PREMIO NOBEL DE LAS BROMAS (DESAGRADABLES COMO GUANTÁNAMO) DONDE TORTURA A SUS PRISIONEROS QUE ESTAN EN HUELGA DE HAMBRE.
Premio Nóbel de las bromas y torturas a presos en base usurpada a Cuba. Barack Obama en la imagen muestra su mini estatura moral, al no devolver el Nobel de la Paz que nunca mereció.
OBAMA SE HACE EL
GRACIOSO CON CORRESPONSALES
Guantánamo,
vergüenza mundial con presos en huelga de hambre
La cárcel
manejada por EE UU en Cuba aún aloja a casi 200 presos musulmanes. Muchos
llevan diez años o más detenidos sin ser juzgados. Mientras, Obama se hace el
gracioso con corresponsales de la Casa Blanca.
EMILIO MARÍN
El 6 de febrero
de este año comenzó una huelga de hambre de prisioneros de Guantánamo, la
cárcel que Estados Unidos tiene desde principios del siglo XX en el oriente de
Cuba. En enero de 2002 fue reacondicionada por George W. Bush para alojar a los
detenidos capturados en Afganistán y otros países.
Esos presos eran
sospechados de pertenecer o colaborar con Al Qaeda, que había cometido los
atentados del 11-S contra las Torres Gemelas. Pero sólo una pequeña porción de
aquéllos fue capturada por militares norteamericanos o de sus aliados de la
ISAF (fuerza internacional con eje en la OTAN en el país de los derrocados
talibanes). La mayoría cayó sin pruebas, por delaciones de civiles, a los que
se les pagó recompensas.
El resultado fue
que de los 700 musulmanes llevados a Guantánamo, apenas media docena tenía
alguna implicancia en la red que comandó Osama Bin Laden. La abrumadora mayoría
no revistaba allí, pero de todos modos estuvo detenida durante muchos años, sin
ser acusada ante un juez ni poder nombrar abogado defensor. Todos los presos
fueron torturados, con la técnica del “submarino” que se conoció en Argentina
durante la dictadura militar, colocando la cabeza del prisionero en un
recipiente con agua hasta casi el punto de ahogarlo (“waterboarding”).
Muchas otras
formas de torturas fueron empleadas: ruido, altas y bajas temperaturas,
grilletes, celdas de aislamiento, golpes, etc. Por cierto, mantener a una
persona encerrada a miles de kilómetros de su país y sus familias, sin contacto
con éstas ni derecho a la defensa en juicio, etc, es de por sí una forma muy
concreta de violar sus derechos humanos. Eso también se llama tortura.
Esa situación
comenzó oficialmente el 11 de enero de 2002 y ya dura más de once años, con lo
que se tiene una idea más acabada del drama. Una parte del contingente fue
saliendo en libertad o derivada a cárceles en otros países que aceptaron
recibirlos. A propósito, entre otras complicaciones para llevar adelante los
juicios estuvo que EE UU no quería que esos reos fueran trasladados a su
territorio: temía que tal circunstancia pudiera ocasionar nuevos atentados. Con
dinero, la Casa Blanca logró que gobiernos aliados recibieran ese “presente
griego”: Afganistán, Bahrein, Albania, etc.
Base Naval de Guantánamo - Nueve bestias norteamericanas contra un torturado deshecho y deshumanizado ser humano anónimo.
130 presos de 166
El 6 de febrero
de este año comenzó una protesta de los prisioneros, en forma de una huelga de
hambre. Fue la respuesta a un desalojo o cambio de lugar de la prisión, que
incluyó malos tratos y golpes, requisas a sus pocas pertenencias y afectación
de sus libros sagrados como el Corán.
Al principio,
como suele suceder, empezó un grupo pequeño, de menos de treinta presos. Pero
con el tiempo y ante la falta de respuesta a los reclamos, caso de la
reposición de nuevos ejemplares del Corán, más la conducta brutal del régimen
carcelario, que empezó a alimentar por la fuerza a los huelguistas mediante
sondas por la nariz muy dolorosas, la protesta se fue extendiendo por
Guantánamo.
La última
información disponible es que hay 130 presos que adhieren activamente a la
huelga, sobre 166. Según el vocero estadounidense de la penitenciaría, Samuel
Casa, están “alimentando” de ese modo tan polémico a unos veinte internos,
entre los que se encuentran más débiles y han perdido más peso.
Los funcionarios
estadounidenses alegan que el establecimiento penitenciario es severo pero
mucho mejor que Abu Ghraib, la tristemente célebre cárcel de Irak donde
torturaban y mataban a los presos iraquíes, y encima los verdugos tomaban
fotografías muy sonrientes. De todos modos la huelga de hambre de estos meses
en Guantánamo indica que allí las condiciones no deben ser muy distintas ni
mejores. De hecho allí han fallecido nueve presos, de los cuales se confirmaron
seis suicidios en estos años, según la cifra oficial que puede ser mucho mayor
y disimulada en la práctica. Y muchos otros internos se han vuelto locos,
literalmente hablando, por la tortura, el aislamiento y la conducta sádica de
sus carceleros.
