Ernesto che guevara y un bebe en brazos, en africa.
23 Abril 2010 RACISMO Y DISCRIMINACIÓN EN ARIZONA
La gobernadora de Arizona, Jan Brewer, promulgó una ley que convierte en delito la inmigración ilegal en ese estado fronterizo con México y permite a la Policía detener a cualquier persona si hay “sospecha razonable” de que es inmigrante ilegal.
“Es un arma más para atajar un problema que el Gobierno federal se ha negado resolver”, dijo la gobernadora, del Partido Republicano, antes de firmar la medida.
Brewer firmó la ley mientras frente a la sede del Capitolio estatal centenares de manifestantes protestaban por la iniciativa...
Cálculos oficiales señalan que en Arizona viven unos 460.000 inmigrantes indocumentados, la mayoría de los cuales son de origen mexicano.
Manifestantes reunidos alrededor del parlamento en Phoenix, la capital de Arizona, reaccionaron hoy con rabia tras la promulgación de la controvertida ley para perseguir a los inmigrantes indocumentados.
Miles de personas, en su mayoría latinos, protestaron en el centro de Phoenix y también en Tucson, otra de las principales ciudades del estado. Cuando la gobernadora, la republicana Jan Brewer, firmó la ley, las multitudes -que seguían los acontecimientos gracias a radios hispanas- estallaron en gritos, silbidos y abucheos.
“Vergüenza”, gritaban algunos de ellos. Otros portaban pancartas con la leyenda “Basta”, mientras que algunos manifestantes arrojaron botellas de agua a la policía cuando un grupo de agentes detuvo a uno de los participantes de la protesta.
Frankie del Toro, un estudiante del oeste de Phoenix, entrevistado por el diario, no dudó en calificar la ley como “racista” y “discriminatoria”.
Frente a la multitud que manifestaba contra la ley, un grupo de cuarenta personas se expresaba en favor de la gobernadora, escudados por un cordón policial.
“Detengan la inmigración ilegal”, pedía el cartelón que enarbolaba Judy Hoelscher, quien se identificó ante un reportero del Arizona Republic como una “ama de casa derechista enojada”.