo es una bestia voraz que se termina comiendo a sí mismo, es una especie de canibalismo.
DS: ¿Cuál pensás que es el rol que cumple la mujer hoy laboralmente?
AG: La primera vez que estuve en Cuba en los 80 decían que la que más se benefició con la revolución fue la mujer. Yo creo que hubo avances extraordinarios. Comenzó a ocupar otros espacios. La mujer pienso que avanza en los espacios de menos rentabilidad, el hombre se aleja, se va proletarizado por una sobre oferta de profesionales y deja espacios.
De todas maneras, el rol de la mujer fue en muchos sentidos mas protagonista que el hombre. Los piquetes, Teresa Rodríguez, Madres, Abuelas, por ejemplo. La mujer tuvo un nivel de rebeldía, de conciencia de clase y siempre tuvo un doble sometimiento, el de clase y el de mujer. El sometimiento de clase donde se empataba con el hombre, pero además otro, la explotación de género.
El riesgo es que la perspectiva de género se termine aburguesando, si bien la explotación de clase tiene en la de género un aditamento necesario, que la situación de género no termine invisibilizando a la explotación de clase. De la otra explotación de la mujer, la de clase, cada vez se habla menos, y de esta manera, el tema de los cartoneros o cartoneras pasa a ser un paisaje curioso, es una parte más.
Lo potente es que la perspectiva de clase y la de género funcionen en forma sincrónica, ni que la explotación de clase tape la de género ni viceversa.