Si un preso de
esos, inocente, no podían darles información ni a golpes: ¿qué aportaría a los
interrogadores si además se había enfermado mentalmente?
Promesa violada
El 22 de enero de
2009, a dos días de haber asumido en la Casa Blanca, Barack Obama prometió
solemnemente que antes de cumplirse un año de gestión iba a cerrar la referida
cárcel de la vergüenza. Esa también había sido una promesa de la campaña
electoral donde enfrentó al texano bruto, alimentando falsas expectativas en
que era un político decente y con visos democráticos.
Se han cumplido
cuatro años desde la formulación de aquella promesa y tres de su rotundo
incumplimiento. Los demócratas podrán argumentar que tuvieron la contra de los
republicanos y que su presidente debió negociar con éstos en medio de graves
desequilibrios presupuestarios y del endeudamiento federal. Lo cierto es que en
medio de esas negociaciones bipartidistas se votaron en el Capitolio soluciones
en común para esas temáticas, así como el presupuesto de “Defensa” de más de
600.000 millones de dólares. Y en ese fárrago de crisis capitalista se marchitó
y murió la promesa de cerrar Guantánamo.
Y eso que el
supuesto cierre no incluía algo básico: la devolución de la base naval y sus
alrededores a Cuba, su legítimo dueño. Como se sabe, sobre el final de la
guerra por la independencia de Cuba con España, se coló EE UU y tomó posesión
de la isla como una semicolonia suya. Esta tenía bandera propia y Constitución,
pero desde la Enmienda Platt, 1902, Guantánamo y su base naval se arrendaron a
perpetuidad a Washington. El costo del arriendo eran 2.000 dólares anuales que
Fidel Castro se negó a recibir desde 1959 hasta nuestros días.
Limitaciones a
abogados
En los últimos
años la situación de la cárcel era alevosamente ilegal y violatoria de los
derechos humanos, por lo que Cinco Premios Nobel, entre ellos el argentino
Adolfo Pérez Esquivel, reclamaron en 2005 su cierre definitivo. En esa misma
línea hubo pronunciamientos de Amnistía Internacional y del relator de DD HH de
la ONU, entre muchos otros organismos y personalidades.
Hasta los diarios
The New York Times y The Washington Post publicaron columnas recomendando salir
de Guantánamo y cesar el trato inhumano a sus prisioneros.
El Departamento
de Justicia tuvo que flexibilizar algunas disposiciones: los presos pudieron
designar abogados, que realizaron visitas y leyeron los expedientes. A los
llamados “combatientes enemigos” no se les dio más jurisdicción que los
tribunales militares…
Últimamente esos
letrados se han quejado de que tales facilidades se vienen cortando. Ya no
acceden a todos los papeles de las causas contra sus defendidos. Y algo peor,
en febrero pasado desaparecieron documentos legales de las computadoras del Pentágono,
relativas a los juicios en preparación en Guantánamo. Prensa Latina informó el
13 de abril pasado: “según fuentes militares citadas en un reporte de NBC News,
el incidente provocó el retraso hasta el venidero 11 de junio de las audiencias
previas al ya dilatado juicio contra los reos que permanecen en ese enclave en
un limbo legal”.
Los abogados de
la defensa quedaron espantados y solicitaron - en especial en las causas donde
los fiscales pueden pedir pena de muerte-, que se demoren las audiencias hasta
que puedan contar con todo el material.
No es un chiste
El Departamento
de Estado norteamericano publica un reporte anual donde juzga la conducta de
los países del mundo en derechos humanos. ¿De todos? No, de todos menos Estados
Unidos, que tiene una pésima nota en Guantánamo y en muchos otros rubros
humanitarios. Está aplazado en cuanto a las libertades democráticas recortadas,
pero también en derechos económicos y sociales, pisoteados por las crisis y
ajustes contra los pobres y sectores más vulnerables.
China es uno de
los acusados por Washington. Y Beijing ha tomado la sana costumbre de replicar
al imperio, año a año, con datos comprobados. El 21 de abril, la agencia Xinhua
publicó el “Registro de los Derechos Humanos en Estados Unidos en 2012”, donde
se puede leer: “el 13 de enero de 2012, el Alto Comisionado de las Naciones
Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, criticó a EE UU por no haber
cerrado la cárcel de Guantánamo y no haber garantizado la asunción de
responsabilidad por parte de aquellos que habían cometido graves violaciones -
incluyendo torturas - entre sus muros (www.un.org, 23 de enero de 2012). Una personalidad
estadounidense escribió que las políticas antiterroristas del actual gobierno
estadounidense "violan claramente al menos 10 de los 30 artículos de la
declaración, entre ellos la prohibición del 'trato cruel, inhumano y degradante
o el castigo'" (www.nytimes.com,
24 de junio de 2012)”.
Obama se hizo el
gracioso la semana pasada, durante una cena con los corresponsales de la Casa
Blanca y la farándula de Hollywood. Mejor que se ocupe del drama de Guantánamo,
que no es ningún chiste. La solución es simple, económica y perfectamente
factible: el cierre de la cárcel y la devolución a Cuba de la base.
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Sergio Ortiz
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