La libertad del pájaro podría ser su perdición
Como reflejo de su valor y amor por los animales en mas de una ocasión Ernesto Guevara arriesgó incluso su vida por proteger o sacar de peligro a pájaros y gatos. Cuando era un adolescente vivía en una casa bastante alejada de la ciudad de Buenos Aires que tenía techos muy altos.
La familia Guevara ocupaba el primer piso de la edificación que contaba con una amplia terraza en la que había como una especie de caño de ventilación. Allí se posó un pequeño gorrión y cuando intentó emprender nuevamente el vuelo una de sus alitas se le trabó en una grieta y no pudo salir. El animalito revoleteaba sin cesar tratando de escapar de esa trampa en que había caído. Mas el esfuerzo de la avecilla resultaba inútil y sus aleteos eran cada vez mas espaciados producto del cansancio.
Al ver la situación del pajarito, Ernesto se propuso socorrerlo de inmediato. Su padre teniendo en cuenta la fragilidad de las maderas del techo y la altura intento persuadirlo para que no lo hiciera. "Yo, por mi parte, sabiendo lo que iba a hacer, me dispuse a impedírselo; la libertad del pájaro podría ser la perdición de Ernesto, pues estabamos a unos 7 metros de altura sobre el nivel del suelo. Fueron inútiles todas mis reflexiones; que el caño era muy alto y endeble, que no aguantaría su peso si trepaba por allí, que era mejor esperar ayuda. Yo, comprendiendo el peligro que corría, a horcajadas sobre el pequeño muro trate de apuntalar el caño lo mas alto posible, y Ernesto, sin esperar mas, subió como pudo, y segundos después el gorrión volaba libre."(1)
(1) Testimonio reflejado en el libro de Ernesto Guevara Lynch, "Mi hijo Ernesto", Editorial Sudamericana - Planeta, junio de 1984, paginas 25-26