martes, 12 de abril de 2011

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 Por Amor

                                                          Al pueblo  cubano - venezolano 

La humanidad de los revolucionarios se traduce en amor. Federico Engels, como Fidel, Che Guevara, Farabundo Martí, Hugo Chávez, no tenían necesidades económicas que los empujaran a hacer lo que hicieron y están haciendo y lo mismo sucedió con Shafick Handal en El Salvador. También hay un caso digno de mencionar en el proceso revolucionario salvadoreño y es el de Enrique Álvarez Córdova quien siendo miembro de las catorce familias que han explotado al país por más de cien años se unió  al Frente Democrático Revolucionario, repartió en vida su hacienda “El Jobo” en el departamento de Sonsonate en la cual ahora existe la mejor cooperativa láctea de la patria, Enrique junto a los otros miembros de la Dirección del FDR fue secuestrado por los Escuadrones de la Muerte Arenarcos cuando estaban en reunión en el Colegio Externado San José en noviembre de 1980, su cuerpo decapitado fue encontrado en el balneario Apulo en las inmediaciones de San Salvador.

Los hechos casi son similares, Engels, hijo de industriales alemanes, Fidel, hijo de terratenientes lo mismo Farabundo Martí, Che, hijo de familia adinerada y médico al mismo tiempo, lo que le permitía subir a la clase privilegiada con mucha facilidad, Shafick dueño de tierras y salineras en el departamento de Usulután y muerto de forma aun no explicada cuando después de un ataque al corazón muere en un helicóptero del gobierno sin haber recibido el trato médico adecuado. Ellos y miles de revolucionarios que perdieron la vida luchando por sus pueblos no tenían necesidades económicas como para decir que por desesperación se habían metido a la lucha. En la guerra nicaragüense sucedió lo mismo, los mismos hijos@ de la ex presidenta Violeta Chamorro Barrios, Claudia y Fernando fueron combatientes guerrilleros del FSLN, Jaime Whellock, los Román, Pastora y muchos más que pertenecían a la clase pudiente nicaragüense. Cierto es que la unidad obrero-campesina, es la única que puede asegurar el triunfo revolucionario: toma del poder, mantenimiento y desarrollo del proceso, pero también es cierto que los obreros y campesinos necesitan líderes que se hayan proletarizado en el mismo proceso.  

La revolución se hace por amor, por amor a la humanidad, por amor por una sociedad mejor en la cual el crimen estatal, la diferencia de clases no exista y se sustituyan por la paz, la equidad de oportunidades para todos@ y un sistema de justicia capaz de borrar las injusticias del pasado.

Es bello saber y conocer que en Cuba no encuentras gente durmiendo o muriendo en las calles, no encontrás mendigos y que hay acceso a médicos en cada cuadra, es obvio pensar que en Cuba no puedes tener los gustos (vicios) del espejismo capitalista como tener lo que no necesitas o tirar al basurero toneladas de comida cuando existen millones como en los Estados Unidos muriendo de hambre, de calor o de frío por falta de alimentos y habitaciones equipadas para el verano o el invierno y es más que bello darnos cuenta que Cuba es el pueblo más alfabetizado del mundo. En Cuba podés encontrar en las manifestaciones artísticas la expresión de felicidad y satisfacción de dicho pueblo, hay música por todos lados, hay literatura por todos los poros de la revolución, hay alegría en el trabajo, hermandad verdadera en la ciudadanía  y aún con todo el montaje propagandístico del imperialismo no oyes casos de criminalidad, como es el caso común en Los Estados Unidos donde a diario nos damos cuenta de horribles masacres en escuelas, iglesias, hospitales, etc., y donde un alto porcentaje de las minorías están en las ergástulas de la nación de la piratería y la rapiña internacional.

Venezuela va por ese camino y tiene los medios económicos para solventar los problemas infra- estructurales de la nación. Venezuela es un país donde la riqueza natural es lo suficiente no sólo para que cada ciudadano tenga donde vivir, trabajar, estudiar, curarse, divertirse, descansar, sino para ayudar a los pobres a nivel internacional como ya lo está haciendo. El Meridiano 66 en el cual están Venezuela y Cuba, es como un rayo resplandeciente, como una luminosa atalaya desde la cual se alumbran los caminos latinoamericanos, de la patria grande con que soñara Bolívar, del nuevo hombre con que soñara el Che.

Grandes obras físicas se construyen en estos momentos, grandes presas hidroeléctricas sobre los inmensos ríos sureños, nuevos hospitales y clínicas rurales, nuevas universidades y carreteras a lo largo de la nación, casas para todos los venezolanos, escuelas por todos lados, parques infantiles, hogares de ancianos, hospitales internacionales,  pero es más que todo el humanismo de la revolución venezolana lo más importante.

El amor del pueblo venezolano se deja ver en la ayuda internacional a los pobres del mundo a quienes se les provee de transporte aéreo gratis, médicos gratuitos y operaciones gratuitas y en lo que ALBA significa para América Latina: Progreso, Unidad, dignidad nacional e internacional y soberanía patria. 

Paul Fortis