Fidel, inagotable revolucionario
25
abril 2013
Texto leído por Hernando Calvo Ospina, el 17 de abril 2013 en la Casa de la América Latina de Paris, durante la presentación del libro “Le droit de l’Humanité à l‘existence” (El Derecho de la Humanidad a Existir), el cual contiene 22 “Reflexiones” del dirigente cubano Fidel Castro Ruz.
«Es
uno de los más grandes personajes del Siglo XX. En Francia, no existe ninguno
de su talla, ni siquiera Charles de Gaulle. Se quiera o no a Fidel Castro, este
hombre es un mito vivo…» Esto me lo expresó el gran actor francés Pierre
Richard, durante una entrevista que realicé hace seis años.
Y
sí, Fidel, como nos hemos acostumbrado a llamarle quienes admiramos su vida y
obra, es un personaje fuera de serie.
En
tres ocasiones he podido compartir diálogos con él, y estos quedaron grabados
en mi memoria como de los más importantes momentos de mi vida. También he
tenido la oportunidad de escucharlo en vivo en varias ocasiones. Yo no tomaba
nota de sus análisis, pues sabía que al otro día los leería en los diarios
cubanos. Es que yo prefería detallarlo. Ver cómo sus manos gesticulaban junto a
la barba, mientras su dedo índice de la mano derecha parecía una batuta.
Siempre creí que se quedaría sin voz, pues daba la sensación de estar agripado,
pero en cada ocasión habló más de cuatro horas. Por el sentido de sus frases
pasaba de dirigente a maestro; de compañero a padre.
Sería
necesaria una larga búsqueda en la historia de la humanidad para encontrar a un
líder político con tantas capacidades como Fidel ha demostrado. Además de tener
una memoria prodigiosa, Fidel puede realizar cálculos matemáticos improvisados
y en un abrir y cerrar de ojos. En la televisión, después de un discurso sobre
geoestrategia, El sabía dar consejos a la población sobre la mejor manera de
preparar un plato de la gastronomía tradicional cubana, con una olla multiusos
que el gobierno entregaría a precio extremadamente módico; Se cuenta que
durante la guerra de liberación de Angola y contra el estado racista de
Sudáfrica, él asesoró a sus generales y casi dirigió las principales batallas
desde La habana ; El le ha dado seguimiento al desarrollo de un ciclón, que
amenazaba con pasar por Cuba, para luego explicar a los ciudadanos las medidas
que se debían tomar para afrontarlo.
Es
cierto que no la ha tenido fácil cuando ha realizado comentarios sobre un
partido de beisbol, y una parte de la población no ha estado de acuerdo con El
pues ello beneficiaba a un equipo. Tampoco produjo risas al proponer que se
controlara el consumo de ron para el beneficio de la salud del pueblo: ha sido
de las poquísimas propuestas de Fidel que nunca pudieron ser aplicadas.
Hasta
donde he conocido, en una sola ocasión se creyó que se había vuelto loco. Fue
durante un discurso en la ciudad de Camagüey, el 26 de julio de 1989. Ahí se le
ocurrió decir a viva voz : « porque si mañana o cualquier día nos despertáramos
con la noticia de que se ha creado una gran contienda civil en la URSS, o,
incluso, que nos despertáramos con la noticia de que la URSS se desintegró,
cosa que esperamos que no ocurra jamás…” Repito, eso lo dijo en julio de 1989,
y mucha gente quedó preocupada pensando que el sol le estaba haciendo daño al
Comandante. Y ¿qué pasó dos años después? ¡Se desintegró la URSS! El ya había analizado
por donde estaba caminando Gorbachov.
Y
con la desaparición de la URSS y el llamado bloque socialista europeo llegaron
los momentos más difíciles que ha vivido esa revolución, pues Cuba quedó solita
en este mundo. Se acabó el petróleo, la electricidad, la comida… Y muchos gatos
terminaron en las ollas. Se vivió, durante casi ocho años, la misma situación
que sufrió Europa al fin de la Segunda Guerra Mundial. Con una diferencia
inmensa: USA entregó comida en préstamo a Europa, mientras que a Cuba le arreció
el bloqueo para tratar de doblegar a la revolución por hambre. Y en ese 26 de
julio de 1989, Fidel también había dicho que así se acabara la URSS: “¡aun en
esas circunstancias Cuba y la Revolución Cubana seguirían luchando y seguirían
resistiendo!» ¡Y resistieron! El FMI y el BM no saben cómo fueron saliendo del
abismo sin privatizar una escuela ni hospital. Yo busqué la respuesta en las
calles cubanas. Y muchas personas me respondieron lo mismo: “Fidel nos dijo que
de esa saldríamos. Y nosotros le creímos”. Y yo me atrevo a precisar: fue la fe
en Fidel y en la revolución que él dirigía, pero también fue la solidaridad que
existió entre los cubanos, que compartieron la poca sal y el poco arroz.
También
la revolución ha sobrevivido porque Fidel y los cubanos no quisieron copiar
ningún sistema, ni chino, ni soviético u otro. Construyeron una revolución a la
cubana. Fidel no aprueba a los copiones. Siempre ha dicho que es mejor
equivocarse por uno mismo. Así, en 50 años, a pesar de los errores, Fidel y los
cubanos fueron moldeando otra sociedad más igualitaria. Pero claro, 50 años son
muy poco tiempo para quitarse el lastre de 500 años de colonialismo europeo y
estadounidense.
