Hola a tod@s.
El Cro Ferraesi falleció ayer 2-3. Hoy domingo desde las 10 hs está
siendo velado en el Sindicacto de Farmacia RINCÓN 1038/44 CAPITAL FEDERAL
Mañana lunes 4-3 será inhumado antes de las 8 de la mañana Saludos Domingo
PD. Comparto la comunicación que envió el Cro. Carlos Asnarez
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"El arte de nuestros enemigos es desmoralizar, entristecer a los pueblos.
Los pueblos deprimidos no vencen. Por eso venimos a combatir por el país alegremente.
Nada grande se puede hacer con la tristeza."
ARTURO JAURETCHE
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Mañana lunes 4-3 será inhumado antes de las 8 de la mañana Saludos Domingo
PD. Comparto la comunicación que envió el Cro. Carlos Asnarez
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"El arte de nuestros enemigos es desmoralizar, entristecer a los pueblos.
Los pueblos deprimidos no vencen. Por eso venimos a combatir por el país alegremente.
Nada grande se puede hacer con la tristeza."
ARTURO JAURETCHE
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De: Resumen Latinoamericano
<resumen@nodo50.org>
Asunto: [Diariodeurgencia] SE NOS FUE UN IMPRESCINDIBLE,
MURIÓ ALFREDO FERRARESI
Para: "Resumen Latinoamericano" <resumen@nodo50.org>
Fecha:
sábado, 2 de marzo de 2013, 21:32
Se nos fue un imprescindible luchador popular
Murió
Alfredo Ferraresi
Dolor, tristeza y un poco también de rabia, sentimos hoy
cuando nos enteramos por medio de voces amigas, del fallecimiento de ese enorme
compañero revolucionario que es Alfredo Ferraresi. Don Alfredo para casi todos
los que, jóvenes, casi niños, comenzamos a andar los prolongados caminos de la
militancia popular, allá por los años 60 y 70. Y en ese rincón entrañable, que
aún perdura, el Sindicato de Farmacia, empezamos a toparnos con hombres y
mujeres que forjaban la Resistencia peronista al gorilaje fusilador y a sus
cómplices "demócratas" de la politiquería.
Jorge Di Pasquale, Pepe Azcurra, Alfredo Ferraresi, Horacio
Mujica, y tantos otros y otras que nos abrieron la puerta del Sindicato para
que de a poquito nos vayamos sumando a la lucha "por el regreso de Perón y
el Pueblo al poder", como anunciaban las consignas de aquellos tiempos.
Alfredo Ferraresi ya se caracterizaba por su carácter
tranquilo pero firme ante cualquier injusticia. Heredero, como Di Pasquale y el
resto de compañeros de Farmacia, de una historia increíble de compromiso
militante, de internacionalismo solidario, que hizo que el gremio fuera en los
años calientes de la lucha antifranquista, un bastión de apoyo a los luchadores
republicanos, enviando medicamentos y hasta brigadistas.
Luego vino el peronismo, y como nos contaba Don Alfredo en
una entrevista que le hicimos hace un par de años, él se dio cuenta que allí
nacía un nuevo camino de restauración revolucionaria que por sobre todas las
cosas incluía como protagonista a la clase trabajadora. Así fue que desde su
empleo en una farmacia de barrio, comenzó a darse cuenta que la adhesión a ese
Movimiento aun incipiente, no era sólo cuestión de palabras sino que había que
poner el cuerpo, y vaya si lo puso en todos estos años de lucha incansable.
Don Alfredo era un soldado disciplinado de la Resistencia,
un peronista de los de abajo, sin dobleces ni especulaciones. De aquellos a lo
que Evita consideraba como imprescindibles. Sindicalista antiburocrático hasta
la médula, siempre prefirió -junto con Raimundo Ongaro y la CGT de los
Argentinos- "honra sin sindicatos, que sindicatos sin honra".
Ferraresi acompañó el júbilo popular del 11 de marzo de 1973
y esos primeros meses del gobierno del Tío Cámpora, y no dudó en enfrentar la
derechización del peronismo, cuando una banda facciosa en la que se alineaban
Isabel Martínez, José López Rega y otros de su calaña, se hicieron con el
gobierno. Esas definiciones y otras muchas lo fueron convirtiendo a Don Alfredo
en un grande del campo popular y una figura de consulta para quienes dudaban
del camino a seguir en tales difíciles circunstancias.
Como era previsible, un buen día, en marzo de
1976, el cielo se nubló definitivamente y los milicos caminaron a
destajo por las calles del país, generando terror y muerte. Pero incluso en
esas circunstancias límites, Farmarcia nunca dejó de ser el lugar donde, sin
ningún tipo de sectarismos, el peronismo y la izquierda revolucionaria
encontraron su refugio y su cobijo. Luego sobrevino el secuestro y asesinato de
Jorge Di Pasquale, creando un momento que fue de inflexión y que asestó
un golpe tremendo al corazón de hombres como Ferraresi, quien sin
embargo, tragó saliva, apretó los dientes y siguió luchando como siempre.
Jamás abandonó la actividad sindical ni su puesto de mando
en lo que ahora es la Asociación de Empleados de Farmacia, Nunca dejó de
recibir a quienes lo necesitaban, tanto para hablar "qué se puede
hacer" por los compañeros presos (a lo largo de todos estos años) o
de homenajear la memoria de los 30 mil desaparecidos y los mártires de la
Resistencia Peronista. Ese era su puesto de lucha y su forma de rendir honores
a quienes lo tuvieron como un hermano de tantas batallas. A Cacho El kadri, a
Gustavo Rearte, a Susana Valle, al Mayor Bernardo Alberte, y tantos otros
luchadores y luchadoras.
Ahora, Don Alfredo, decidió irse a seguir la batalla en
otras latitudes. Lo vamos a extrañar, seguro, porque el hueco que nos deja es
descomunal, pero preferimos no llorarlo, sino decirle que todo lo que sembró a
lo largo de estas ocho décadas, seguirá dando frutos, porque la muerte no logra
acallar los ejemplos que él nos ha dado. Tanto en la lucha por la Revolución en
Argentina, como el palpitar estas experiencias de rebeldía latinoamericana que
en los últimos años lo llenaron de orgullo.
Compañero Alfredo Ferraresi, hasta la victoria siempre.
Carlos
Aznárez