martes, 27 de septiembre de 2011

Elecciones en Cuba ¿ Existe democracia ? Crónica electoral desde La Habana

¿Existe democracia en Cuba?

Crónica electoral desde La Habana

 

Pascual Serrano

Rebelión

 

Hoy, domingo 21 de octubre, lo he dedicado a curiosear la jornada

electoral en la provincia de Ciudad de La Habana donde se elegían a

los representantes municipales. La primera complicación es comprender

el sistema electoral para un extranjero, para ello el mejor modo es

hacerse la siguiente pregunta: ¿Cuál es el procedimiento para que un

ciudadano normal pueda ser representante municipal en Cuba?

 

Pero antes veamos cuál es ese mismo procedimiento en otro país. En

España, por ejemplo, ese ciudadano debe pertenecer a un partido

político, la dirección de ese partido político debe considerar

adecuado que el ciudadano ocupe un puesto en la candidatura electoral

–la mayoría de los partidos no establece mecanismos electorales

internos para esa distribución-, el partido político debe recurrir a

los métodos habituales de publicidad electoral como impresión de

folletos que expliquen el programa y de carteles electorales, pegada y

difusión de esa publicidad, etc… Todo ello requiere de un gasto

económico que el ciudadano normal y la mayoría de partidos políticos

no tienen, tan sólo los partidos ya consagrados que lograron gran

representación en elecciones anteriores por las que consiguieron

recursos públicos proporcionales a esa representación. Su propuesta

también puede ser conocida mediante los medios de comunicación, pero

éstos informan de los que quieren, entrevistas a los que ellos deciden

y aceptan publicidad sólo de quienes les pagan. Por otro lado, nuestro

ciudadano candidato deberá aceptar la disciplina, directrices y

programa del partido político que le incorporó a una lista en la

medida en que depende de él para ser candidato y a ellos les debe haberlo sido.

 

A la hora de las elecciones, el votante no puede elegir al ciudadano,

debe seleccionar toda la lista de una candidatura con lo que puede

estar dando su voto a alguien a quien no quiere al estar acompañando a

la persona a quien desea elegir.

 

Si nuestro ciudadano que deseaba ser representante sale elegido puede

que su cargo sea remunerado, en cuyo caso quizás lleguemos a la

conclusión de que lo que pretendía era lograr un trabajo asalariado,

lo que hace muy dudosa su vocación de servicio público. Si, por el

contrario, no cobra nada por su dedicación deberá trabajar una jornada

completa en otra profesión para sobrevivir mientras que otros

representantes, que sí cobren por su cargo, pueden dedicarle a él

muchas más horas de trabajo y, por tanto, presentar ante la población

un balance de mayor dedicación.

 

Ahora veamos cómo es en Cuba. Allí la sociedad se organiza en

asambleas o áreas, que son grupos vecinales de en torno a trescientas

personas más o menos. Hasta ocho áreas pueden integrar una

circunscripción electoral que deberá elegir un delegado o concejal.

Los vecinos de las asambleas se reúnen para proponer candidatos

electorales de su comunidad. Cualquier persona puede sugerir un nombre

y la asamblea selecciona mediante votación al vecino que llevará como

candidato para delegado de la circunscripción. Podrá haber, por tanto,

hasta ocho candidatos para ser delegado de la circunscripción en caso

de que sea un nombre diferente por cada asamblea. No suele ser así

porque varias asambleas pueden coincidir en proponer a una misma persona.

 

El día de las elecciones, todos los votantes de la circunscripción

deben elegir a uno de entre los diferentes candidatos, que serán entre

dos y ocho. La difusión y conocimiento de la figura de cada candidato

es mediante carteles en diferentes lugares concurridos de la comunidad

que incluyen foto y breve currículo de todos ellos. En realidad, la

mayoría de los votantes ya los conocen porque ya fueron

preseleccionados por las asambleas y todos proceden de esa comunidad.

No se hace más propaganda que el cartel con foto y currículo donde,

como ya hemos dicho, están todos los candidatos.

