martes, 12 de abril de 2011

Arena en el ojo de la embajadora yanqui en Ecuador Rafael Correa a41

http://www.laarena.com.ar/opinion-rafael_correa_declaro_persona_no_grata_a_la_embajadora_de_ee.uu.-60052-111.html 

HABRÁ EN ECUADOR UN REFERENDO SOBRE TEMAS DE JUSTICIA

Rafael Correa declaró persona no grata a la embajadora de EE UU 

Entre Ecuador y EE UU hubo tirantes relaciones cuando asumió Rafael Correa. Luego mejoraron. Ahora están de nuevo al rojo vivo: la embajadora norteamericana fue declarada persona no grata.

EMILIO MARÍN 

A Estados Unidos no le agradó que a partir de 2006 se iniciara en Ecuador la “Revolución Ciudadana” con Rafael Correa.

Varios factores confluían en ese malestar. Algunos eran de orden económico, como la política de rescate del petróleo para el Estado, que de allí en adelante sólo pagó a las petroleras multinacionales por barril extraído y no como concesionario ni socio. Algunas firmas eran norteamericanas y protestaron de lo lindo porque ese cambio reducía sus ganancias.

Otra causa del distanciamiento era geopolítico: el ecuatoriano había anunciado que no extendería el acuerdo según el cual los militares norteamericanos disponían de la base de Manta. Desde allí el Comando Sur hacía vuelos y controles para intervenir en el conflicto armado colombiano. Todavía está por esclarecerse el rol de esos aviones en el bombardeo colombiano contra el campamento de las FARC en Sucumbíos, donde fueron asesinados Raúl Reyes y una veintena de insurgentes, más algunos estudiantes visitantes.

En 2009, cuando venció el permiso, Correa decretó el final operativo de Manta. A Washington eso le fue muy costoso, porque tuvo que blanquear el uso de 7 bases colombianas, con estrépito y crítica de Unasur.

En el Norte se disgustaron cuando Ecuador ingresó al ALBA (Alianza Bolivariana de Nuestra América). Quito alineado con La Habana, Caracas, Managua, La Paz y otras capitales latinoamericanas, fue un duro golpe a la diplomacia “gringa”.

Pese a la oposición de la oligarquía y el imperio, el gobierno se fue consolidando. Convocó a una Asamblea Constituyente y luego plebiscitó una nueva Carta Magna, acorde al proceso de cambios. La oficialista Alianza PAIS ganó en votos y coherencia, siendo abandonado por algunos dirigentes disconformes con la paulatina radicalización.

Al inicio de 2009 el presidente cortó los espesos vínculos entre la embajada estadounidense y la UIES, Unidad de Investigaciones Especiales de la Policía (UIES). Esta dependencia, encargada de la “lucha antidrogas y antiterrorista” se reportaba más a la embajada que al presidencial palacio de Carondelet. Esa conexión ilegal y poco patriótica quedó al desnudo luego del bombardeo de Sucumbíos. En consecuencia, Correa disolvió la UIES y en febrero de ese año expulsó a Max Sullivan, primer secretario de la embajada de USA, y a Armando Astorga, consejero de la legación. La embajadora Heather Hodges se puso furiosa porque la UIES era “ojos y oídos” suyos en la policía y los servicios de inteligencia ecuatorianos. Además dos de sus diplomáticos debían hacer las valijas. Era demasiado. Había que preparar la revancha y frenar a Correa.

 

La injerencia

Se redobló entonces la campaña contra el jefe de Estado, que tomó la forma de desacreditación vía cables al Departamento de Estado. Así se alimentó el intento golpista policial de setiembre de 2010.

WikiLeaks reveló unos 300 despachos referidos a Ecuador. Uno de ellos, publicado por El País de Madrid, sostiene que en julio de 2009, Hodges enlistaba los delitos atribuidos al general Jaime Aquilino Hurtado Vaca, a la sazón comandante de la Policía Nacional. Lo sindicaba como responsable de extorsiones, apropiaciones de fondos públicos, facilitar el tráfico de personas y obstruir la investigación de colegas corruptos

El cable de la embajadora sostenía que el mandatario estaba al tanto de esos antecedentes del jefe policial y lo había designado ex profeso. “Correa habría querido tener un jefe de la Policía Nacional al que pudiera manipular fácilmente”, arriesgaba.

Para el gobierno sudamericano se creó una situación gravísima, pues su presidente era acusado de designar un funcionario corrupto a sabiendas de su prontuario. Y, peor aún, lo hacía para presuntamente manejarlo mejor. Así se sugería que el designante cometería delitos aún más graves, con la tranquilidad que le daba tener agarrado de las gónadas al capo policial.