Fidel
ha sido un estratega como muy pocos en la historia de la humanidad. Un soñador
con un corazón inmenso, que ha vivido para su pueblo y la revolución: ha sido
un soldado en la primera trinchera. Pero, además, ha hecho mucho por muchos
pueblos pobres del mundo. Cuando diversos gobiernos proponían enviar tropas, El
enviaba médicos y profesores de gratis. Haití ha sido el último ejemplo.
Recuerdo mi incredulidad cuando supe que había decidido crear la Escuela
Latinoamericana de Medicina, para becar a miles de jóvenes pobres
latinoamericanos y estadounidenses. Y lo hizo a fines de los años noventa,
cuando la situación económica seguía siendo difícil. Ahí sigue la ELAM,
formando médicos para el continente.
En
diciembre 2011 Fidel ingresó al Libro Guinness de los records como « la persona
que más se ha intentado asesinar ». Se calcula que desde 1959 hasta el año 2000
se realizaron 638 planes e intentos, en su gran mayoría adelantados por la
Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos, CIA. Y no se olvide que la
CIA depende directamente del presidente de esa nación. Wayne Smith, ex jefe de
la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana, me dio su versión del
por qué su gobierno se obsesionó en asesinar a Fidel. Esta fue su respuesta:
“Muchos líderes políticos nuestros han creído que Cuba tiene que ser parte de
nuestro territorio; o que allá se debe hacer lo que nosotros queramos. Y si no
hubiera sido por Castro seguramente sería así. Castro se convirtió en un
entrometido que nos desafió y se burló de nosotros. Y esto le crispa los
nervios a una superpotencia,”
Le
faltó precisar al diplomático que Fidel y su Revolución le dieron un vuelco
total al continente americano. Ya nada volvió a ser igual, ni militar ni
políticamente: Washington tuvo que readaptar toda su estrategia de imperio.
Pero ¿cómo pudo Fidel Castro sobrevivir a tanto ensañamiento y tantos recursos? Muchos siguen recordando aquella tarde del 8 de enero de 1959 cuando Fidel llegó triunfante a La Habana, y en medio del discurso una paloma se posó en su hombro. En el silencio que se estableció, muchos se persignaron pues creyeron que Dios bendecía al “elegido”. Pero ningún poder extraterrenal hubiera podido hacer mucho por su seguridad, si no hubiera sido porque su pueblo, de adentro y afuera, además de muchos amigos de esa revolución, lo han cuidado.
Pero ¿cómo pudo Fidel Castro sobrevivir a tanto ensañamiento y tantos recursos? Muchos siguen recordando aquella tarde del 8 de enero de 1959 cuando Fidel llegó triunfante a La Habana, y en medio del discurso una paloma se posó en su hombro. En el silencio que se estableció, muchos se persignaron pues creyeron que Dios bendecía al “elegido”. Pero ningún poder extraterrenal hubiera podido hacer mucho por su seguridad, si no hubiera sido porque su pueblo, de adentro y afuera, además de muchos amigos de esa revolución, lo han cuidado.
El
19 de febrero 2008 yo estaba en La Habana. Hacía un sol resplandeciente en
aquella mañana, pero el ambiente era diferente por todas partes. Es que pocas
horas antes se había difundido el mensaje de Fidel donde declaraba que
renunciaba a sus funciones como presidente del Consejo de Estado y de
Comandante en Jefe. El pedía que lo continuaran llamando, simplemente, «
compañero Fidel ». Lágrimas habían en los ojos de muchas personas que me crucé.
«Es como si un padre renunciara a ser padre», me dijeron. Pero hacia el
mediodía ya se escuchaba: «¿Que renunció Fidel? Pero ¡si Fidel es Fidel! El
siempre será nuestro Comandante en Jefe, y ¡hasta después de su muerte!»
Como
a muchos les gusta escuchar esto, pues sí, lo voy a decir: Fidel cometió
errores. Humano es. Construyendo se cometen errores. Además, construyendo con
la espada de la mayor potencia del mundo sobre la cabeza. Pero, además, él los
ha reconocido. Para conocerlos sólo es necesario leer parte de su extensa obra
intelectual. He visto su capacidad para avanzar mientras corregía sus errores.
Por
todo eso y muchísimo más le tengo inmenso respeto y admiración a Fidel, como
dirigente político, por humano, por soñador y visionario. Porque gracias a él,
en Cuba no existe la miseria que existe en América Latina, pero también en
Estados Unidos, y muchos lugares de Europa, incluida la bella Paris. Ningún
niño en Cuba duerme en la calles, ni soporta hambre, o se queda sin escuela. Y
esta es obra de Fidel. Y trabajar para el futuro de la infancia, que es también
actuar para sus padres y las generaciones por venir, es la obra humana más
noble y grandiosa.
Y
aún así, muchos tratan a Fidel de dictador y han deseado su muerte. Pero es que
éstos, sentados en buena mesa, no saben, o no les conviene saber, que miles de
millones de humanos en el mundo necesitan “Fideles”. Necesitan a un Fidel
Castro Ruz que les haga creer que son humanos y que no sólo vinieron a este
mundo a sufrir.
Muchas
gracias.
(*)
Hernando Calvo Ospina es periodista y escritor colombiano, residente en Francia
y colaborador de Le Monde Diplomatique.