 

La inclusión en el censo es automática, los listados se exponen con

antelación para que cualquier elector compruebe su presencia, y el

voto es voluntario y secreto. La jornada electoral transcurre desde

las siete de la mañana a las seis de la tarde, las urnas se sellan al

comienzo y son custodiadas por niños, existe un presidente de mesa y

vocales pertenecientes al barrio. Los colegios disponen de cabinas o

lugares donde se garantiza que el voto sea secreto. Se dispone también

un urna portátil para desplazarla a los domicilios de los votantes que

puedan estar impedidos físicamente, la lleva algún representante de la

mesa acompañado de un niño en edad escolar. Al final de la votación se

hace el recuento que es público.

 

Para ser elegido se deben sacar el cincuenta por cien de los votos más

uno, si no fuera así habrá una segunda vuelta entre los dos candidatos

más votados. Finalmente se ha de saber que el representante elegido no

cobrará sueldo alguno por su labor, seguirá desempeñando el trabajo

que tenía y se dedicará a sus responsabilidades públicas en su tiempo libre.

 

Como de todos es conocido, al sistema cubano se le acusa de no

celebrar elecciones o de que éstas no son transparentes ni

democráticas. Pero un reportaje de la BBC de ese mismo día sobre las

elecciones cubanas informa del caso de un opositor que "se presentó en

su barrio como candidato" y afirma textualmente: "obtuve 5 votos en un

centenar de personas, el 5% del total".

 

Ante ese desesperanzador panorama para la oposición, según afirma el

reportaje de la BBC, "la mayor parte de los grupos opositores han

optado por llamar a la población a anular su voto escribiendo un 'no'

en la boleta, de tal forma que se pueda contabilizar el apoyo real que

tiene la disidencia". Parece razonable que el modo que podrían tener

los ciudadanos para manifestar su rechazo al sistema podría ser no

votando puesto que el voto es voluntario. O, en caso de no querer

verse identificados como abstencionistas, hacerlo con un voto nulo, el

solicitado NO desde Miami. Sin duda, el dato de la abstención o de los

nulos nos podría servir bien para poder cuantificar la representación

del colectivo crítico con el sistema socialista cubano.

 

Durante la jornada electoral visité colegios electorales en populares

municipios de la provincia de Ciudad de La Habana como Marianao y La

Lisa. En ambos los candidatos eran tres, sus nombres estaban incluidos

en la papeleta y el votante debía marcar uno de ellos. El cartel con

su foto y currículo figuraba en el colegio electoral, pude comprobar

que se trataba en la mayoría de casos de trabajadores corrientes que

vivían en el barrio, en el caso de Marianao, uno de ellos pertenecía

al Partido Comunista de Cuba y los otros dos no.

 

Para el recuento visité y asistí como testigo en otro colegio

electoral, en esta ocasión en el barrio de Vedado, perteneciente al

municipio Plaza de la Revolución. Allí el censo era de 359 votantes,

de los cuales ejercieron su derecho al voto 327, es decir no votaron

por diferentes razones 32 personas.

 

Los votos se distribuyeron entre 138 para la candidata mujer más

apoyada, 97 para el siguiente y 71 para el tercero. Hubo 21 votos

anulados, la mayoría porque marcaron a más de un candidato o a

ninguno, uno de los votos porque estaba todo tachado y otro más con

las letras NO atravesando la papeleta. Pendiente de los datos

definitivos de todo el país, mi experiencia es que la distribución de

voto del colegio en el que estuve, en especial en lo referente a

abstención y nulos, era similar a los de otras convocatorias

electorales: más de un noventa por ciento de participación y menos de

un tres por ciento de nulos. En cualquier caso, yo fui testigo de que

el socialismo cubano tiene oposición dentro del país, lo vi con mis

propios ojos, un voto que decía NO como pedían desde Miami, de entre 327.

 

Y en cuanto a la metodología electoral, no es perfecta, y tampoco

podemos pensar que deba ser aplicable en otros países. Lo que es

indiscutible es que nadie puede decir que los países capitalistas son

más democráticos. Nosotros nos hemos limitado aquí a explicar una

jornada electoral en Cuba, que cada uno valore. Y de paso que compare

con la abstención en su país.

 

www.pascualserrano.net

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