Hablo de mi papá con mucho cariño aunque apenas lo conocí, porque tengo el privilegio de ser el fruto de un gran amor y mi madre quedó junto a nosotros procurando en todo momento que lo sintiéramos presente, conociéndolo como amigo. Ella logró transmitirnos su amor, su respeto y admiración (...) siempre puso en primer lugar las necesidades del colectivo y después, mucho después las suyas. A hombres como él se le mantiene vivo en el recuerdo porque así somos capaces de ser mejores seres humanos.
Aleida Guevara March, médico pediatra, hija del Che