martes, 30 de abril de 2013

Cuba el terrorismo norteamericano Nóbel de la tortura en Guantánamo y la lista negra de paises acusados por el asesino mayor John Kerry




KERRY, CUBA Y EL TERRORISMO. ISABEL KAPLAN
The Huffington Post, Estados Unidos


Todos los años, alrededor del 30 de abril, el secretario de Estado presenta al Congreso su Informe por Países acerca del Terrorismo.
Un componente principal de este informe es la lista de países designados como Estados Promotores del Terrorismo –los países que representan las mayores amenazas.
En la actualidad hay cuatro países en la lista: Cuba, Irán, Sudan y Siria.
La semana próxima John Kerry, como secretario de Estado, presentará su primer Informe por Países acerca del Terrorismo. ¿Estará Cuba en la lista? 



 ¿QUERRÁ  KERRY  ACTUAR  COMO  INDICA  LA  LÓGICA?

La respuesta depende de cuál John Kerry firmará el informe.
¿Será el que argumentó, en un artículo de opinión en The Tampa Bay Times de 2009: “Mientras que nuestra política hacia Cuba en gran medida ha estado estancada, la realidad ha cambiado de forma espectacular”? Aquel John Kerry dijo que “La ‘amenaza cubana’ es una débil sombra, el cambio en Cuba se ha puesto en marcha y –lo más importante– los cubanoamericanos están buscando una interacción amplia y de largo alcance a través del Estrecho de la Florida. Necesitamos una política hacia Cuba que mire al futuro, haga funcionar nuestras fuerzas y construya lo que funciona para ayudar al pueblo cubano a conformar el futuro de su país”.
¿O será el John Kerry cuya vocero Victoria Nuland dijo en febrero: “Este departamento no tiene planes en la actualidad de sacar a Cuba de la lista de estados patrocinadores del terrorismo? Revisamos esa lista cada año y en el momento actual, cuando se hizo la última revisión en 2012, no vemos razones para sacarla. Es evidente que la revisemos de nuevo este año pero, como dije, hasta el momento no tenemos ningún plan”.
La primera lista de Estados Patrocinadores del Terrorismo fue publicada en 1979, y a Cuba la agregaron en 1982 debido a su apoyo a grupos terroristas como las FARC y ETA. Pero según el informe del año pasado, aunque actuales y ex miembros de ETA residen en Cuba, “Informes sugieren que el gobierno cubano está tratando de distanciarse de los miembros de ETA que viven en la isla al emplear tácticas como la de no proveer servicios que incluyen documentos de viaje a algunos de ellos”. Además, “No hay indicios de que el gobierno cubano suministre armas o entrenamiento paramilitar a ETA o las FARC”.
El informe también atestiguó: “El gobierno cubano continuó permitiendo residir en Cuba a fugitivos buscados en Estados Unidos y también suministró apoyo como vivienda, libreta de abastecimiento y atención médica a esos individuos”. 

Pero Cuba cada vez ha cooperado más con Estados Unidos. Véase, por ejemplo, la pareja de la Florida que, después de perder la custodia de sus hijos los secuestró y huyó a Cuba hace tan solo dos semanas. Cuba se negó a ofrecer asilo a estos criminales y las autoridades cubanas cooperaron rápida y deseosamente con funcionarios norteamericanos a fin de devolverlos a Estados Unidos para ser juzgados.
Y justo la semana pasada, después de las bombas del Maratón de Boston, la funcionaria Josefina Vidal, del Ministerio de Relaciones Exteriores, expresó “el más sentido pésame de pueblo y gobierno de Cuba al pueblo y gobierno de Estados Unidos, particularmente a los afectados directamente por esta tragedia”.
Vidal dijo que Cuba “rechaza y condena inequívocamente todo acto de terrorismo, en cualquier lugar, bajo cualquier circunstancia y con cualquier motivación”.
Es más, el propio Fidel Castro recientemente emitió una condena pública y advertencia a Kim Jong Un y Corea del Norte advirtiendo a Kim no realizar acciones contra Estados Unidos. Castro ha estado en esa situación, ha hecho lo que tenía que hacer y ha aprendido la lección.
Pero Cuba aparece en la lista de Estadios Patrocinadores del Terrorismo, mientras que Corea del Norte no lo está.
Kerry terminó su artículo de opinión con un llamado a la acción: “Hoy tenemos que elegir: buscar consuelo en la vieja retórica, ignorar el cambio y resistirse a él, o amoldarlo y canalizarlo hacia una nueva política que ayude a lograr nuestros objetivos”.
El 30 de abril, John Kerry tendrá la oportunidad de hacer valer sus creencias.
Ojalá así lo haga.