El canciller Ricardo Patiño se comunicó entonces con el Subsecretario de Estado Adjunto para Asuntos Hemisféricos en búsqueda de una aclaración y/o pedido de disculpas. Arturo Valenzuela se excusó con que tales cables habían sido “robados” por el sitio de Julian Assange.

Patiño explicó en rueda de prensa que luego habló con la embajadora, quien también se negó a rectificar las opiniones que se le atribuían y que habían trascendido públicamente vía El País. Seguía sin haber una respuesta satisfactoria para Ecuador.

Y en consecuencia, el presidente dispuso declarar “persona no grata” a Hodges, pidiéndole que abandone el país en el más breve plazo posible. No fue una expulsión, aclaró Patiño. Pero, siendo realistas, fue lo más parecido.

En Latinoamérica se acabó el tiempo del colonialismo, explicó el presidente, fundamentando lo dispuesto el 5 de abril. La oposición conservadora y proestadounidense lamentó que con una “diplomacia inmadura” se pudieran perder las facilidades de beneficios arancelarios para exportar a USA en el marco del acuerdo ATPDE.

La honra del presidente vale mucho más que esos beneficios, replicó Patiño. La ministra Coordinadora de Política Económica, Katiuska King, precisó que del total de las exportaciones ecuatorianas a EE UU bajo el esquema del ATPDE, el 94 por ciento son petroleros. Léase: los venderán con facilidad a otros países.

 

Ahora la consulta popular

Lejos de detenerse o retroceder, la “revolución ciudadana” trata de acelerar el paso. Como en la Asamblea Nacional muchos de los opositores se dedicaron a trabar distintas leyes envidas por el Ejecutivo referidas a la Justicia, Correa decidió convocar a un referendo para el 7 de mayo. Hay diez preguntas referidas al Poder Judicial que se inspiran en el objetivo de sanearlo y ponerlo en correspondencia con las demandas de la población.

El jurista Héctor Solórzano Constantine dijo que si cambia la justicia, a través de la consulta popular de mayo, Correa será recordado toda la vida. Sería un gran mérito, dijo, porque “la justicia es el organismo más corrupto que hay en el Ecuador; ahí venden los fallos, los cambian, transgreden las normas, violan la ley”.

El presidente está tranquilo en víspera de esa consulta porque los sondeos le atribuyen una imagen positiva del 70 por ciento. Y la sigue ampliando, luego de su anuncio de marzo pasado de que proseguirá la entrega de tierras para favorecer a 700.000 campesinos y pueblos indígenas. “No podemos desarrollar productividad sin justicia social y no puede haber justicia social cuando tenemos campesinos sin tierras”, remarcó al entregar una estancia de 551 hectáreas que antes pertenecía a un banquero de los que fundieron Ecuador.

El pilar de esta batalla electoral y política es el movimiento PAIS, que se precia de haber llegado al 1.5 millón de afiliados. Con esos números en la mano, Correa recalcaba: unos pocos dirigentes emigraron pero han sido suplantados, con creces, por nuevas camadas de afiliados.

La actual fricción diplomática y la expulsión de la embajadora favorecen las chances del PAIS el 7 de mayo, porque los norteamericanos tienen fuertes defensores en el país, pero son poco numerosos. Desde “Braden o Perón” en 1946 se sabe que alternativizar con los embajadores del imperio suele redundar electoralmente.

No es que Correa haya dispuesto la citada expulsión con un fin electoral. Ya en abril de 2007 expulsó al jefe del Banco Mundial en Ecuador, Eduardo Somensatto. Y en marzo pasado amenazó con hacer lo mismo con el representante del BID.  "Por ahí me dicen que hay un especialista sectorial del BID que sigue con esas prácticas, un Argüello creo que es. Cuidado señor o lo expulso de este país, como ya expulsamos al representante del Banco Mundial y quédese no mas con su crédito, cámbielo en centavitos y póngaselo en la oreja porque aquí vamos a mandar los ecuatorianos”, expresó.

Washington quedó a la defensiva, cuando esta semana pidió al embajador ecuatoriano que abandone el país. Fue una réplica. Correa golpeó primero.

En estos temas, el cronista siente una sana envidia por los ecuatorianos, cuyo presidente antes de pagar la deuda externa la hizo auditar y depurar de los fraudes financieros, recortándola considerablemente. La embajadora Hodges no es la única que hablaba pestes del gobierno ante el que presentó sus credenciales en julio de 2008. Por los cables de WikiLeaks también fue raleado el embajador en México, Carlos Pascual. Pero la embajadora en Argentina, Vilma Martínez, también tuvo mucha injerencia en los asuntos internos sin que nadie del gobierno la llamara al orden, no hablemos de llevarles sus valijas hasta Ezeiza.