Un aprendiz de guerrero
Ernesto Guevara tenia menos de diez anos cuando en España los republicanos se enfrentaron a las agresiones de los fascistas. No obstante los acontecimientos en este pais influyeron en el infante y esto se reflejo hasta en sus juegos con sus amigos.
En su casa solían reunirse varios amigos de sus padres y comentaban acerca del desarrollo de las acciones bélicas en España. "Nuestro hijo mayor escuchaba con atención todo lo que se hablaba e incluso en un mapa de España que le conseguimos fue marcando con banderitas el reporte de las batallas y combates. Pero lo mas relevante no fue eso sino lo que estaba ocurriendo en el patio de nuestra casa."(1)
La familia Guevara vivía entonces en Villa Nydia, en la zona de Alta Gracia. Era una amplia casa que contaba además con un terreno de mas de una hectárea, en donde prácticamente había un espeso monte. Sin que sus padres lo supieran Ernesto en unión de varios de sus amigos empezó a construir en dicho terreno algunas trincheras comunicadas entre si por pasillos subterráneos. Allí ellos solían jugar a la guerra española y con la utilización de palos y piedras entablaban "combates" "Muy especialmente recuerdo un día en que estando leyendo en mi estudio llego uno de los chicos quejándose de una pedrada en una pierna. Fui a ver que pasaba y me encontré con que en el fondo de los terrenos de mi casa, habían construido varias líneas de trincheras Inter.- comunicadas y en ella había un verdadero deposito de piedras. "Averigüe mas y supe que desde hacia muchos días jugaban a la guerra. De un lado 15 o 20, del otro lado, otro tanto. Peleaban y se defendían a pedradas. Yo, inocente creía que sus juegos no representaban ningún peligro, pero allí me di cuenta de que era un verdadero entrenamiento para la formación de hombres. "Después me olvide de todas estas cosas. Me olvide del Ernesto montaraz. Paso el tiempo y el siguió el curso de la vida. Estudio y se hizo prácticamente un científico. Nunca hubiera pensado que estas pequeñas inclinaciones guerrilleras fueran las determinantes posteriormente. Se unían en el dos cosas: el haber vivido en el campo, en contacto con la naturaleza, haciéndose experto en el dominio de ella y, el haberse hecho, al mismo tiempo un aprendiz de guerrero."(2)
(1) Entrevista concedida al autor. (2) Testimonio reflejado en el trabajo de Lisanka titulado Don Ernesto habla de Ernesto. Verde Olivo, Ano XI, No. 41, 11 de octubre de 1970, pagina 18.